🧶TREINTA Y UNO🧶

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-¡ALISA ROMANOV! - grite aún desde el suelo.

Akiko apareció segundos más tarde con la respiración entre cortada, había ido corriendo al oír mis gritos.

-¿señor Feng? ¿Qué pasó? ¿Se encuentra bien? - pregunto preocupada y encendió las luces.

Podía ver su expresión a la perfección, estaba intentando no reír al ver al esqueleto vestido con una túnica negra semi colgado desde el techo. ¿Cuándo tuvo tiempo de hacer esto?

-creo que llamaré a la directora Ivanov - dijo Akiko entre risas discretas.

Que humillante. La broma no era el problema en realidad, el problema era que había caído en un truco tan común. Me restregue la cara con las manos y suspire cansado, debía esperar que el hecho de que no dijera nada de lo que pasó en Rusia no sería gratis.

Ivanov apareció minutos más tarde seguida de Alisa, la cual llevaba su uniforme del ballet. En cuanta directora entró a la oficina, su rostro no parecía sorprendido, debio saber que pasaba desde que Akiko la llamó.

-señor Feng... - comenzó a decir pero la detuve.

-no se disculpe - dije con una sonrisa de lado - de verdad no es necesario.

- claro que lo es - insisto la directora y luego añadió en ruso para su alumna - Алиса, извинись прямо сейчас, о чем ты думала?*

-no es por una disculpa por la que la mande llamar - me apresure a decir.

Alisa tenía una sonrisa burlona en el rostro. Alisa 2, yo 0.

-la mande llamar para que me autorice una venganza justa contra su alumna - solté con toda la tranquilidad del mundo.

¿Me había vuelto loco? Eso no era lo que quería decir, ni lo que planeaba hacer. Mi plan era evitar a toda costa a Alisa y después olvidarme tranquilamente del tema.

-¿venganza? - pregunto la directora confundida.

-una guerra de bromas, ¿eh? -comentó Alisa saliendo de detrás de su profesora, su mirada tenía una chispa de emoción.

¿Era normal que sintiera un mareo al ver sus ojos grises? No eran un gris cualquiera, era un gris brillante, ni claro ni oscuro, un perfecto termino medio que me recordaba a las nubes, aquellas que auguraban tormentas, pero a la vez resaltaban sobre el cielo azul.  Quizá debí ser poeta en lugar de diseñador.

-si, una guerra de bromas - acepte sin dudar en ningún momento.

¡Ah, me arrepentirá totalmente de esto!

-pero señor Feng... - comenzó a quejarse Akiko, la mire y asentí confiado, dándole a entender de que estaba bien.

Debió funcionar mi mirada porque no dijo nada más. Aunque, por dentro yo corría en círculos desesperado por no poder cerrar la boca.

-debo admitir que es la primera vez que alguien no se queja de los juegos infantiles de Alisa - reconoció la directora sorprendida.

-aceptó - soltó Alisa con una gran sonrisa en el rostro.

Su sonrisa era contagiosa, la imite y le ofrecí la mano para sellar el trato.

-uff niños -suspiro la directora divertida por nuestra absurda competencia, alzó los brazos al cielo y se marchó divertida por toda la situación.

Akiko la siguió, siendo incapaz de contener la risa que había tratado de ocultar desde que llegó en mi auxilio. Así que, solo quedamos Alisa y yo, de nuevo, en el lugar al que jure que no volvería y jurando una épica batalla de bromas. Esto era malo, muy malo.

-¿y cuáles son las reglas? - pregunto Alisa interesada.

-no hay reglas - solté sin pensar, en definitiva había perdido la cabeza. - excepto por lo obvio.

-nada demasiado peligroso, ni que afecte a la carrera del otro - señaló Alisa, ¿acaso ya lo había hecho antes? - bueno, me alegra que no dijeras que quedaba prohibido enamorarse, esa ya es algo muy anticuado, aunque siendo el “joven anciano" podría aceptarlo.

Me dio un escalofríos doble al escuchar la palabra “enamorarse" y “joven anciano". Sabía que era mala idea, el recuerdo de mi extraño sueño me inundó, pero lo que terminó de derrumbarme fue el recuerdo del beso

-no lo mencioné porque no es algo que deba preocuparnos o interferir, ¿no lo cree, señorita Romanov? - le respondí confiado, mi capacidad de actuación se merecía un Óscar.

-llamame Alisa - me corrigió tuteandome también, sonrió y se sonrojo un poco, seguro recordó lo mismo que yo - sobre eso...

-no pasó nada, solo volviste a darme un susto de muerte - la interrumpí apresuradamente, si sería mejor para ambos fingir que nada había pasado.

-ah, si, lo siento - se disculpo recobrandose un poco, algo no andaba bien.

-no te preocupes, creo que ambas bromas ya diste por inaugurada nuestra guerra - dije sonriendo divertido.

-si, que gane el mejor - respondió sonriendo.

Pesé a que era una sonrisa burlona, en lo absoluto era ofensiva, al contrario te invitaba a reírte de tu propia desgracia. Esta chica tenía algo especial.

Después de deseamos suerte ella salió de mi oficina, me acerque a la puerta, la cerré y una vez solo deje que me volviera loco un segundo. ¿En que estaba pensado? ¿Desde cuando era tan impulsivo?

Por fortuna no seguí con mi reprienda psicológica, pues Akiko llamó a la puerta para recordarme (muy preocupada) mi itinerario. Conseguí calamarme y seguí con mi rutina el resto del día, temiendo el momento en que tuviera que ir a casa. Cuando ese momento llegó, al ser viernes me decidí por ir al bar de siempre a despejar un poco la mente.

-ah, señor Meizuo hace mucho que no lo veía - saludo el Barman que siempre me atendía - ¿demasiado trabajo?

-si, demasiado -mentí a medias y luego le pedí- recomiendame algo fuerte pero no demasiado amargo.

Siempre daba buenas recomendaciones, debía ser un talento de todos los que preparaban bebidas, atravez de lo que veía en su cliente era lo que le servían. El hombre asintió emocionado y se marchó por unos 5 minutos; luego volvió y me entregó un vaso mediano lleno de líquido rojo.

-¿qué es? - pregunté curioso analizando la bebida.

-se llama “medovuja"**, pero para usted será “elixir de confusión y anhelo" - respondió el Barman.

-¿medovuja? Acaso es... - comencé a decir sintiendo que la palabra ya la había escuchado antes.

-es una bebida típica rusa -confesó él.

-¡ah, perfecto! - dije sarcástico entre dientes.

De todas las bebidas en el mundo, tenía que preparme una bebida rusa y darle el nombre de elixir de confusión y anhelo. Algo me decía que esto solo era el principio.

*Алиса, извинись прямо сейчас, о чем ты думала?: Alisa, disculpate ya mismo, ¿que pensabas?

**La medovuja es una de las bebidas alcohólicas más antiguas de Rusia, se hace con miel, levadura, azúcar y agua, pero se puede combinar con muchas cosas más.

Unplanned Love (Feng Meizuo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora