RUTH
Estoy por cerrar la cafetería cuando su silueta llama mi atención. Una sonrisa de estúpida se dibuja en mi rostro y sin esperar a que venga a mí, camino hacia ella, me lanzo a sus brazos y compartimos un beso profundo que se siente como mi droga diaria.
— Creí que no vendrías por mí...— sonrío al separarnos.
— Digamos que hoy tengo la tarde y la noche libres... Mi primo ya despertó y puedo volver a tener tiempo para mi chica...
— Tu chica, eso suena tan apetitoso...— me alejo para cerrar.
Cuando abro la puerta para apagar las luces el sonido de la campana evoca viejas emociones en mí. Recuerdo cuando estaba obsesionada con verla entrar, cuando perdía la cabeza si me sonría, cuando hablarle era una batalla difícil de ganar, esos tiempos en los que mi cuerpo se sentía amenazado. Éramos desconocidas y ahora sé tanto de ella como ella de mí y me encanta.
«¿Ruth?...» escuchar mi nombre salir de tu boca fue un sueño lleno de peligro.
« U-un café... Un café solo... » no era capaz de hacerte frente, creía que no estabas a mi alcance. Era verte desde abajo, como veo la Luna en las noches.
«Sí...»
« Siempre lo toma así...»
¿Cómo podía ser tan ridícula cada que te tenía cerca?. Tú me gritabas que tenerte cerca era un peligro y yo estaba dispuesta a morir con tal de probar el veneno de tus labios.
« ¿Eres agente de la policía?...»
«No, pequeña...»
«¿Entonces si no eres policía, qué eres?...»
«No te gustaría saberlo...»
Hoy lo sé y no me asusta. No puedo tenerte miedo porque a tu lado me siento bien, me siento segura y feliz.
« A veces es mejor no saber...»
Dicen que el primer beso siempre será recordado. Probé tus labios por primera vez en el cuarto de empleados, contigo semi desnuda, con mi cabeza a punto de estallar y mi cuerpo deseoso por arder en tu infierno. Nos dimos nuestro primer beso después de verte pegarle una paliza a unos atracadores. No fuimos la típica novela fresa donde el primer beso era bajo las estrellas, en un parque precioso, a la puerta de mi casa o cualquier otra cursilada. Y eso realmente lo hace más especial.
— ¿En qué piensas?...— me pregunta y cierro la puerta.
— En nada...— su brazo me envuelve y me pega a su cuerpo.
— ¿De verdad?...
¿Cómo podía ser tan especial?... Eso era lo que me había preguntado la primera vez que entró por un café. Ese cabello era tan deslumbrante, su físico imponía tanto y esos ojos, el azul más hermoso que he contemplado. Siempre en calma, aunque todo se derrumbe ellos me calman.
— Pensaba en lo afortunada que soy de tenerte...
— Yo soy la afortunada...— besa mi cuello y a pocos pasos me abre la puerta de su auto. — Eres más de lo que me merezco...
— Me alegra ver a través de tu alma y poder amar todo lo que me das...— me abrazo a ella. Su aroma me embriaga. — Antes eras una fantasía, un sueño imposible de alcanzar, ahora eres mía, yo soy tuya y me gusta, es más de lo que esperaba...
— ¿Quieres cenar conmigo?...— me susurra al oído.
— ¿Solo cenar?...— me río de su expresión. — Quiero cenar, bailar, coger, disfrutar, dormir a tu lado... Lo quiero todo contigo...— la seguridad con la que lo digo representa la falta de dudas. Estoy decidida a estar con ella sin importar que eso signifique pertenecerla por completo.
— ¿Cómo no quererte?...— muerde mi labio.
Me subo de copiloto, Verónica rodea el auto y se sube.
Las calles se llenan con la casi puesta de Sol, las luces se encienden poco a poco. Nueva York es un lugar ruidoso, al principio lo odié, pero ahora encuentro la calma en el caos de estas calles, acompañada de mi novia, sí, MI NOVIA.
— ¿Qué quieres cenar?...— pregunta centrada en la carretera. Su perfil es tan perfecto.
— No sé, italiano tal vez...— respondo presionando uno de los botones. El techo se va retirando lentamente y el viento golpea mi cabello haciendo de este momento el típico cliché de esas películas de los 2000.
— Entonces, ¿Qué te parece si cenamos en nuestra casa?...— me pregunta y volteo el rostro confundida.
— ¿Nuestra casa?....— sonrío perdida en el brillo de sus ojos.
— Tal vez sea demasiado pronto, pero me apetece despertar contigo cada la mañana...— detiene el auto y toma unas llaves de sus bolsillos.
Me cubro el rostro al verlas, mi corazón late con fuerza, no lo puedo creer.
— ¿Quieres que vivamos juntas?...
— Quiero vivir contigo, pequeña...— se acerca a acariciarme la mejilla. — No voy a privarte ni controlarte, no haré nada que te haga sentir incómoda o presionada. Yo...
La callo con un beso. Sus manos bajan al cinturón de seguridad, me liberan y con cuidado me acomoda en su regazo.
— Te quiero ¿Sabes?...— susurro sobre sus labios.
— Y yo...
— Vivir contigo será hermoso, aunque lo de la mudanza va a ser un caos...— me echo a reír.
— Yo me encargaré...— asegura avanzando hacia mi trasero, lo aprieta y jadeo.
— Tendrás que prepararme el desayuno cada mañana...
— Sabes que amo cocinar para ti...— muerde mi cuello. — Y hacerte el amor en la cocina...
Con ese susurro mis ojos se quedan en blanco, muerdo mi labio y siento como una corriente eléctrica recorre mi cuerpo.
— A veces estaré ausente por un largo tiempo...— comenta y asiento.
— Pero siempre que regreses debes traerme un regalo...
— ¿Todos los días?...— me sonríe divertida.
— Todos los días...
🥹😊🥰
La pareja menos tóxica...
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BÁILAME (+18)
Romance- Es lo que llevas deseando...- besa mi nuca e introduce dos dedos a mi interior. Gimo de inmediato contra la puerta, mis piernas tiemblan y siento que si no sostiene mi cintura acabaré desplomándome en el piso. Me embiste con sus dedos provocándome...