Sigue a los gatos

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Por primera vez en su vida, Natasha deseó tener un súper poder, ya que el ser invisible le sería muy útil en esos momentos. Pero de todos modos aquel molesto campo de fuerza que rodeaba todo el Imperio bloqueaba los superpoderes, así que incluso si pudiera hacerse invisible, en esas circunstancias, le sería imposible.

Pero a pesar de que no era invisible aún era muy buena escondiéndose y escabulléndose, ya que a pesar de que las calles estaban llenas de agentes y soldados marchando y cuatro de los Seis Siniestros vigilando las calles, logró no ser vista y bajar a las alcantarillas tras quitar la tapa con cuidado, meterse dentro del agujero y bajar por la escalera. Antes de bajar, se encargó de poner la tapa de vuelta.

Tras llegar al final de la escalera llegó a un tipo de suelo, y de un bolsillo de su mochila sacó una linterna la cual usó para iluminar en frente de ella. Se encontraba parada en un tipo de "acera", en frente ella, estaba el agua de las alcantarillas, la cual, de una forma, parecía un tipo de rió. Al otro lado del agua, estaba otro tipo de acera.

Natasha intentó ignorar el olor y las ratas que rondaban por las alcantarillas mientras que empezó a caminar, siempre encargándose de no hacer una vuelta errónea que terminara en ella cayendo en el agua de alcantarilla.

—¿Alguien me escucha?—Preguntó en un grito,  y su voz hizo eco. Ni siquiera sabía si los fugitivos que había liberado habían ido a las alcantarillas como ella les había dicho. ¿Y por qué demonios había dicho las alcantarillas? Era lo primero que había llegado a su mente. Debió de haberles dicho sobre algunos almacenes los cuales estaban abandonados al no serle uso para Hydra, o los túneles subterráneos del metro, ya que también estaban abandonados y no había escuchado a Melina mencionar planes para reabrirlos. Pero no, ella tuvo que escoger las alcantarillas.—Maldita sea, Natasha. No culpo a Peter por haber muerto odiándome...

—¿Señora Romanoff?—Jadeó sorprendida y miró, a varios metros de donde estaba ella, a Miles, junto con sus padres y el señor y la señora Khan. Ellos estaban sentados en el sucio suelo con sus espaldas apoyadas contra la pared, parecían exhaustos y sus ropas estaban sucias. Natasha suspiró aliviada al verlos y se dirigió hacia ellos, quienes se levantaron y la vieron ansiosos.

—¿Dónde están las otras personas que estaban con ustedes?

—Fuimos directamente a las alcantarillas como usted nos dijo—Rio empezó a explicar poniendo sus manos encima de los hombros de Miles.—Pero se separaron ya que dijeron que estaban asustados.

Natasha se sorprendió. De seguro esas personas eran muy buenas escondiéndose, ya que Melina aseguraba que ejecutaría públicamente a cualquier fugitivo que encontrara.

Se quitó su mochila y sintió un peso irse de sus hombros, literalmente. La dejó en el sucio suelo y la abrió, los demás jadearon asombrados—y un tanto maravillados.—al ver que ella sacaba contenedores con comida y botellas de agua. Natasha sintió su estómago revolverse en culpabilidad, ¿cuando había sido la última vez que éstas personas habían comido.

Les dio unos cubiertos de plástico junto con los contenedores. "No es mucho, pero... es suficiente por ahora."

—Es un pastel de miel, un postre ruso. Mi hermanita lo hizo, y tiene talento cocinando.

La señora Khan le dirigió una mirada de desconfianza.

—¿Cómo podemos confiar en usted?

—No tienen que hacerlo si no quieren, pero los ayudé a escapar porque una vida viviendo en las alcantarillas como fugitivos es mejor que una vida viviendo bajo la tiranía de Madame Hydra. Ella mata a todo aquel que no esté de acuerdo con ella.

Equipo Catástrofe [#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora