Miedo

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Liv miraba con enojo y odio a Harry mientras que éste se encontraba de rodillas en el suelo mientras que los agentes de Hydra le inyectaban del suero de duende. Ella estaba levantada con ayuda de sus tentáculos.

—Creí que usted había dicho que su hermano no podía recordar nada mientras estando bajo el efecto del suero, Doctora.—Se estremeció al escuchar la voz de Iron Maiden a su lado.

La Doctora Octopus tragó saliva.

—Madame, no había podido darle una nueva dosis a Harry desde que nos unimos a usted. De seguro la falta del suero había hecho que él estuviera lúcido durante un momento. Solo fue un error, le aseguro que no volverá a pasar.

Melina se acercó, y susurró en el oído de Liv:

—Otro error como éste, y yo misma arrancaré esos preciados tentáculos de tu cuerpo.

Melina se dio la vuelta y salió, dirigiéndose hacia la enfermería de la prisión. En cuanto llegó, sonrió viendo a Natasha y a Yelena, ambas sentadas en la camilla en la que Yelena había estado durmiendo, ambas teniendo una conversación en la que Natasha hablaba y Yelena respondía escribiendo en una pizarra. En cuanto voltearon hacia ella, Natasha se tensó y Yelena sonrió.

—Mi dulce Yelena...—Con una enorme sonrisa, Melina extendió los brazos para que Yelena corriera hacia ella y la abrazara.—Bienvenida de vuelta, pequeña.—Le besó la frente. Natasha mostró una pequeña sonrisa. Melina tomó a Yelena de los hombros y miró a sus dos hermanas.—Finalmente... por primera vez en tanto tiempo, las tres estamos juntas. Justo como debió ser desde el principio.—Notó que Natasha bajaba la mirada.—Será mejor que ustedes dos se preparen, porque mañana, atacaremos de nuevo. Y ésta vez, ganaremos.—Mostró una enorme sonrisa. Natasha palideció mientras que Yelena la veía confundida.—¿Por qué no me acompañan? Así podrán tener una audiencia en vivo durante mi gran anuncio.

Melina guió a Yelena y Natasha hacia su oficina, y al llegar, Romanoff se congeló horrorizada al ver a cada uno de los que habían sido sus compañeros durante años sentados en unas sillas con unas esposas especiales en las muñecas y tobillos, de modo que estaban completamente inmovilizados.





•••


—¡Hey, los tórtolos volvieron!

—Hey, chicos, ¿de qué nos perdimos?—Preguntó MJ mientras que ella y Peter entraban a la sala común, en donde estaban todos los demás.

—De mucho—Gwenpool respondió.—. Les explicaremos mientras que vemos una película. Sé que no es exactamente el momento adecuado, pero no hay nada mejor que algo de Scott Pilgrim para aliviar los momentos difíciles. ¡Karen, ya sabes qué hacer!

Cuando la pantalla holográfica apareció en medio de la sala, apareció una estática, y todos observaron confundidos. Tras unos segundos, la imagen cambió, y todos jadearon fuertemente y se levantaron del sofá. Ahí estaba ella, con su capucha morada y su máscara de hierro. Peter sintió su sangre arder tras imaginarse una sonrisa burlona tras aquella máscara.

—Buenas noches, gente de Nueva York.—Iron Maiden empezó a decir.—Éste es un mensaje importante de parte de Madame Iron Maiden, su futura líder, especialmente dirigido hacia los supuestos héroes los Young Avengers. Solo pensaba que a ustedes les gustaría ver cómo están sus superiores...—La cámara se movió y Peter sintió que el aire se le iba de los hombros cuando se mostró a sus tíos y tías en un terrible estado, con golpes y moretones en sus rostros, pálidos y pareciendo desnutridos. Era horrible. Melina se dirigió hacia Steve, quien la miró con odio, y lo tomó fuertemente de la mandíbula.—Salude a la cámara, Capitán.—Soltó una enorme risotada. Steve, en respuesta, le gruñó. Peter y sus compañeros se vieron entre sí, horrorizados. Melina miró hacia una parte de la sala en la que se encontraba que no era mostrada por la cámara.—¿Por qué no saludan ustedes también, hermanas?

Equipo Catástrofe [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora