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Al día siguiente, una Betty que no había dormido nada se levantó, tomó una ducha con agua caliente y se vistió para ir a la secundaria.

Disimuló las ojeras con algo de maquillaje y así bajó las escaleras, llegó a la cocina y su desayuno ya estaba hecho y servido.

Cuando estaba tomando su desayuno y una taza llena de café sin el más mínimo ánimo, Jellybean se acercó a ella, bostezando.

—Buenos días Betty— La saludó JB, dirigiéndose a la cocina para buscar su desayuno. —¿Dormiste bien?— Preguntó desde la cocina.

—No— Negó la ojiverde, tomándose su taza llena de café hasta el fondo. —¿Y tú?—

—Mas o menos— Respondió JB, dirigiéndose a la mesa y sentándose frente a ella con su desayuno y una taza llena de café. —¿No has sabido nada de los chicos? Despertaste primero que yo—

—Buenos días niñas— Las saludó Fp, acercándose a dejar un beso en la cabeza de ambas.

—Hola papi— Contestó JB, llevándose un panecito a la boca.

—Buenos días señor Fp— Lo saludó Betty, mirándolo. —Usted... ¿Ha sabido algo sobre Jughead y los demás?—

Fp las miró y suspiró. —Los chicos ya vienen en camino—

JB y Betty respiraron, aliviadas.

—Y están todos bien... ¿Verdad?— Preguntó JB, asustada, mirando a su padre.

—Chicas...— Empezó a hablar Fp, rascándose la cabeza. —De hecho... Todo está casi bien, salvo por...

—Señor Jones...— Lo llamó Betty, aterrada. —¿Qué pasó?—

—No les pasó nada papá... ¿Verdad?— Preguntó con miedo JB.

Fp tomó aire, mirandolas. —No quería ser yo quien les dijera, pero Jughead...

—¡Ya te dije que estoy bien Cheryl, maldición!— Gritó Jughead, entrando a la mansión con el hombro y brazo izquierdo vendado y una expresión de dolor. —¡Betty, Jellybean...!—

—¡Jughead!— Exclamaron las dos menores, poniéndose de pie y corriendo a la entrada de la mansión.

—¡Ya te dije que estás herido Jughead!— Lo regañó Cheryl, entrando a la mansión tras el.

—¡Está aquí!— Chilló JB, corriendo hacia Jughead y deteniéndose en seco con Betty al lado al ver su estado. —Pero está...

—Juggie...— Lo llamó Betty, acercándose. —Estas herido—

Jughead rodó los ojos, haciendo una mueca de dolor. —No necesito que me lo... Que me lo recuerden. Diablos...

—Hijo por favor...— Lo regañó Fp, acercándose y ayudándolo a sentarse sobre un pequeño sofá. —Te dispararon y perdiste mucha sangre, tienes que descansar—

—Ya basta papá— Exigió Jughead, mirándolo mal.

—¿Le dispararon?— Preguntó con miedo JB.

—Pero... ¿Que fue lo que pasó?— Preguntó Betty, asustada y confundida, acercándose a Jughead. —¿Estás bien?—

—Genial, ya preocuparon a las chicas— Se quejó Jughead. —¿Están felices?—

Si, Betty y Jellybean estaban muy preocupadas; Jughead estaba herido, tenía el labio inferior partido, tenía un vendaje que iba desde el hombro izquierdo hasta el brazo y su piel estaba casi tan blanca como un papel, por sus ojos apagados se podía notar que se encontraba muy débil, ya no lanzaba esa mirada intensa que solía lanzar.

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