MARIODoy una vuelta sobre esa cómoda cama y no me encuentro con su cuerpo. Abro los ojos, la luz del día me irrita, pero aún así hago el esfuerzo de revisar su lugar. No está, tampoco siento el calor en las sábanas.
Despego mi espalda de la cama con la preocupación brotando de mi pecho.
- ¿Christian?...- le llamo y no recibo respuesta.
Salgo de la cama en dirección al cuarto de baño, lo reviso, al igual que el resto de la habitación y nada. No está aquí, tal vez haya salido a desayunar o algo, aunque sería algo estúpido ya que rara vez le veo comer, es como si incluso la comida le diera asco.
Después de lo que descubrí ayer y de cómo se quebró ante mis ojos, ya no sé como definir a Christian. Siempre le he juzgado por todo, pero ahora, aunque quiera seguir, recuerdo ese vídeo y me detengo. Las personas que sufren esos traumas de niño, sin la ayuda necesaria nunca lo superan. Entonces me pregunto ¿Él recibió la ayuda o apoyo de su familia? ¿Alguien sostuvo su mano para que no se perdiera?.
Sé que no hay nada más doloroso que el momento en el que uno se apaga y reprime todos sus sentimientos y emociones al no saber controlarlas.
Ahora muchas cosas cobran sentido, muchos comportamientos que me parecían desquiciados toman brillo: como el hecho de que sea reservado, no tenga amigos y no hable prácticamente con nadie, su desprecio desmedido hacia la sociedad, su comportamiento frío y hostil, su negatividad en cada comentario, sus problemas de ira y aunque no sea de él, el comportamiento de su hermano. Por eso me amenazó, por lo que le hicieron a Christian antes.
Me duele el pecho de solo recordar eso, de mirar la cama y sentir su cuerpo temblar entre mis brazos, la amargura y el ardor de sus lágrimas, sus sollozos... Ayer Christian rompió los muros de mi indiferencia e hizo que por primera vez yo sintiera lo que siente. Me arrastró a su vacío y tuve miedo de estar ahí, hay tanto dolor bajo esas capas de frialdad.
- Buenos días...- una muchacha de unos veinticuatro o veinticinco aparece con una cesta en las manos, seguro va a hacer la limpieza.
- Hola...- saludo agarrando mi ropa. Nat se llevó la otra, esa mujer.
- No quiero molestar, solo vine a limpiar...- me dice apresurándose a cambiar las sábanas. - Y por favor, no le diga a Christian que ingresé a su cuarto, fueron órdenes de la señora, pero él tiene un mal carácter y no le permite a nadie entrar.
«Aquí guardas tu tormentoso pasado » me digo a mi mismo avanzando de nuevo hacia el armario.
- No pasa nada...- susurro abriendo el cajón, pero está vacío, no hay nada de lo que ví ayer.
- ¿Quiere que le traiga el desayuno?...- tira de las sábanas.
- ¿Dónde está Christian?...- salgo al balcón. Realmente este lugar es hermoso.
- Se fue a primera hora...
-¿Qué?...- la miro sorprendido.
- Le vi irse en la madrugada, se veía muy molesto, incluso se llevó una pala con él...- su cuerpo se remueve en un escalofrío. - No quiero ni pensar en la pobre persona que ocupará la tumba que se moleste en cavar.
«Ni es una tumba para una persona, sino para él mismo»
Suspiro frustrado, me arreglo el cabello y me resigno a no saber de su paradero. Mejor me voy a su edificio, tal vez haya regresado ahí. Además, debo prepararme para las clases.
- Oye...- la chica me detiene de salida. La miro y sonríe con nerviosismo. - Christian y tu...- hace una pausa. Se piensa lo que va a decir y baja la voz. - ¿Son novios?...
ESTÁS LEYENDO
BÁILAME (+18)
Romansa- Es lo que llevas deseando...- besa mi nuca e introduce dos dedos a mi interior. Gimo de inmediato contra la puerta, mis piernas tiemblan y siento que si no sostiene mi cintura acabaré desplomándome en el piso. Me embiste con sus dedos provocándome...