🧶OCHENTA Y NUEVE🧶

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Con resignación de mi secretaria, las puertas del evento se abrieron, tal y como paso en China me dedique a recibir a los asistentes, muchos eran la crema innata de la sociedad Rusa, pero muchos más, eran fieles seguidores del trabajo del grupo Feng.  La bienvenida marchaba sobre ruedas, Ivanov se había presentado por unos breves instantes y después había ido a ver como hiba todo tras bambalinas; y aunque en más de una ocasión sentí que debía ir a ver a Alisa, nunca lo hice.

-esta es primera llamada, a todos los asistentes, esta es primer llamada - anuncio la voz computarizada de siempre.

Y esa fue mi señal para evadir a más empresarios, socios y otros que venían a hacer negocios, no era el momento para ello. Invite a todos los que se cruzaban en mi camino a buscar sus asientos.

-segunda llamada, a todos los asistentes, esta es segunda llamada - repetía la voz a los pocos minutos.

Yo estaba por llegar a la parte trasera del escenario, Akiko se había quedado apoyando a los invitados a encontrar sus asientos, aún había tiempo. Pará cuando llegue, las miradas curiosas fueron más veloces que mi propia llegada, no preste atención y busque por todos lados a Alisa.

-no está aquí - comentó alguien desde un lugar frente a un gran espejo, era Shura. Estaba acomodando su vestuario con lentitud, me miró por el reflejo y añadió con toda la calma del mundo- debe estar sobre el escenario, es el único lugar donde nadie la molesta y puede concentrarse mejor.

-gracias - le dije y sali corriendo en busca de las escaleras.

Había estado horas antes en aquel lugar, caminando de un lado a otro, pero ahora que necesitaba encontrar algo con rapidez, me memoria me fallaba.

-señor Feng, estan por anunciar la tercera llamada, donde sea que este debe venir ahora - me habló Akiko por el comunicador.

Mire mi reloj, tenía razón, aunque encontrase la dicho escalera hasta Alisa, estaría atrasando la obra, después de todo ella era la primera en aparecer. Suspiré resignado y regrese por donde había llegado, hasta llegar a mi lugar en el palco secundario, aún costado del principal que estaba de frente al escenario donde había ubicado a políticos y clientes potenciales Rusos.

“¡Suerte, Alisa!”

-tercera y última llamada, a todos los asistentes, está es tercera y última llamada...

Las luces se apagaron, el telón subió y el escenario se encendió dejando ver a la misma Alisa segura de sí misma que había visto en China. Cada movimiento, cada paso, cada expresión de la primera parte de su presentación, el baile individual, era impecable; no sabía demasiado del ballet, quizá ni siquiera sabía mucho de la propia Alisa, pero ahora que la veía estaba seguro de que en realidad sí merecia ser la estrella. Conforme la obra avanzó, cuando aparecieron los personajes, primero completando duetos, la tensión de Alisa era evidente y lo curioso es que quedaba tan bien con la tensión del personaje al ser vendida y obligada a casarse con el Sultán; cuando esté apareció, entendí porque Ivanov había enviado a Lev a ayudar a Alisa, él sería el sultán con quien actuaría sin cambio ni objeciones durante 8 meses. De nuevo sentía el cólera subir, la insignificancia era algo que nunca había sentido, pero más que eso, me daba la impresión de que no estaba haciendo suficiente por ella.

Y luego, el momento decisivo llegó, Ivanov estaba en primera fila, pero aún a la distancia era evidente su nerviosismo; cómo en la historia original, Scheherezade, tendría que contar una historia, aún cuando fuese sólo la sombra de cada personaje de cada historia la función entera se trataría de ella moldeando el baile de todos, ese era el trabajo de Alisa, ser un ventrílocuo que se volvía la sombra del muñeco.

-lo está haciendo bien... - susurro Akiko después de los primeros pasos de todo el conjunto de bailarines.

Era muy pronto para afirmarlo, pero si, hiba bien. Sin embargo, todo cambió en un instante, Smirnov ahora era el centro de atención pese a que Alisa seguía en el escenario; la luz parecía enfocarse a la vieja estrella y pese a eso las emociones de Alisa continuaban, eso era lo abrumador. El temor a equivocarse, el sentirse desplazada y el constante intento de dejarse opacar por Smirnov, hacia creer que había un error, que la coreografía hiba mal y quizá así era, aunque nadie lo notaba. Al final, cuando Alisa terminó nuevamente sola con Lev, solo fue alivio lo palpable; todo el público había estado al borde de su asiento y al hechar una mirada rápida, note como muchos comenzaban a calmarse, se dejaban caer y los suspiros acrecentaban el efecto masivo de la nueva vuelta a la historia principal. El telón cayó. Silencio. Consternación y luego, aplausos, ovaciones de pie. ¿Había sido un éxito?

Imite al resto del público, sin sonreír ni sentirme tranquilo en realidad.

-¿lo logró, no es así? - pregunto Akiko por sobre el bullicio de la gente.

-no lo sé... - confesé.

Salimos del teatro y aunque se suponía que debía comenzar a escuchar los comentarios de los invitados, preferí ir a ver a Ivanov, la cual salía del escenario tras haber ido a supervisar a sus alumnos.

-Meizuo... - comenzó a decir en cuento me vio, la formalidad no aplicaba aquí - no fue lo esperado, si hubo errores, pero quedaron ocultos el nube de emociones, al parecer todos estaban tan abrumados por lo que se transmitía desde el escenario que no notaron la caída de Alisa ni el resbalón de Smirnov, ambas están bien...

¿Una caída? Debió ser cuando comenzaba a robarse la atención Smirnov, o quizá cuando la tensión llegó a su máximo punto. ¿Un resbalón? Fue cuando todos eran incapaces de mirar a otro lado, o quizá cuando fue imposible ver más allá de la frustración.

-debería ir a verla... - dije, más como pregunta que como afirmación.

-no, de todos, quizá es la última persona que le gustaría ver, conmigo salió furiosa por la puerta trasera - añadió Nadenka negando preocupada.

Hasta el momento, Alisa nunca se había molestado por alto así conmigo, me necesitaba ahora; sin importar lo que dijera Nadenka, sabía lo que mi novia necesitaba. Así que, estaba por darme media vuelta para ir a buscar a Alisa cuando termine envuelto en los empujones y jalones de Akiko.

-el trabajo aún no termina, tiene que ir a la sala principal, ahora - me decía mi secretaria, Ivanov nos siguió de cerca tan abatida como yo.

Aún había tiempo, podía esperar un poco más...

Unplanned Love (Feng Meizuo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora