🧶TRES🧶

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Inauguración de una exposición de arte, perfecta oportunidad para salir de la rutina. Desde temprano había tenido que correr a la galería para recibir las fotos, pinturas y esculturas. Luego había tenido que estar gritando ordenes y direcciones para ordenar todo, los trabajadores hiban y venían diciendo “si, señor". Una vez que todo estuvo listo, la reunión con el artista, sus abogados, representante y todos los demás, se dio con el único propósito de dar a conocer el resultado del lugar.

Así era siempre, ir y venir entre preparativos, una reunión de satisfacción previa y después el gran evento. Era rutinario y hasta sistemático, pero servía perfectamente para distraerme.

Y el momento llegó, usando un traje de gala, recibiendo a los inversionistas en la entrada y acompañado del artista, es como estuve la primer hora.

Me pasee entre los invitados asegurándome de que todo estuviera en orden, en más de una ocasión me detuve a charlar y bromear con los inversionistas y amigos del artista, el cual también rondaba la galería como yo.

-señor Feng... - llamó Akiko cuando estaba hablando con otro pintor amigo del cliente. - hay alguien que lo busca.

Me disculpe con mi acompañante y seguí a mi secretaria entre la gente. Frente a una escultura cubista de un extraño animal, encontré a la persona que me buscaba.

-¡vaya! pero si no haz cambiado en nada - saludo alegre.

-bebí de la misma agua de la fuente de la eterna juventud como usted - respondí con una sonrisa respetuosa.

-Señor Feng, tan adorable como siempre -yo habria elegido otras palabras, pero la señora Bae aún me consideraba el niño de siempre.

Mi padre la conocía de toda la vida, era la esposa del fundador del centro de estudios farmacológicos más importante en Asia, su pasión de la señora Bae era el arte y ni una sola vez se perdía alguno de los eventos de mi familia, por lo que también era una donadora de fondos que equivalían millones de dólares anuales. Siendo el señor Bae, el sustento asiático de medicinas y tratamiento, todas esas donaciones no significaban nada para ellos.

-me halaga señora Bae, pero dígame, ¿esta disfrutando la exposición? - le pregunté cortésmente.

-por supuesto, está ocasión jugó muy bien con la decoración y la estructura de los pasillos - reconoció críticamente.

Al ser una exposición de cubismo, el orden de cada obra debía ser exacto, como un rompecabezas en el que tuvieras que buscar la pieza que encajaba, eso habría la posibilidad de que los asistentes no recorrieran de la típica forma todo el lugar. Tenías que cruzar por el centro, llegar a una esquina retroceder, entrar en un callejón sin salida, empezar del centro y luego al exterior; todo dependía de que obra te llamara la atención y decidieras observar su colección. Acertijos y decisiones.

-a Mi-suk le ha encantado, quizá ya la haya visto de camino aquí -comentó oportuna, por eso quería verme - me parece que inició con la pintura “zhe shi jie shang, wǒ ài nǐ suǒ ài"*

Perfecto, una chica criada para el matrimonio sin personalidad propia, esperando a que el esposo le diga quien debe ser. Afortunadamente, a mi padre no le importaba con quien saliera, después de todo el había sido un decorador de interiores que se enamoró de la hija menor del CEO de un pequeño negocio automotriz. El estatus social no lo era todo.

-excelente elección, lamentablemente el recorrido no la llevó por el camino que yo llegue -respondi con una fingida lastima.

-bueno, aún así el destino parece querer que se encuentren, porque aquí viene de regreso - añadió la Señora Bae emocionada.

Mire tras de mi, esperaba a una chica de unos 18 años, con vestimenta llamativa y con actitud de obediencia perfecta. Fue una sorpresa encontrarme a una chica totalmente diferente, unos 29 años, con ropa sencilla casi fuera de lugar para la ocasión, sonrisa decidida pero amable. ¿Estaba mal si me recordaba a Zhou Caina?

-justo a tiempo, Mi-suk él es de quien tanto te hable, el señor Feng Meizuo - dijo la señora Bae en cuanto se terminó de acercar la chica - señor Feng ella es mi hija Bae Mi-suk.

Debo aceptar que estaba impresionado. Mis prejuicios habían estado muy equivocados.

-un placer - salude haciendo una inclinación como lo hacían en su país.

-el placer es mío, no necesita inclinarse, saludemosnos con normalidad - respondió Mi-suk estirando la mano para estrecharnosla.

Sonreí con la mejor sonrisa que tuve y le di la mano.

-me permitirían invitarles algo de beber - dije anticipando la llegada del camarero que repartía Champagne a los invitados.

El camarero sonrió y me dejó tomar las copas que quería, se las entregue con delicadeza.

-¿le parece bien un brindis, señor Feng? - pregunto la señora Bae insinuante.

-excelmente idea - le reconocí a la mujer, alce mi copa y teniendo exactamente la frase indicada, continue - por todo lo que en este mundo amas y amamos...

-¡Salud! - dijo Mi-suk y su madre.

Pase un largo tiempo charlando con ellas; al parecer Mi-suk era cirujana pediátrica, tenía casi 4 años más que yo y había aceptado el viaje también había aceptado un empleo temporal en el Hospital pediátrico de Shangai, era como una pasantia según me explicó. Supongo que tendría tiempo suficiente para buscarla y pedirle una cita, después de todo necesitaría quien le mostrará la ciudad y como buen ciudadano tenía la responsabilidad de asegurarme que conociera bien mi país.

Aunque ese plan podía esperar, tenía un asunto urgente que atender antes. Ahora tenía un verdadero motivo para darme prisa con ese viaje a Rusia.

*traducción: En este mundo, amo lo que amas

Unplanned Love (Feng Meizuo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora