🧶TREINTA Y DOS🧶

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La bebida si resultó tal y como la imaginaba, pero me impidió disfrutarla mi revoltijo de ideas y conjeturas sin sentido.

No estuve demasiado en el bar, me marche poco después de media noche y en casa, en cuento llegué, me dejé caer en la cama. Mi cabeza daba vueltas pero igual me quedé dormido al instante.

De no ser por la fastidiosa alarma, quizá habría seguido dormido, aunque tampoco podía darme el lujo de hacerlo. Hoy sería día de cita con Mi-suk, no estaba entusiasmado al respecto pero igual me levante y me arregle para el encuentro.

Una hora después bajaba de mi habitación.

-¡Meizuo! - me llamo alguien desde la cocina.

Detuve mi marcha en dirección a la puerta y me gire a ver quien me llamaba. Era mi madre, con su andar despreocupado llegó hasta mi lado.

-¿ya vas a encontrarte con Bae Mi-suk? - pregunto curiosa.

-si - respondí con poca emoción y luego en un ataque de pánico añadí - por favor no me digas que la traiga a casa, no creo que...

-puff, por supuesto que no, ya sabes que opino al respecto de traer chicas a la casa -me interrumpió haciendo una mueca de disgusto.

Mi madre tenía la excelente regla de que yo no podía llevar a ninguna chica a casa, a menos que fuera con quien pasaría el resto de mi vida. De principio, cuando era adolescente me parecía una total tontería anticuada, pero ahora, entendía porque: si esa chica terminaba conmigo, pondría a mis padres entre la espada y la pared, por un lado me apoyarían a mi sin importar de quien fuera la culpa, pero se sentirían mal por la chica y buscarían compensarla o buscar venganza, cual fuera el caso. Y ciertamente, de entre todas las chicas a Mi-suk sería a la que llevaría al último a casa.

-menos mal, ¿qué sucede? - pregunté aliviado.

-sucede que quería darte un consejo - respondió mirándome mal por el tono en que le había hablado.

-¿no crees que eso debió ser antes de enviar a Ximen y a Ah Si a ponerme en una situación difícil con Mi-suk? - pregunté sarcástico.

-cuida tu tono conmigo, jovencito, podrás ser más alto que yo y ser mayor de edad, pero no te da derecho a hablarme así - me reprendió mi madre, en su tono clásico de supuesta molestia.

-okay, okay - acepte levantando las manos en señal de rendición, nunca le ganaría una batalla así que era mejor tratar de sobrevivir - soy todo oídos.

-así me gusta... - dijo relajando su postura nuevamente - ¿si sabes que no tienes ninguna responsabilidad para con la empresa verdad? - pregunto y asentí - que tu padre haya levantado el grupo solo, no quiere decir que tu debas mantenerlo a flote a cualquier costo. - continuó, creía saber por dónde hiba la cosa pero la deje hablar - Y cuando digo cualquier costo, me referido a que no quiero que te cases con alguien solo porque te ayudara a mantener la empresa, ni muerta aceptaré un matrimonio arreglado para ti...

-¿y donde esta el consejo, mamá? - le pregunté cruzandome de brazos.

-a eso hiba, dejame terminar - se quejo, volvió a hacer una mueca y prosiguió - te digo todo esto porque aun que la señorita Bae sea agradable y un buen partido, se que lo estás haciendo porque su madre es una importante pieza para el grupo - hizo una pausa para analizarme o esperar respuesta, no tenía nada que decirle - así que, mi consejo esque reconsideres tu relación con ella, aunque si tu decisión sigue siendo continuar con ella, no interferire más. Solo pensalo, ¿si?

-esta bien, pero ya se me hace tarde - respondí encaminadome nuevamente a la puerta.

-¡más te vale que no me estés dando por mi lado Feng Meizuo, aún te puedo castigar con las tarjetas de crédito! - me grito mientras salía.

-¡bien intento, mamá! - me burle desde afuera de la casa.

Sabía que si era capaz de hacerlo, pero tampoco le estaba dando por su lado. Que está vez fuera ella misma quien sacara el tema, me decía que sus motivos realmente eran buenos, o eso creo. Ya no estaba seguro de nada.

Subí a mi auto con las palabras de mi madre rebotando en mi cabeza. Nada como un sermón maternal para quitarme el ánimo de salir, aunque  tampoco es que tuviera demasiado. 

Me vería con Mi-suk en una cafetería que se había vuelto nuestro lugar de encuentro habitual, pasaríamos el rato ahí, luego iríamos al cine, a comer y finalmente a una pequeña reunión con sus compañeros de trabajo. Estaba a 10 minutos de mi destino cuando recibí una llamada de mi asistente.

-señor Feng, el proyecto Pandora esta listo - me dijo en cuanto respondí.

-grandioso, esa si es una buena noticia - dije realmente emocionado -¿a que hora sera entregado?

-en hora y media.

-perfecto, asegúrate de encontrar el mejor lugar para grabar y de enviarme el video - le dije escuchando como también ella misma disfrutaba de ayudarme en esto.

-si, señor - aceptó divertida y colgó.

De todas mis bromas de adolescencia, mi favorita era Pandora, que al igual que la historia del mismo nombre, se trataba de una caja que al ser abierta liberaba un sin fin de misterios. El misterio de esta ocasión un pastel y un golpe sorpresa, un clásico de los que nunca aburren.

Disfrutando el momento lleno de satisfacción que me causaba la broma, llegué a la cafetería, Mi-suk ya me esperaba en una mesa cercas de la ventana, se levanto para recibirme.

-¡Hola! - salude con más efusividad de la que planeaba. - ¿no llego tarde o si?

-para nada, justo a tiempo - saludo con una sonrisa.

Nos sentamos y tras llamar a la mesera, ordene un café y ella un té.

-hoy te ves muy alegre, ¿las cosas con tu amigo mejoraron? - comentó tras intercambiar palabras sobre nuestra semana.

-¡ah, si! Justo acababa de recibir una llamada de él - mentí o lo hice a medias.

Aunque Dupont no se había hecho presente desde hace casi 2 semanas, sabíamos por Lian que Lei mejoraba poco a poco.

-me alegra mucho, eso significa que ahora podremos disfrutar mejor nuestro tiempo juntos - comentó feliz, Mi-suk.

-eso es aún mejor - mentí de nuevo con mi mejor sonrisa fingida.

Mi excusa para mi mal humor había caído, pero, mientras mi actuación siguiera intacta no había problema. Creo.

Unplanned Love (Feng Meizuo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora