🧶CIENTO DIECIOCHO🧶

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-Alisa, como ya sabrás, es demasiado terca e incluso cuando terminaron ella estaba decidida a seguir dando su máximo esfuerzo - continuó Ekaterina - fue como volver a vivir la tragedia de mi esposo, pero en mi pequeña.

-lo que dice solo reafirma mi idea, de que efectivamente fue mi culpa, sin pensarlo yo mismo le exigí a Alisa - la interrumpí sintiendo una abrumadora culpa.

-en lo absoluto lo es, Alisa ha estado obsesionada con la perfección y ser mejor desde siempre, su motivación antes era solo Nadenka y después de conocerte, solo pensó que ahora tenía una razón más para esforzarse - explicó la mujer a mi lado - además, no me atrevería a culparte después de que fuiste quien creyó en ella incluso cuando ella no lo hacía...

-ah, de verdad lo sabe todo - comenté nervioso.

No hacía falta que mencionara momentos exactos, yo sabía perfecta a que se refería cada referencia y no necesitaba más aquel sermón sutil para entender que Ekaterina sabía que clase de hija tenía y que clase de personas estaba dispuesta a aceptar en su vida, pero aún así la duda inundaba mi interior.

-es el trabajo de una madre saberlo todo...

-y si lo es, puedo preguntar, ¿por qué no me lo dijo? Quizá pude evitar que los malos momentos fueran tan...

-es su vida... A mi solo me corresponde preocuparme y hablar para que no quede ningún cabo suelto, que te hubiera avisado no te habria ayudado a que reafirmaras tu amor por mi hija, de hecho, quizá pudo acabar todo antes.

-me cuesta creer que piense de ese modo, no todas las madres aceptan tan abiertamente que sus hijos arruinen su vida.

-una cosas es vivirla y otra es arruinarla - me aclaró - pero, entiendo, a mi misma me cuesta acatar esa idea. Alisa es mi única familia y el temor a perderla me hizo arrepentirme por no decir nada, pero el hecho de que estas aquí y ahora y de que te hayas disculpado hace que piense que ha válido la pena.

-¿eh? ¿Cómo...?

-no cualquier hombre acepta sus errores y los enfrenta, no cualquiera se arrepiente de sus actos y pide disculpas - explicó - y del mismo modo, no cualquiera que diga amar a mi hija, realmente lo demostrará con los actos como tu.

-y aun así, sigo esperando que acepte mis disculpas - añadí al instante, escucharla decir que no era mi culpa seguía sin satisfacer a los nervios que me carcomian. - ya ha dicho que no considera que fue mi culpa y también confesó que ya lo esperaba, pero sigue sin cambiar el hecho de que ninguna persona, sobre todo si es la pareja de alguien, merezca los tratos y rabietas que le hice pasar a Alisa. Entiendo que así es el amor de bipolar y caótico, pero existen límites entre lo que verdaderamente es herir por accidente y lo que es herir con intención. Y temo admitir que yo cruce ese límite un par de veces, el como es Alisa no lo justifica y tampoco lo justifica lo que soy y lo que creo. - Ekaterina me miraba con atencion y cierto orgullo - Más que pedirle disculpas, me había gustado decirle que no pasara de nuevo, pero no puedo asegurar el futuro, aunque si puedo decirle que con todo lo sucedido aprendí lo suficiente para que no llegue a los extremos en la siguiente vez que llegue a suceder.

-directo, honesto y realista - comentó la señora Romanov satisfecha. - supongo que no me dejaras dormir un poco durante el vuelo hasta que no acepte tus disculpas.

-esta en lo correcto - me dije divertido.

-son tal para cual, tal para cual - negó Ekaterina con una felicidad que no le vi en lo que llevábamos de vuelo. - bueno, acepto tus disculpas y también tu promesa que no es promesa, me alegra saber que mi hija encontró a alguien que pueda hacer por ella, lo que yo no pude por mi esposo.

-yo no hago nada por ella, quizá la subestima un poco, pero Alisa realmente es tan fuerte y consciente como usted, después de todo si ha crecido con un buen ejemplo - le asegure.

-gracias... - aceptó el cumplido.

Hubo un poco más de una conversación alejada del sermón que significó un desahogo para ambos y luego el resto del vuelo fue tranquilo.

Era verdad que la pequeña espina de la culpa me había molestado un timepo desde que supe que debía ir a Rusia a recoger a la madre de Alisa, había estado tan ocupado que no había reparado en ello. Pero luego de esta breve platica con su madre, toda duda de disipó por completo, de modo que, ahora no había nada más que me atormentace, ni siquiera el hecho de que una relación a distancia estuviera en mi vida. Después de todo, confiaba plenamente en Alisa.

Cuando por fin llegamos a Italia, en el aeropuerto con un gran letrero nos recibio Alisa con emoción. Ciertamente, no supo ni a quien saludar primero hasta que la sermonee para que saludara a su madre como era debido, cosa que al final hizo.

-Agh, no te veo en meses y lo primero que haces es regañarme, bufón medieval - se quejo Alisa cuando fue mi turno.

-niña de circo, tu mamá no te ha visto en casi un año, ella merece la atención - le dije burlon.

-y ustedes tortolitos, deberían llevarme al hotel - reclamo Ekaterina divertida por la escena.

-¡mamá! 5 minutos, solo 5 te pido - le suplico Alisa.

-ni hablar, fue un vuelo largo y quiero dormir antes de prepararme para tu presentación - se negó la señora Romanov.

-okay, okay, andando - dijo Alisa dándole unos empujones a su mamá para que comenzará a caminar.

Antes de alejarse completamente con ella, regresó en sus pasos y se apresuró a darme un beso corto en los labios.

-te extrañe - me dijo y luego se alejo.

-eso no es justo - me queje satisfecho.

De camino al hotel y seguramente también mientras su madre se instalaba, Alisa no paro de hablar sobre todo lo que había hecho los últimos meses hasta el último minuto antes de nuestra llegada. Después de eso y de asegurarse que su madre estuviere comida en el hotel, me alcanzó en mi habitación.

-pensé que... - comencé a decirle en cuanto le abrí la puerta.

Ni bien empecé a hablar y ella ya había saltado a mis brazos y me beso con todo ese amor que no pudimos expresar por llamada.

-yo también te extrañe - le dije cuando nos separamos para tomar aire.

-no, no, te extrañe más - dijo risueña sin bajarse de mis brazos.

-ni hablar, quien lo extraña más soy yo...

Unplanned Love (Feng Meizuo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora