NATASHAMonse me saluda desde la puerta de la terraza, su atuendo amarillo llama mi atención, un vestido corto de mangas largas y cuello alto. Hace frío por lo que lleva puesta una bufanda. A su izquierda está Ruth con un atuendo menos llamativo, ella siempre luce colores fríos, aunque eso no refleja su personalidad, ya que es una persona amable y divertida. Ellas son amigas desde el colegio, son muy diferentes, pero se complementan, y agradezco formar parte del trio.
— Creí que no nos veías...— dice Monse tomando asiento. Han elegido una mesa algo alejada de las ocupadas, en estos lugares casi siempre hay ruido e íbamos a hablar.
— ¿Cómo no ver ese amarillo tan...?
— Asqueroso...— añade Ruth, ganándose un pequeño golpe de parte de la castaña.
— Ustedes son crueles y envidiosas...— se acomoda mientras nos sentamos.
Un joven se acerca a nosotras y toma nuestra orden, cada una pide un plato monótono y nos quedamos esperando.
— Nat, ¿Cómo te fue?...— la pregunta que menos espero, sé que iba a llegar, pero tenía fe.
Mis manos se cierran bajo la mesa, mientras pienso en la respuesta. ¿Digo la verdad? ¿Que conseguí parte del dinero? ¿Debo decir cómo lo conseguí?. No tenemos secretos, pero algo así es muy difícil de soltar.
— Bien...— suelto algo nerviosa.
— ¡Oh Dios! ¿Te violaron?...— exclama Ruth y me sobresalto.
— ¿Qué mierda?...— la miró con cara de WTF.
— Pusiste una cara de mentirosa y te pusiste incómoda con la pregunta, has apretado los puños, te has mordido el labio, pretendes evitar mi mirada en este momento...— psicología, ella es como un polígrafo andante. — Ocultas algo y muy grave...— asegura y trato de mantener la calma.
Moli observa esa batalla de miradas y la interrumpe con unas palmadas.
— Ruth debes dejar tu negatividad y tus historias siniestras... Seguro que se asustó al principio, pero finalmente lo consiguió ¿Verdad?...— me mira y yo asiento.
— ¿No trataron de hacerte algo...?
« Podría desfigurar el rostro que ocultas bajo esa máscara »
— No, son personas serias e imponen, pero una abogada se mantiene firme...— veo llegar la comida y espero que ese lado de la conversación se quede aquí.
— ¿No había algún chico guapo de esos gigantes, ojos grises y cuerpo de dios griego?...
« Imbécil »
Pensé en él y casi se me va el hambre, es lo más desagradable de la noche anterior.
— Eso es que sí...— asume emocionada. — Cuenta ¿Eran muy guapos?...
— Lo único que importa...— me acerco mis espaguetis. — Es que tengo el dinero y podré conservar mi piso...— enredo mi tenedor en el espagueti y lo llevo a la boca.
—¿Y cómo vas a devolverlo?...
«No hay devoluciones » le quiero decir a la pelinegra, pero me trago esa respuesta al igual que los espaguetis.
— En plazos, ahora que no tengo el apoyo de mi padre tendré que buscar un trabajo mejor pagado... Así no solo cubriré mis tratamientos médicos y algunas necesidades, también la uni y mi casa...
— Los trabajos de medio tiempo que hay disponibles son una mierda, no te alcanzarían para nada...— Ruth y su negatividad. — No podrás devolver ese dinero en unos días...
— Me han dado tiempo... Y ya, ya no quiero hablar de eso, solo quiero comer con mis amigas y disfrutar de las últimas horas del fin de semana, mañana cada quien volverá a su mundo...
Ambas me miran, Ruth duda, parece que quiere decir algo, pero se contiene y lo deja pasar.
— Nat estuvo con Mario...— suelta Monse entre risas de picardía.
— Y Mario es gay...— digo para no alargarlo. Ruth mira a otro lado, como evitando participar en esta ridícula conversación.
— ¿Se hacen juntos las uñas?...— esta idiota.
— No, hablamos sobre los miembros de nuestras parejas, ya sabes, tamaños, si saben usarlos, cuanto tardan...— mi sarcasmo le roba una sonrisa a la pelinegra.
— Habló la que no tiene novio y está en una crisis de abandono vaginal...
— Tengo el nuevo vibrador...— digo sin importarme que esté pasando un grupo de chicos, los cuales nos miran y se ríen disimuladamente.
— Gracias por revelar tus sucios secretos...— se burla Monse.
— De nada lunática...
CHRISTOPHER
— ¿Es normal verte aquí dos noches seguidas?...
Verónica está con unos papeles, siempre está revisando sus cuentas, es tan meticulosa con eso que no permite que nadie le robe ni un solo dólar. Si tuviera la misma determinación a la hora de arrebatar vidas, sin importar si son inocentes o no, estaría a mi derecha.
— ¿Cómo podrías serlo?...— me acomodo en el sofá de cuero. — Ayer vine por negocios, pero hoy me apetece ver el show...
Ella aparta su mirada de los papeles y la clava en mí, sus ojos azules me miran con algo de gracia mientras una pequeña sonrisa se dibuja en su rostro.
— Ve, pero sin buscar a la pobre chica de ayer, ya se fue...— me dice con calma, esa misma calma que siempre me molesta.
— ¿Mientes para protegerla?...
— Ni la conozco, ¿Para qué invertir tiempo en ella?... Es una chica que vino a mí necesitada y me aproveché de su necesidad...
— En la selva...
— No estamos en la selva...— me corta. — No vienes aquí a cazar, no quiero que me salpiques y me generes pérdidas... Tú tienes tu negocio y yo el mío, que cada quien nade en sus aguas...
— Resulta que me quedé sin un juguete novedoso y la quiero en mi colección...— me paro y arreglo mi traje. — Puede entrar ella o esa chica de la que estás obsesionada...— su rostro se desencaja. — Piénsalo, sabes que odio estar aburrido...
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BÁILAME (+18)
Romance- Es lo que llevas deseando...- besa mi nuca e introduce dos dedos a mi interior. Gimo de inmediato contra la puerta, mis piernas tiemblan y siento que si no sostiene mi cintura acabaré desplomándome en el piso. Me embiste con sus dedos provocándome...