🧶CIENTO QUINCE🧶

68 4 0
                                    

-de todos los lugares, jamás creí que llegaríamos a encontrarnos aquí...

Di un salto del susto, para después voltearme rápidamente al reconocer la voz.

-¿Mi-suk? - pregunté sorprendido.

-la misma, lamento si te asuste - se disculpo.

Lleva un vestido azul claro, muy elegante y también sujetaba una copa de champagne.

-fue sorpresa más que susto - negué con una sonrisa - no creí que podría llegar a verte aquí...

-ni yo, dime ¿conoces a los novios o eres invitado de otra persona? - pregunto Mi-suk con curiosidad.

-digamos que conozco a ambos, aunque fue la novia quien me invitó, ¿y tu?

-conozco al novio, construyó el edifico de Bae-Lab hace unos años y... Bueno, nos hicimos cercanos - explicó Mi-suk dudando un poco al final - supongo que conoces a la novia por trabajo.

-en realidad, ella y yo fuimos... "cercanos" - la imite en el mismo tono-hace un par de años...

Mi-suk empezó a reír de los nervios y yo me le uní, no podía creer lo que estaba sucediendo.

-parece que los novios han perdido la cabeza, una persona en su sano juicio no... - comenzó a decir Mi-suk.

-no habría invitado a sus ex a la boda - dijeron un par de voces al unísono, dándonos un susto de muerte.

Tan pronto como los escuchamos, Mi-suk y yo volteamos a verlos. En el drama me lleve una mano al corazón.

-ojala tengan un buen seguro médico, la próxima vez tendré un paro cardíaco - me queje.

-lo sentimos, esque parecían muy entretenidos charlando - se disculpo Caina con una enorme sonrisa, era extremadamente feliz y yo era feliz con eso.

-la verdad, quisimos presentarlos pero parece que ya se conocen - señaló Terence mirándonos a ambos.

-bueno, Ming Chuan, esa es una larga historia - respondió Mi-suk recuperando el habla.

Por un segundo, el nombre me sorprendió, hacía tanto tiempo que no lo escuchaba, pero sobretodo, me sorprendía que la sensación de perdida que me traía ese nombre, había desaparecido.

-Caina, recuerdas la chica de la que te hablé hace un año... - comencé a decirle a la chef.

-por supuesto... Espera, ¿era ella? ¿La que conociste en uno de tus eventos de arte? - respondió apresuradamente recordando.

-es la misma - acepte.

-entonces el era el sujeto atento que te dio las citas de tu vida - comentó Terence, Mi-suk asintió.

-bueno, suelo tener esos detalles - dije con una sonrisa ladina - puede comprobarlo Caina.

Terence me miró mal y yo solo rei, no era mi intención causar problemas, pero necesitaba reír un poco.

-bueno, yo sigo confundida - añadió Caina - ¿cómo es que la conoces a ella, Terence?

-ah, nosotros salimos hasta poco antes de que hiciera el viaje donde nos conocimos, de hecho fue porque terminamos que hice aquel viaje - confesó Terence sin rodeos.

-sutil, Ming Chuan - comentó Mi-suk.

-no me culpes, esque es irónico que las dos personas que nos trajeron hasta aquí, hayan sido pareja y nuestra propia pareja en algún momento - se defendió el arquitecto.

-el mundo es un lugar pequeño - me atreví a asegurar.

-y vaya que si - coincidió Caina.

Quién parecía ser el organizador del evento se acercó en ese preciso instante y nos interrumpió.

-lo siento, pero los invitados llegaron en su totalidad, deberíamos comenzar el evento - sugirió el hombre.

-por supuesto - acepto el matrimonio.

-los veremos más tarde - se despidió Terence.

-ya quiero escuchar tu brindis - añadió Caina con una sonrisa antes de marcharse.

No podía negar que se veía preciosa en su vestido blanco, pero era otra belleza la que yo esperaba ver sin éxito en aquella fiesta. Y hablando de no tener éxito.

