🍵Drinking love🍵

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El día siguiente llego pronto, apenas si había dormido planeando todo y pese a eso, no estaba cansado, al contrario me sentía con demasiada energía. Seguramente, un efecto secundario de los nervios y tantas tazas de café.

Sin haber pegado el ojo, deje todo como estaba en mi habitación de mi casa y me metí al baño a darme una larga ducha para alejar todo el cansancio. Salí y me parepare para la cita: ropa cómoda pero elegante, no necesitaría tanta formalidad. Una vez listo, deje mi casa y conduje a la florería favorita de Xiaoyou, compre un gran ramo de rosas rojas y blancas, y después fui a la casa de té.

Una vez en la casa, puse en agua las flores, decore la habitación donde estaría con Xiaoyou (la sala de estar, que se encontraba en un a habitación de grandes ventanales que daban al lago en el segundo piso), prepare todo el lugar.

Solo la llamada desperada de Ah Si me hizo salir de la casa de Té. Seguía siendo un poco inútil para planear citas con Shancai. Le ayude a conseguir una reservacion de último minuto y le conseguí un obsequio, quizá debería dedicarme a organizar citas en lugar de al té. Con la promesa de que sería recompensado por mi amigo, regrese a la casa de té.

Aún me quedaba tiempo, di una última revisión a todo, la cena estaba caliente pues los cocineros no tenían mucho de haber acabado. Todo me aseguraba que hoy sería una gran noche. 10 minutos más tarde, escuché que Xiaoyou entraba a la casa con toda libertad.

-¡¿Ximen?! - me llamo desde la planta a baja.

-aquí arriba - le grite en respuesta.

Minutos más tarde veía como Xiaoyou subía lentamente las escaleras, llevaba un vestido muy lindo de hombros descubiertos y mangas largas holgadas, color lila, zapatos de tacon bajo negros y su cabello decorado con una cinta negra igual con destellos lilas (ahora le llegaba a los hombros y le quedaba perfecto). En su mano derecha sujetaba su abrigo y en la izquierda llevaba una caja.

Al verme me sonrió y le sonreí de vuelta, se veía hermosa. Me acerque y le quite el abrigo de las manos, lo puse en el perchero y luego la tomé de la mano para llevarla hasta nuestra mesa que había preparado. Todo estaba a la luz de las velas, había una música tranquila de fondo y las rosas y los pétalos se encontraban por doquier.

-esto es hermoso - comentó emocionada cuando la ayude a sentarse.

-no más que tu - la alague sonrojandome un poco.

De todas las chicas con las que había salido, solo ella me hacía sonrojar.

-creí que saldríamos.

-no, ya han salido demasiado mal las cosas cada que salimos - me apresure a negar sirviendo un poco de vino. Ella se rio.

-bueno, esto también me gusta, nunca la imagine - respondió entre risas aun.

-y solo es el principio - le dije emocionado.

Deje que disfrutará su vino y comenzamos a hablar sobre nuestro día, era muy fácil hablar con ella. A pesar de cómo comenzó lo nuestro, era una amiga y tenía la confianza de hablar con ella como tal, siendo mi novia y mi amiga a la vez yo sentía que me había sacado la lotería. El crepúsculo nos acompañó en nuestra conversación, había elegido bien el lugar, pues la ciudad se veía iluminada por todos naranjas, rosados y morados conforme caía la noche.

Cuando creí conveniente me levante y fui por nuestra cena, no negare que trate de hacerle creer que yo lo había cocinado, los chefs ya se había llevado su paga, yo podía llevarme el crédito. La crema, la ensalada, la carne y las guarniciones, todo lo serví con cuidado. Sabía por experiencia que si lo hacía mal, o bien podría derramar todo, o terminaría quemandome, no podía correr ningún riesgo.

-¡delicioso! - dijo en cuanto probó la crema y siguió elogiandome conforme comíamos.

El aura era tranquila, me sentía cómodo aún más que cuando salíamos a restaurantes. El postró fue su favorito: pastel de chocolate relleno con duraznos y nuez, decorado con frambuesas y uvas. Su rostro se iluminó cuando le di su rebanada y la vi guardar las frambuesas para el final; siempre hacia eso, guardaba lo mejor para el final y yo siempre le daba mis frambuesas feliz por verla sonreír adorablemente.

Siempre lograba que sus mejillas se volvieran rojas por su timidez y mi meta cada que la veía era lograr ver esa mirada inocente con sus mejillas rosadas. Esta vez no era la excepción.

-casi lo olvido - dijo una vez que acabamos el postre, se agachó un poco y levantó la caja con la que había llegado. -no sabía que regalarte así que hice esto.

Tome la caja con delicadeza, jamás había recibido algo hecho por la propia persona por lo que me sorprendió aún más cuando la abrí: lo primero que vi fue una fotografía enmarcada de nosotros, era la misma que nos había tomado cuando mi plan del holograma en la torre había fallado; luego, un cuaderno o más bien un álbum de fotografías que hiban desde la primera vez que nos vimos hasta nuestros días más recientes, tenía notas de recuerdos o mensajes cursis por todos lados; también había una carta que decidí leer más tarde para no provocarle un paro cardíaco a mi novia; y finalmente, una pulsera de plata con una piedra de jade en forma de flor de manzanilla.

-creí que era mejor si hacía yo misma el regalo, le pedí ayuda a Ah Si y Shancai para las fotos - comenzó a explicarme - y la pulsera, quería darte algo que te recordará a mí y llevaras siempre... ¿Te gusta?

La escuché con atención sin creerlo, me había conmovido y ahora me sentía culpable por hacerle creer que yo había hecho la cena.

-me encanta, gracias - le respondí con una sincera sonrisa y me puse la pulsera en la mano derecha.

Mi obsequio no era nada tan grandioso, solo era la cena, sus flores favoritas, un oso de peluche de su tamaño, un guardapelos con nuestras fotografías -y con la inscripción “para mi dulce y perfecta amada"- y fuegos artificiales que rezaban dos palabras: “te amo". Pero al menos, había logrado darle a mi amada Xiaoyou una cita perfecta, como ella la merecía.

Unplanned Love (Feng Meizuo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora