Unplanned Love (Feng Meizuo)

🧶OCHENTA Y UNO🧶

-pero... Alisa Romanov, yo no te eduque así - reprendió Ekaterina a su hija.

Los últimos 15 minutos le había contado todas las travesuras y jugarretas que me había hecho Alisa, así como sus impulsos y crisis. Ekaterina había escuchado atentamente y aunque Alisa no estaba de acuerdo, no me interrumpió ni una sola vez.

- en mi defensa, el señor caballero que tengo aquí a lado, tampoco fue un anfitrión muy agradable - se defendió Alisa. - además, no se de que te sorprende mamá, si la tía Nadenka te vino a contar todo.

-si, pero es mas divertido escucharlo de Meizuo - se burló su madre. - y en todo caso, porque dices que no fue muy agradable si hasta el momento es bastante amable.

-es una mentira - sentenció Alisa incapaz de no reír - se está comportando porque quiere dar una buena impresión pero esto es una venganza de cuando conocí a sus padres

-me ofende que creas eso - solté dramático - que conocieras a mis padres fue culpa de Ximen, en todo caso me vengue de él, aunque no negare que quiero dar una buena impresión, de lo contrario como podré estar contigo...

-¿y una buena impresión la conseguirás exhibiendome? - se horrorizo Alisa, vaya que sabía montar un drama también.

-no, pero es divertido ver tu expresión de molestia - acepte burlón, no podia evitarlo, había pasado tanto tiempo lejos de ella que había olvidado lo especial de cada una de sus expresiones.

-si querías verla solo debías decir que ya te hibas a trabajar - se cruzó de brazos, no estaba molesta, solo me seguía el juego.

Ambos habíamos olvidado por completo donde estábamos y nada nos impedía seguir con esta absurda discusión que en realidad gritaba a los 4 vientos que nos habíamos extrañado.

-tal vez lo haría, si realmente no quisiera estar aquí - dije imitando su acción anterior.

La carcajada de Ekaterina me recordó que no estábamos solos, sentí como me ardía la cara, se supone que mi plan era actuar normal, causar buena impresión y salir corriendo desde de la cena, pero ahora había arruinado todo con este drama innecesario con Alisa, había sido divertido pero acababa de meter la pata.

-chicos, chicos... Alisa me dijo que eras mayor que ella - comenzó a decir la madre de mi novia intentando reprimir otra carcajada - y la verdad esperaba a un hombre serio y rígido, pero veo que en realidad la edad no es válida en ti Meizuo, eres tan joven de espíritu como Lissie, sin mencionar que ambos tienen esa chispa para volver un ambiente tenso en uno divertido...

-lo siento... - comencé a decir apenado por lo que acaba de pasar, Alisa se había cubierto la cara con las manos y también se disculpaba.

-no te disculpes, la verdad me hicieron recordar a mi y a mi esposo, son como un matrimonio - me interrumpió la señora Romanov - aunque más que eso, veo que realmente pese a que se conocen hace poco tienen una conexión única de la que dudaba al principio.

-voy a aceptar ese cumplido, pero me ofende que dudes de mis elecciones - se quejo Alisa recuperándose de tremenda humillación que tuvimos.

-bueno esque después de tus locas ideas y tus aventuras sin sentido, me preocupaba que esto fuera otra de tus relaciones pasajeras - se excuso su madre mientras se encogia de hombros.

¿Otra de sus relaciones pasajeras?

-¡mamá! Eso no tiene nada que ver, además si fueron pasajeras fue porque aún no conocía a Meizuo - se defendió Alisa, esta vez si estaba un poco molesta, seguro no esperaba la honestidad de su madre.

-¿debería sentirme halagado? - pensé en voz alta, aunque no lo había querido decir, el tono de broma salió perfectamente para que no fuera una pregunta tan dura.

-si ya lo ha confesado Lissie, es todo un honor - me siguió el juego Ekaterina.

-la traición... - soltó devastada Alisa - mi propia madre me traiciona por mi novio, la traición.

Su madre y yo intercambiamos miradas y soltamos una sonora carcajada. Alisa y sus múltiples facetas no me cansaría nunca. Mientras reíamos, la puerta se abrió dejando ver a la directora de la academia.

-hola a todos, lamento la demora, el camino se lleno de nieve y tuve que esperar a que limpiarán - se excuso Nadenka, luego se detuvo clavando la mirada en mi - veo que llegué tarde señor Meizuo, esperaba poder salvarlo de este par y sus preguntas.

-no se preocupe, directora Ivanov, creo que no hay peligro - la tranquilice con la última sensación de la última risa aún en la voz.

-si, tía, Meizuo es más un peligro para mí que yo para el, se ha aliado con mi madre, ¿puedes creerlo? - nos acuso Alisa cuál niña pequeña.

-me sorprende que tardará tanto, la verdad yo habría salido corriendo en tanto aparecieras en el aeropuerto - se burló Nadenka de su sobrina.

-vaya, incluso tu estas de su lado - dramátizo nuevamente Alisa, fingió lágrimas y se puso de pie - esta bien, en esta casa abunda la traición, quédense con su nuevo hijo, yo me voy...

Y sin mas se dirigió a la cocina, todos la seguimos con la mirada y luego sin ser capaces de contener la risa estallamos sin piedad, recibiendo una mala mirada de Alisa que se asomaba furiosa desde la cocina.

-ingratos - dijo y se volvió a esconder.

- bueno señor Meizuo, parece que se adapto bien a esta extraña familia - observó Nadenka cuando pudo dejar de reír.

-me han hecho sentir como en casa, así que no fue difícil - respondí apenado por la confianza que me había tomado inconscientemente desde que llegué - y por favor, ya que no estamos en un ambiente laboral puede tutearme sin problemas, dejamos las formalidades para los negocios.

-vaya, ya hablas como tu padre, bien, sin formalidades, llamame Nadenka - aceptó la directora.

-y si mejor se llaman traidor 1, traidor 2 y traidor 3 - grito Alisa, no se les escapaba una.

-Alishka, mejor pon la mesa y deja de estar de niña maleducada - la reprendió Nadenka jugando.

-¡Agh, mamá! Dile algo a tu cuñada - dijo Alisa saliendo de la cocina haciendo un berrinche.

-a mi no me metan, mi trabajo es darle una cálida bienvenida a Meizuo en nuestra familia - se deslindó Ekaterina usandome como excusa.

La verdad era que la dinámica de la familia de Alisa no era nada a como la esperaba, quizá el ver de cerca la caótica vida familiar de mis amigos me había hecho crearme toda una historia muy irreal de lo que me esperaba aquí en Rusia y no podía estar más equivocado. Ahora me preguntaba cómo sería capaz de irme en 4 días. No quería irme nunca.