🧶CIENTO ONCE🧶

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Quizá una borrachera hasta que el cuerpo aguante no fue de mis mejores ideas. Al día siguiente la resaca era mortal y no sabia donde estaba hasta que reconocí las ventanas.

-¡maldición! - me queje cayendo del sillón en el que estaba.

-oye Meizuo, podrías callarte - se quejo Ximen de mala gana.

Le lance una almohada y despertó de un brinco, totalmente desorientado como yo.

-¿donde estamos? - pregunto con pánico.

-en mi casa, idiotas - nos dijo alguien desde una esquina de la habitación.

Cuando volteamos a ver el origen de la voz, nos encontramos con un Ah Si molesto y con un balde de agua en la mano, listo para arrojarnolo.

-¿cómo llegamos aquí? ¿Cómo llegaste tu aquí? - pregunté intentando ponerme de pie.

-esta es mi casa, ¿cómo que como llegué aquí? - se quejo nuestro amigo terminando de bajar la escaleras. - Shancai y yo volvimos ayer, pensaba avisarles esta mañana, pero ustedes tarados invadieron mi casa a las 5 am...

Ximen soltó una carcajada, que me terminó contagiando a mi.

-no se rían, casi los mata Shancai a golpes con el bate - nos trató de frenar Ah Si tratando de contener la risa.

Al final los tres terminamos carcajaeandonos, por lo menos hasta que Ah Si aprovechando la distracción nos arrojó el agua que había bajado. Ximen no fue demasiado rápido y terminó empapado; mientras que yo, solo terminé con la cara mojada y un poco los hombros.

-par de vagabundos, ¿creen que esto es un hotel? - nos reclamo y volvió a subir.

-agh, ni siquiera recuerdo como entramos - se quejo Ximen mientras se sacudía el cabello.

-ni siquiera se a que hora salimos del bar - le comenté aún divertido. - ¿Shancai nos podrá preparar esa sopa de resaca que es su especialidad?

-me vendría bien un plato grande... - comenzó a saborearse el platillo.

Volvimos a reír, pues sabíamos que era más probable que la chica nos arrojará el sarten a la cabeza antes que cocinarnos algo después de invadir su casa durante la madrugada.

De mala gana, nos levantamos y subimos al piso principal para agradecer la amable hospitalidad de Ah Si.

-esperen, hay noticias nuevas - nos detuvo Shancai cuando ya estábamos por irnos dejando solo nuestro rastro de agua - Emmaline salió de cuidado intensivos, pero al parecer esta en algo parecido al coma...

-¿y como esta Lei? - me apresure a preguntar.

-sigue en pie solo por la esperanza de que ella despierte - confesó Ah Si - si no lo hace, será muy malo...

-¿cuánto tiempo? - pregunto Ximen.

-al parecer le dan solo unos meses, después de eso ya será irreversible - explicó Shancai con tristeza.

-y de nuevo el tiempo hace de las suyas... - se quejo Ximen con pesadez.

No había demasiado que decir y no lo habría si sucedía el peor de los casos. Así que solo quedaba pedir que todo terminará bien, pues ninguno parecía listo para afrontar algo así.

Después de aquella lúgubre noticia, Ximen y yo nos fuimos a nuestras respectivas casas, donde tomé el día de descanso. Y esque, al día siguiente tenía que comenzar con mis planes de reestructuracion de la empresa.

Y así fue: a la mañana siguiente después de las actividades de rutina me reuní con la secretaria y el secretario nuevos, les especifique su trabajo y le dije que los pondría a prueba durante todo el mes. Después, me reuní con el abogado para llegar a un acuerdo sobre los términos del nombramiento de Akiko; luego me reuni con los inversionistas y consejeros.

Había tanto que hacer y tan poco tiempo; bueno relativamente poco tiempo, 3 meses. Y hablando de tiempo, durante ese primer mes, las cosas con Alisa parecieron ir completamente bien; durante su estadía en Perú hablamos un par de veces sin la promesa de que volveríamos a hablarnos, pues eso podría hacernos quedar mal; así pues, al término de cada llamada, de cada video o de cada mensaje, solo debíamos: “nos hablamos luego”, porque era más honesto que decir que nos hablaríamos al siguiente día o la siguiente semana. A nuestro ritmo, ambos nos buscábamos y nos contábamos que tal hiba todo en nuestras vidas. Así terminó julio.

Y para agosto, con menos presiones del trabajo comencé a tomarme varios días libres que aproveche con los F4, teníamos que recuperar el tiempo perdido y vaya que nos habíamos perdido de mucho, casi medio año sin vernos. Debo admitir que la idea de tomar el primer vuelo a Argentina o a Chile me cruzó por la cabeza un par de veces, pero dejar mi idea a la mitad era un completo desperdicio de progreso, así que abandone la idea de alcanzar a Alisa y me concentre en los trabajos que comenzaban a llover por la época. Afortunadamente, parece que Akiko había hecho un buen trabajo y había preparado bien a sus dos sucesores, así que no fue tanto trabajo.

Ojala la calma de agosto se hubiera conservado en septiembre, pero no eran ni los primeros 10 días cuando una invitación inesperada llegó seguida de una llamada de cierta castaña de la que no sabía desf ehace un año.

-¿lo recibiste? - pregunto en cuanto respondí su llamada.

-recién la veo, por un momento pensé que yo había quedado descartado de la lista de invitados - le respondí hechando un vistazo al correo mientras salía de casa.

-si, perdón, digamos que tuve un pésimo organizador de bodas - se quejo Caina con más felicidad de la que la recordaba que tuviera.

Había olvidado por completo que había estado organizando su boda y era cierto que llegue a pensar que quisa no había sido invitado, aunque eso no hubiera sido una mala idea hace un año. Un año... Wow, el tiempo pasa volando.

-yo ofrecí mis servicios, pude haberte dado un buen descuento - bromee subiendo al carro para ir a la oficina.

-creeme que lo considere, pero en fin... Parece que el Meizuo que intento conquistarme a vuelto, ¿qué tanto ha pasado? - pregunto con curiosidad ante mí actitud.

-esa es una larga historia, te secuestrare un rato el día de la boda para ponerte al corriente - dije mientras sonreía divertido. El recordar lo que tuvimos me causó gracia, había sido tan maduro en aquel entonces, pero con Alisa no había podido serlo, irónico.

-eso no le agradará a Terence si te ve hacerlo - bromeó Caina.

-precisamente por eso me robare a la novia, además solo necesito algo de alcohol para lograrlo - le dije intentando sonar serio.

-mal plan, no beberé nada - sentenció la chica recordando sus pequeñas desventuras con la bebida - pero, tu, mi estimado Meizuo, más vale que prepares tu brindis, tu si beberas.

-¿tendré el honor de hacer el brindis? - pregunté sorprendido.

Ya había comenzado a conducir por la ciudad y ahora me detenía frente a la luz roja.

-por supuesto, tu fuiste quien hizo posible esto, más que nadie mereces hacer el brindis - explico la chef con seguridad - como fueran las cosas, de verdad, Terence y yo te debemos mucho y sería un placer que fueras tu quien diera el brindis...

Unplanned Love (Feng Meizuo) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora