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Llegó un nuevo día y Betty y Jughead despertaron abrazados, desnudos bajo las sábanas. Lo primero que vieron fue el rostro del otro y eso les hizo sonreír.

—Buenos días preciosa— Dijo Jughead, acariciando la espalda desnuda de su novia por debajo de la sábana.

—Buenos días amor— Saludó Betty, levantándose de la cama y estirándose.

Jughead la miró, totalmente desnuda frente a él y se relamió los labios, soltando un suspiro. —Mi amor... Si sigues así frente a mí me voy a volver loco—

Betty sonrió con diversión. —Deja de mirar, pervertido. Voy a tomar una ducha— Avisó, tomando una toalla y cubriendo su desnudez. —Tu ve a ver a la bebé—

Jughead sonrió, sentándose al borde de la cama y colocándose su pantalón. —Cierto... Tenemos una bebé—

Betty le guiñó un ojo y se fue al baño y entonces Jughead fué a la habitación de la niña, encontrándola aún profundamente dormida en su cuna.

Jughead sonrió, mirándola. —Mi bebé... Tan dormilona como su madre— Admitió.

La miró por un par de segundos más y al ver que seguía durmiendo a gusto, regresó a su habitación decidido a entrar al baño a acompañar a su novia.

Entró en silencio, se lavó los dientes y sigilosamente abrió la puerta corrediza de la ducha, en dónde Betty se lavaba tranquilamente el cabello. Él se acercó por detrás, se metió también bajo la ducha, el agua a temperatura ambiente corriendo por su cuerpo.

Betty se tensó en cuanto sintió a su novio detrás de ella, aún más cuando él pegó su erección de ella. —Jug... ¿Viste... Viste a la bebé?—

—La bebé es dormilona igual que tú— Aseguró Jughead, empezando a besar su cuello. —Por eso pensé que tú y yo podríamos...

—Ya se lo que quieres— Lo interrumpió Betty, girándose a mirarlo con el cabello lleno de espuma y el cuerpo mojado. —Si vamos a follar hagámoslo rápido, Luna podría despertar en cualquier momento—

Jughead se acercó a ella, empezando a chupar su cuello. —Con que follar es lo que quieres... ¿Eh? Entonces eso tendrás—

Betty no tuvo tiempo de reaccionar cuando Jughead la cargó, la pegó contra la pared y entró en ella sin más, solo así. La erección que tenía por ella desde hacía rato ya no aguantaba más.

Empezó a penetrarla con violencia, le estaba dando como si de eso dependiera su vida y ella empezó a gemir como loca, sintiendo cómo subía rápidamente a su éxtasis de placer.

Le dió y le dió un par de veces más hasta que la sintió temblar y él se corrió dentro de ella, liberándose. Al recuperar sus respiraciones, se miraron a los ojos con una sonrisa y se besaron con cariño.

—Ahora sí, terminemos de ducharnos— Pidió Betty con diversión.

—Dejame lavarte ese lindo cabello amor— Pidió Jughead, poniendo un poco más de shampoo en el cabello de su novia.

Terminaron de bañarse juntos y cuando salieron de ahí se vistieron, no había tanto trabajo hoy, todo estaba tranquilo.

Pero el drama se aproximaba y ellos no lo percibían.

Cuando se escuchó el llanto de la bebé, Betty se terminó de vestir con un pantalón deportivo cómodo negro, una camiseta gris con una corona de dibujo perteneciente a su novio y se fue en busca de su bebé.

—Hey... — La llamó Jughead, acercándose a ella. —Esa camiseta es mía— Le recordó.

Betty se giró a mirarlo con diversión antes de salir de la habitación. —Era— Contestó, divertida, saliendo por fin de la habitación.

Jughead sonrió y en eso recibió una llamada de Sweet pea, la cuál tomó enseguida.

En la llamada...

—Sweet pea... ¿Qué pasó?— Preguntó el ojiazul.

—Jughead... ¿Qué hay? Solo te llamo porque la policía decidió cerrar el caso con Brett y dejar de buscar— Anunció.

—Te lo dije, yo creo que a ese idiota no lo quería ni su mamá— Aseguró Jughead, divertido.

Sweet pea soltó una risa. —Que gracioso. Oye... Han pasado meses. ¿No le dirás esto a tu novia?—

—Ni loco. ¿Cómo crees que reaccionaría Betty si se entera de que maté a Brett con mis propias manos? No es algo que le parecerá muy bonito, mejor lo dejo así— Sentenció Jughead.

—Bueno, tu sabrás lo que haces. Pero no es bueno que le guardes secretos así— Opinó Sweet pea. —Como sea... Saludos a Betty y a mi sobrina de mi parte—

—Está bien, saluda a tu familia por mi, hasta luego— Se despidió.

Fin de la llamada.

Jughead colgó, guardó su celular en su bolsillo y salió de la habitación en busca de su novia, pero Betty no estaba allí.

Bajó las escaleras, llegó a la sala y ahí estaba ella, sentada sobre un sofá mientras alimentaba a la bebé con su pecho.

Él sonrió, amaba absolutamente cada detalle de ella y amaba demasiado su faceta de mamá.

Él se acercó lentamente a ella y besó su mejilla. —Ahí estás—

Betty dió un pequeño salto del susto y después lo miró. —Jug... ¿Qué.... Qué haces aquí?—

—Tu y mi bebé no estaban allá arriba, así que supuse que estaban aquí— Contestó Jughead, intentando tomar en brazos a su hija. —Ven aquí muñeca de papi—

—No— Negó Betty, apartando a la bebé de Jughead y dejándola sobre el portabebé que estaba a su lado.

Jughead la miró, confundido. —Amor, pero... ¿Por qué no me dejas sostener a mi hija?—

Betty tomó aire, nerviosa, mirándolo. —Yo... Tengo que decirte algo—

Jughead alzó una ceja. —¿Qué pasa? ¿Te sientes bien?—

—Jug... ¿Es cierto que tú asesinaste a Brett?— Preguntó, temblando.

Jughead abrió los ojos como platos. —Pero amor... ¿Tu escuchaste mi conversación por teléfono?—

—Eso no importa— Negó Betty. —Juggie... ¿Tu hiciste eso? ¿Lo mataste?—

Jughead tomó aire y se sentó a su lado en el sofá, mirándola. —Si, lo maté y no me arrepiento de haberlo hecho—

Betty negó, temblorosa, mirándolo. —No... No... ¿Por qué hiciste eso? ¿Lo hiciste por celos?—

—Claro que no— Negó Jughead. —Amor, Brett intentó matarte. Intentó matarte a ti y a nuestra hija cuando aún estabas embarazada, por eso tuvieron que hacerte dar a luz antes—









 Intentó matarte a ti y a nuestra hija cuando aún estabas embarazada, por eso tuvieron que hacerte dar a luz antes—

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Saldrá todo a la luz... 👀



Samy ❤️

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