-¿en qué mesa estas? - pregunto Mi-suk.

-en la 13 - respondí sin darle importancia.

-parece que nos tomaron como conejillo de indias - comentó Mi-suk divertida - estoy en la misma...

-parece que nos adelantamos a su plan - me burle.

Ambos comenzamos a caminar nuestra mesa, donde encontramos a varios desconocidos que hablaban con dificultad entre sí. ¡Por favor que no sea la mesa de los solteros!

-no se si ofenderme por la etiqueta o halagarme por tal consideración - susurro Mi-suk cuando nos acercábamos a nuestro lugar.

-seamos amables, es su día, así que concedamosles el halago - simplifique.

Mi-suk aceptó divertida. Una vez en nuestra mesa la ayude a sentarse y luego me senté a su lado.

-por cierto, ¿que es eso del brindis? - pregunto curiosa.

-ah, esque Caina me pidió que prepara un discurso para el brindis - le explique.

-¿puedo leerlo? Me gustaría saber en qué partes puedo arruinar mi maquillaje... - bromeó.

- ni yo lo sé... - confesé con una sonrisa inocente - la verdad no lo escribi...

-espera, pero supongo que lo memorizaste...

-no, la verdad pensaba improvisar...

-pero, ¿acaso te lo pidió apenas? Digo, esque Feng Meizuo jamás improvisa.

-bueno, esque tuve mucho que hacer este mes y deje pasar el prepararlo - dije encomiendome de hombros - ademas, aún tengo tiempo para...

-... Nos gustaría cederle la palabra a aquella persona que nos dio el último empujón que necesitábamos para llegar a donde estamos ahora... - decía Caina al micrófono. ¡¿Desde cuando había empezado a hablar?! - nuestro querido amigo, Feng Meizuo...

Los invitados comenzaron a aplaudir y una edecán se acercó para entregarme el micrófono. Mi-suk me miró con asombto y pánico. Yo debería estar entrando en pánico, ni tiempo de pensar me habían dado.

-si, bueno... - comencé a decir fingiendo que probaba el aparato - ejem... Quisiera comenzar agradeciendo a los novios el darme el honor de ser yo quien hable de lo afortunados que son...

Caina sonrió y asintió, Terence la tomó de la mano.

-y cuando digo afortunados, me recuerda al soso discurso que prepare - que pésimo comienzo -, que aunque hablaba elocuentemente del amor, no encajaba con la feliz pareja que tengo enfrente... - el público exclamó por ternura. Ojalá si hubiera preparado un discurso- así que, quiero comenzar preguntándole a la novia, si recuerda cuando le dije que "conocerme era el comienzo de su felicidad"...

Caina sonrió divertida y asintió en respuesta.

-así como lo prometí aquella vez, hoy inicia el resto de tus días felices. Es cierto que habrá días difíciles y que llorar será una muestra de su amor; pero, conociéndolos, no habrá nada que los pueda separar ahora. - seguí diciendo con una sonrisa - y es porque así era su destino, coincidieron con muchas personas antes de estar juntas, de hecho agradezco ser yo quien reciba ese título de "el que nos dio el último empujon"...

»es irónico pensar, que cuando se ama a alguien muchas veces necesitamos las palabras correctas, el momento correcto y la persona incorrecta para ser honestos con nuestros sentimientos - seguía diciendo, ahora solo podía pensar en una persona - el amor es tan confuso, que a veces provoca más lágrimas que sonrisas. Pero, cuando los veo a ambos, sellando su final feliz, solo puedo pensar que no importan las lágrimas, las risas, las personas con las que coincidimos, o los momentos que vivimos, todos en algún momento llegaremos a los brazos correcto, todos llegaremos a ser el destino final de alguien. - hice una pausa final - ustedes son la prueba, el destino existe y el amor vale la pena. Así que propongo un brindis, en su honor, un brindis por las coincidencias y el destino, pero sobre todo por el amor.

Unplanned Love (Feng Meizuo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora