Los Viejos Tiempos

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•París, Francia•






Marinette le dio la vuelta al letrero en la puerta para que dijera "cerrado", puso el seguro en la puerta de la panadería de sus padres, cerró todas las persianas, y acomodó una bandeja con comida la cual llevó al sótano.

—Hey, soy yo.—Dijo mientras que entraba, con una mano sostuvo la bandeja y con la otra prendió la luz. Los fugitivos presentes empezaron a salir de sus escondites detrás de cajas o enormes sacos de harina.

Pietro rápidamente tomó un muffin mientras que Wanda atraía hacia ella unas galletas para ella y Lorna. El señor y la señora Khan tomaron unos trozos de pastel, y Miles le mostró a Marinette una sonrisa de agradecimiento y dijo que no tenía hambre.

—¿Qué hay de ti, Gwenpool?—Preguntó Marinette viendo a la fantasma.

—Yo estoy bien. Gracias, Lady.—Gwenpool les respondió.

—¿Cómo están todos?—Preguntó Marinette mirando a los presentes.

—Las chicas y yo estamos bien, si ignoramos el hecho de que nos estamos escondiendo de Hydra como nuestros abuelos se escondieron de los nazis.—Pietro dijo con sarcasmo, encogiéndose de hombros.

—¿Y no han habido noticias sobre su hermana?—Marinette preguntó, y recibió su respuesta cuando un reflejo de tristeza pasó por los ojos de los trillizos. La noche de la caída de los X-Men, Loraine, la cuarta Maximoff, se había ido sin decirle a alguna de sus hermanas o hermano y sin dejar rastro. No contestaba las llamadas o mensajes que le enviaban, y sus familiares estaban preocupados por ella. La francesa se aclaró la garganta.—¿Alguien quisiera algo más?

—Mi esposo y yo estamos bien.—La señora Khan le mostró una sonrisa maternal a Marinette mientras que en sus ojos había tristeza.—Es usted un ángel por cuidar de nosotros, señorita Dupain-Cheng.

Marinette le sonrió a la mujer.

—Es lo mi deber mantenerlos a salvo, señora Khan.—Puso la bandeja vacía debajo de su brazo.

«Después de todo, se lo debo a ellos.» Marinette quiso agregar, pero era mejor no mencionarlo. Sintió un apretón de tristeza en su pecho. Recordó cómo había roto en llanto, horrorizada, cuando en las noticias de la semana pasada se anunció que Hydra había tomado control de lo que solía ser Nueva York, y en algún momento después del gran anuncio de Madame Hydra se mostró aquella horrorosa foto de los cadáveres de los Avengers acomodados la lado del otro.

Éstas personas, las que estaban tomando refugio en el sótano de la pastelería Dupain-Cheng, apenas les quedaban algo de esperanza en ellos. Era por eso que Marinette prefería no mencionarles lo que había visto en las noticias hace unas horas, la noticia de que había habido un ataque de Hydra en Gotham en el que un grupo de fugitivos fue tomado y llevado de vuelta al Imperio, de seguro para ser ejecutado justo como la Emperatriz Madame Hydra dijo que serían aquellos que no juraran lealtad al Imperio.

—Miles, si quieres mañana puedo llevarte al Hotel para que veas a tus padres.—Dijo Marinette viendo al chico. Habían varios grupos de Fugitivos escondidos en varias partes de parís, el grupo del que formaba parte los padres de Miles se encontraba escondido en el hotel del que el padre de Chloé era dueño.

—De hecho... Marinette...—Miles se rascó la sien, mostrándose nervioso.—¿Podemos hablar? ¿En privado?

Marinette asintió, y ambos salieron del sótano, dirigiéndose hacia la cocina de la panadería.

Equipo Catástrofe [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora