Sirenas & Siniestros, parte 3

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«Corre lo más que puedas. Escóndete. Intenta buscar a tus hermanos o a algún agente de Sable.» las palabras de Happy resonaban en la mente de Morgan.

Happy la había sacado de casa aquel día, al ver lo deprimida que estaba, quería distraerla de todo lo que estaba pasando, y con el permiso de los agentes de Sable ambos se dirigieron hacia Coney Island, cuando todo empezó. Cuando empezaron a ser rodeados por unos escalofriantes hombres con traje y máscaras de payaso, Happy le había dicho a Morgan que corriera, que escapara, y justo eso hizo.

Durante un rato se vio a sí misma entre una multitud de personas que intentaban escapar de todo lo sucedido para ir a sus hogares y esconderse, o que buscaban a sus seres queridos, pero cuando se encontraron con Poison Ivy, quien estaba levantando enormes raíces del suelo y las usaba para atacar, Morgan corrió lo más rápido que sus pequeñas piernas le dejaron hasta quedar exhausta y esconderse en un oscuro callejón.

Ahora, sentada en el suelo y con sus piernas abrazadas contra su pecho, la niña no podía evitar llorar fuertemente, sintiéndose aterrada, perdida. Deseaba más que nada en ese mundo estar en un lugar diferente, en su hogar, bajo la protección de sus padres, o con sus hermanos mayores. Lo que más deseaba en esos momentos era un rostro familiar, alguien o algo que le dijera que ella estaría a salvo y sobreviviría a aquel día. No había visto a sus hermanos, o a las compañeras de equipo de estos, o a alguno de los agentes de Sable. Tampoco sabía lo que le había pasado a Happy, y mucho menos si se encontraba vivo. O si sus padres seguían vivos. Morgan empezaba a quedarse sin esperanza alguna.

Eso fue, hasta que notó que alguien empezaba a adentrarse a aquel callejón, alguien a quien reconoció de inmediato. Temerosa, Morgan se levantó del sucio suelo y dio unos pasos hacia adelante, sin poder creer lo que veía.

—¿Morgan?

—¡Papá Tony!—Chilló en un sollozo mientras que corría hacia Tony y saltaba hacia sus brazos. Tony rió mientras que la tomaba y la abrazaba fuertemente.

—¡Ahí estás!—Morgan soltó un sollozo de alivio encima del hombro de Tony. Pero... algo no se sentía bien...—Te he estado buscando por toda la ciudad. Vamos, hay que reunirnos con tu papá Steve.

—¿Pero cómo...?—Morgan, confundida, rodeó el cuello de Tony con sus brazos y mientras que éste la cargaba y cambiaba fuera del callejón lo vio.—¿Cómo es que tú y papá Steve lograron salir de ahí?

—Te lo explicaré después.

—¿Por qué no llevas contigo tu armadura?

—Morgan, ya basta de preguntas.

Morgan sintió un escalofrío. Se empujó a sí misma bajándose de encima de Tony y retrocedió mientras que todo el miedo que había sentido hace tan solo unos segundos volvía a ella.

—Tú... tú no eres mi papá Tony...

En el rostro de quienquiera que estuviera en frente de Morgan se formó una enorme sonrisa malévola la cual ella jamás imaginó ver en el rostro de uno de los hombres que la había criado. Su apariencia fue desformándose y cambiando hasta convertirse en un ser verde y espeluznante.

—Ahora ven conmigo, pequeña mocosa...

—N-No...—Morgan tragó saliva mientras que retrocedía. Sus ojos se llenaron de lágrimas.—No me lastimes, por favor... solo quiero estar con mis papás...

Una figura saltó de encima del techo de uno de los edificios a los lados del callejón y con un hábil movimiento torció los brazos de Chameleon sobre su espalda para luego darle un choque eléctrico del artefacto de sus muñecas. La Skrull se desplomó en el suelo y Morgan retrocedió un poco más tragando saliva.

Equipo Catástrofe [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora