🧶CINCUENTA Y DOS🧶

148 14 13
                                    

-por cierto, ¿qué edad tienes? - pregunté recordando que hasta el momento jamás habíamos mencionado nuestra edad, solo bromeabamos con ella.

-no me lo creerías si te lo dijera... - comenzó a decir sonriendo tímidamente - tengo 19 años.

Me detuve en seco, era 5 años más joven que yo, la primera vez que la había visto habría jurado que era mayor que yo pues hablaba muy decidida y siempre se ha visto como una persona madura. No podía creer que era menor y lo más impactante: hasta el momento siempre me fije en chicas mayores que yo, Caina era unos 4 o 5 años mayor, Mi-suk tenía los 30 ya.

-¿no es verdad? - dije o pregunte, no estaba seguro.

Alisa se detuvo y me miró confundida.

-es verdad, hace un año apenas ingrese a la academia de ballet - confesó con una sonrisa - por eso estaba nerviosa el viernes.

Bueno, no debía sorprenderme tanto, después de todo ella me había puesto el apodo de joven anciano y dudaba mucho que se le hubiera ocurrido si era mayor que yo, aunque había la posibilidad de que ella no supiera mi edad.

-si sabes que edad tengo, ¿no? - pregunté dudoso.

-claro, tienes 24, Nadenka lo menciono cuando te alago como el "el CEO más joven con el que he trabajado" - respondió Alisa citando a su directora.

-¿y no te molesta la diferencia de edad? - pregunté sin pensar.

-¿a ti te molesta? - me preguntó de vuelta.

-no pero... - comencé a decir.

-a mi tampoco, no creo que la edad sea un problema y si crees que tiene algo que ver con la madures, puedo decir que hay chicos de 12 años con una mente más clara que un anciano de 60 - argumento cruzandose de brazos.

-no me mal intérpretes, no me refería a eso - me apresure a corregir - esque juraría que, por la forma en que te expresas y ese sentido aventurero característico que tienes, tenías más edad o por lo menos la misma que yo.

-te fallaron tus cálculos - se burló.

-las apariencias engañan - me queje siguiendo con nuestro camino.

Ahora que lo pensaba, no me molestaba que fuera más joven, solo era algo nuevo.

-si te hace sentir mejor, soy mayor de edad en mi país, en tu país y en gran parte del mundo - informó siguiendome el paso.

-¿y eso como me haría sentir mejor? - pregunté confundido.

-bueno, pues en primera porque legalmente no hay ningún inconveniente en nuestra relación y no te podría demandar - explicó pensativa - y en segundo, no estarias acosando a una menor.

Se estaba burlando de mi, en definitiva eso pasaba, la mire mal en respuesta.

-graciosa - respondí sarcástico.

-vamos Meizuo, la edad solo es un número - comentó tomándome de la mano y sonriendo ampliamente.

Como podía sentirme ofendido por ella, cuando me sostenía la mano de ese modo. Además, ella me había demostrado que era demasiado adulta en varias ocasiones, una de ellas está mañana cuando aceptó mi historia sin quejas ni dramas (o no demasiados).

Cuando llegamos al auto y pude comprobar la hora, me di cuenta que realmente el tiempo vuela cuando te diviertes, eran casi las 5 y ya era hora de volver, pues Alisa tenía otra presentación hoy a las 7, andaría a las carreras si no nos marchabamos pronto. Pero, además de la hora, me sorprendió la cantidad de llamadas perdidas que tenía, 20 de Ximen y Ah Si, 5 de mi madre y dos de Akiko. Ignore todo, ya tendría tiempo más tarde para pensar en todo.

Ambos subimos al auto y está vez si conduje, encendí el aire acondicionado en templado, me moría de frío y no quería que Alisa se enfermara si no se encontraba cálida pronto. El camino fue tranquilo y rápido, Alisa tenía demasiada energía aún e hizo su propia versión del juego de las 20 preguntas, cada uno le hacía una pregunta al otro y si pasábamos tendríamos que hacer lo que él otro dijera en nuestra proxima cita, era divertido nos estábamos conociendo y a la vez, planeabamos lo que pasaría después.

Al final, la lleve hasta su casa, tendría que darse un baño y arreglarse para el ballet.

-¿quieres que pase por ti más tarde? - le dije cuando detuve el auto frente a su edificio.

-¿serás mi chófer o taxi? - pregunto divertida.

-solo decía, de cualquier forma igual iré a la galería - confesé.

-¿más trabajo? Sabes, mucho de algo no es bueno - comentó pensativa.

-tampoco es bueno que robes frases de Karate Kid - me queje.

-¡pero tiene razón! - dijo a la defensiva.

Comencé a reír, ella podía debatir hasta por el más mínimo detalle, jamás te aburras con ella.

-bien, bien, prometo solo trabajo hoy-le dije - solo quiero asegurarme de que todo salga bien en tus presentaciones.

-¿ahora quieres que brille?

-siempre brillas, solo es bueno que el mundo también lo note...

-el único que quiero que lo note esta aquí a mi lado - respondió ella tomándome la mano.

Sonreí y le di un beso corto en los labios, ella sonrió de vuelta y al final accedió a que pasara a recogerla.

20 minutos más tarde ya estaba en casa, escabullendome para que mi madre no me atacará con su interrogatorio que haría sin dudarlo. Aunque, la sorpresa fue encontrar la casa vacía, bueno más que los empleados. Sin tentar más a mi suerte, me apresure a darme un baño y cambiarme la ropa que aun seguía húmeda y llena de arena. Menos de media hora después, ya estaba de nuevo saliendo de casa en dirección a la casa de Alisa.

Había sido demasiado por un día, no podía creer que apenas fuera sábado, sabía que aún me esperaba demasiado, pero la idea no era abrumadora, al contrario, esperaba que llegara ese momento. Desde temprano, al confesarle todo a Caina, luego al hablar con Mi-suk y después aclarar las cosas con Alisa había sentido una gran paz, que sólo se reforzó gracias a la escapada temporal que improviso Alisa. Y tenía la impresión de que así sería de ahora en adelante, solo paz y diversión. Me agradaba la idea, me agradaba Alisa. Realmente la quería demasiado y quería dejárselo en claro cuando fuera el momento adecuado.

Unplanned Love (Feng Meizuo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora