🧶CUARENTA Y SEIS🧶

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-Meizuo, ¿por qué no llamaste antes? - fue lo único que me cuestionó cuando terminé de hablar.

Antes o después, cuál habria sido la diferencia.

-ni siquiera yo era consciente de lo que pasaba - confesé dejándome caer en la silla.

Todo había sido turbulento, confuso y hasta parecía estar rodeado de una espesa neblina que no me permitía ver más que pequeños destellos de claridad de vez en cuando.

-entiendo, me alegra que me llames para esto - confesó también, seguía preocupada - quizá no pueda darte un consejo como tal, pero si puedo decirte como fue mi versión de nuestra historia, tal vez eso te ayude...

-cualquier cosa es útil en este desastre que tengo - dije para animarla a seguir.

-bien, pues deberé comenzar por el día en que nos conocimos - comenzó a decir - aquel día en la competencia, yo no esperaba que un chico amable se me acercara, siendo honesta sabes bien que ni siquiera esperaba a nadie, así que me tomo por sorpresa cuando me ofreciste aquella bebida y me regalaste una sonrisa - hizo una pausa, para ella yo ya no era un mal recuerdo, ahora lo tenía claro - desde que escape de Terence, no había querido que nadie se acercara a mí y aún con todas las trabas que te puse, tu seguiste insistiendo y de algún modo eso me hizo sentir bien...

>> aunque no lo creas, si me diste un poco de felicidad, pero mi corazón no olvidaba a aquel extraño - esto no era nuevo para mí, no sólo porque lo había visto en ella mientra sucedía, también porque yo lo había vivido en carne propia hace no mucho - ahí comenzó el conflicto; como tu ahora, me sentía culpable por acceder a verte y sobre todo me avergonzaba cada que me embriagaba frente a ti, sabía que no merecías nada de eso, pero fui un poco egoísta porque me dabas un poco de felicidad. Pará cuando Terence apareció, todo se complicó, me recordó que no debía acostumbrarme a ser feliz a ratos - ¿acaso es lo que estaba haciendo yo? Acostumbrarme a un poco de vida - seguí siendo egoista por que me daba miedo aceptar que merecía ser feliz, aún más cuando realmente nunca había hecho nada malo, cuando mi único error fue abandonar al amor de mi vida por temor al futuro o no se, aún no entiendo completamente que me impulso a tomar esa decisión. Lo que sí puedo decirte es que, llegó un momento, fue quizá después de que terminarán de construír mi casa o antes, cuando entendí que yo merecía vivir un amor completo, no por que tu no fueras suficiente, sino porque yo también quería corresponderle a alguien. - así que al final, tenemos esa necesidad de dar y recibir, quien lo diría- si, me dabas buenos momentos, pero a cambio te lastimaba y me engañaba a mi misma, tu mismo me lo dijiste. Debía ser sincera conmigo misma, te rompí el corazón al hacerlo pero entendiste que una felicidad a medias no contaba y fue mas tu amor por mi, que ese deseo de que estuviéramos juntos.

Nada de lo que escuche se sintió como algo nuevo, sin embargo había estado tan negado a verlo que cuando Caina lo menciono se sintió como un balde de agua fría.

-ahora que lo pienso quizá si tengo un consejo para ti y una pregunta que te ayudará - siguió diciendo sin esperar mi respuesta - no te conformes con menos de lo que vales, un amor a medias o unos pocos buenos momentos no es lo que mereces, mereces ser feliz, aunque parezca que solo piensas en ti, se firme y busca a aquella persona que te haga realmente feliz. Así que dime: ¿la doctora Bae, te hace realmente feliz?

-no... - fue apenas un susurro, aunque no vacile en ningún momento, ni siquiera había tenido que pensarlo, la respuesta siempre había sido no.

-si no te hace feliz, ¿es justo para ambos que sigan juntos? - insistió.

-no...

-hablame de la bailarina, mencionaste poco de ella pero entiendo que es como tu Terence - pidió, arrugue la nariz ante la comparación.

De nuevo, no hizo falta pensarlo, como cuando abres la llave del grifo y el agua corre sin parar, así comencé a hablar de Alisa. No importaba cuantas veces hablara sobre ella, cada vez añadía y cambiaba cosas, sabía demasiado de ella en poco tiempo, me asustaba. Pero de alguna forma, era reconfortante saber que Caina me entendía, después de todo, solo había estado con Terence una vez y se entero de suficiente como para darse cuenta de que era el amor de su vida. Quizá no se necesita saber demasiado de otra persona en realidad, con una mirada basta para saber que quieres pasar el resto de tu vida con ella, tal como había dicho Xiaoyou.

-Alisa... Me parece que es perfecta para ti y se nota a kilómetros que te haz enamorado de ella - comentó más alegre Caina cuando termine.

-es muy apresurado para decir algo así, ¿no crees? - dije sintiéndome un poco más animado.

-la vida no siempre es lenta y metódica, Meizuo, a veces corre tan deprisa que al final solo quedas tu cuestionadote si aprovechaste el tiempo - me sermoneo, era la edad o experiencia propia, lo que fuese tenía razón y Akiko lo había mencionado una vez también. - no seas tonto y corre por Alisa.

-eso me sono a una orden - le reproche.

Y volvíamos a la normalidad, sentía un peso menos, aclarar todo esto con Caina era un alivio, había estado cargando con esto demasiado tiempo y no lo había notado. Habían tantas cosas que no note, aunque ahora entendía porque.

-pues lo es, yo tengo una boda que planear y espero recibir la invitación a la tuya muy pronto - comentó riendo.

-oye, vayamos paso a paso -dije también entre risas.

-okay, supongo que al menos me conformare con verte en mi boda, te envío la invitación en unas semanas.

-estaré encantado de ir - realmente lo estaba, no había actuación esta vez.

Sabíamos que era el fin de la llamada.

-Caina...

-¿si?

-gracias... Gracias, por tus consejos, por la llamada y por lo nuestro...

-de nada, ya te dije, es lo menos que puedo hacer por el chico que me recordó que todo el mundo merece su final feliz...

Unplanned Love (Feng Meizuo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora