🧶TREINTA Y SIETE🧶

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Me tendió un nuevo vaso y la mire desconfiado, no estaba seguro de aceptar, pero al final su sonrisa y su mirada me desarmo por completo. Le di un sorbo y saboree la bebida antes de tratarla por completo, parecía que esta vez era cierto, todo estaba en orden.

-y también he traído el desayuno - añadió satisfecha cuando bebí con confianza - ambos llegamos demasiado temprano, ninguno ha salido y creí que sería buena idea comer juntos, una mejor idea que lo hiciera sola a la mitad del escenario.

Mientras hablaba, jalo una silla, movió algunas cosas de mi ordenado escritorio y sacó la comida. Eran emparedados, rosquillas y fruta picada.

-no es un desayuno que haría un CEO pero es mejor que nada - comentó cuando noto que miraba con inquietud la comida.

-ignorare el insulto - comenté dejando mi café sobre el escritorio- pero no lo miraba por eso, lo hacía porque no era necesario...

Quiza había sido un poco más grosero de lo que pretendía, pero ella no lo noto, de hecho sólo sonrió aún más. Era difícil saber si a una chica le molestaba algo, siempre sonreían (por lo menos las que conocía).

-que suerte que no he pedido tu permiso, además te estoy invitando, no seas grosero - me reprendió fon voz firme.

Por segunda vez, sentí escalofríos. Alisa parecía tener el poder de pasar de ser “amor y paz" a ser “altamente peligrosa" en un solo instante. Con temor a retar su autocontrol y paciencia, no tuve otra opción que aceptar su invitación, además ya tenía hambre.

Creí que en ese momento la conversación moriría, en su lugar se avivó aún más: Alisa me comenzó a bombardear de preguntas, primero sobre mi trabajo, luego sobre mi vida, siendo cada vez más profundas. Después, fui yo quien comenzó a preguntar, aunque en realidad, fue una conversación revuelta, ella preguntaba y luego yo o yo lo hacía y ella respondía; como fuese, terminamos hablando de todo y nada, me contó que su padre era policía y había fallecido meses después de que ella naciera, que la directora Ivanov era su tía paterna (eso explicaba el favoritismo), que había crecido en la academia pues su madre había sido bailarina y ahora era maestra, que era hija única pero tenía varios amigos y amigas que consideraba como hermanos y hermanas, que pasaba más tiempo causando problemas que practicando o estudiando, y otras cosas más que olvide, como había olvidado el inicio de esta charla.

En algún punto, ya no parecía que estábamos en lo oficina, ni que éramos desconocidos que recién se veían por tercera ocasión; habíamos creado un espacio donde el tiempo y el silencio no existían, era tan cómodo, en comparación con Mi-suk, donde siempre que hablábamos eran las mismas preguntas robóticas y el eterno sentimiento de incomodidad. Si, las estaba comparando, pero no lo podía evitar, sobre todo porque mi mente no cooperaba.

Cuando volvimos a la realidad y fuimos consientes de la hora que marcaba mi reloj en la pared, notamos que pasaban de las 6 de la tarde.

-¡wow! De verdad ya son las 6:43 - comentó sorprendida y corroborando con su teléfono. - parece que el tiempo vuelva cuando la conversación es interesante.

Mire mi teléfono, el cual estaba en silencio desde el día anterior: tenía decenas de llamadas de Ximen y Ah Si. ¡Demonios! Había olvidado por completo que los vería a las 4 en el trabajo de Shancai y Xiaoyou (las cuales tendrían el horario de la tarde hoy).

-bueno nada como un buen descanso, después de tanto esfuerzo, ¿no? - comente volviendo a ignorar mi teléfono.

-bien punto - acepto, miro pensativa la puerta y luego añadió en voz alta - aún tengo tiempo, quizá deba ir a casa.

Una idea tonta cruzó por mi mente y luego son asimilarlo si quiera, se convirtió en una pregunta:

-¿quieres que te lleve a casa? - ella regreso la mirada a mi, desee que la tierra se abriera y me comiera vivo - es gratis y con mejor servicio que un taxi...

Últimamente parecía empeñado en complicarme la vida.

-¿de verdad? - pregunto sorprendida.

-si, de cualquier forma me queda de paso, tenía que ver a mis amigos en el centro hace horas - explique para darle a entender que no había problema.

-pues, parece la oportunidad perfecta para probar lo que es un chófer privado - bromeó a modo de aceptación.

Ambos sonreímos. Mientras ella fue por su maleta tras bambalinas, yo recogí la oficina, salí, le puse llave, tire la basura que habíamos sacado y encendí el auto.

-pues andando - dijo emocionada cuando, salió de la galería y subió a mi auto.

Haciéndole caso, comencé a conducir entre las calles y avenidas. No entendía si la ciudad hoy estaba tan calmada o si había algo en el aire, pero el trayecto había sido demasiado corto, habíamos seguido nuestra conversación, lo que nos hizo llegar a nuestro destino antes de lo planeado.

-comienzo a creer que el conejo blanco ya descubrió como alterar el tiempo - soltó Alisa cuando estuvimos delante de su edificio.

El conejo blanco era un clásico en Alicia y el país de las maravillas, así que al entender a lo que se refería no pude evitar sonreír.

-mmm...gracias, por hoy, por la charla y la buena compañía y por traerme - añadió ella, evitó mi mirada pero no el rubor en sus mejillas.

El recuerdo de nuestro beso volvió a saltar a mi mente, quizá no había sido tan malo, sonreí aun más y le agradecí por la comida y la charla.

-la próxima será mi turno de invitar la comida - comenté antes de que se bajara del auto.

-entonces, ojalá que sea pronto...

Aún más roja que antes, bajo rápidamente y me despidió con la mano, antes de entrar al edificio. Cuando la perdí de vista, me encamine a mi punto de encuentro con Ximen y Ah Si, ojalá siguieran ahí (aunque debían, ya que yo los he esperado por horas el último año, era lo justo que ahora ellos separaran). Estaba tan de buen humor, que olvide el tráfico que había a estas horas y por alguna razón, sólo podía imaginarme una y otra vez como se podría volver a repetir lo de hoy.

Unplanned Love (Feng Meizuo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora