CHRISTOPHER
Me pesan los párpados, escucho el pitido irritante de unas máquinas, taladran mi cabeza de una manera tan dolorosa que quiero que se apaguen. Con dificultad muevo la mano hasta mis ojos, frotando con fuerza para logar abrirlos, pero alguien la aleja. No es ella, no es su olor, tampoco son sus manos...
- ¿Nat...?- susurro al lograr abrir los ojos, sintiendo una gran decepción al ver que de verdad no es ella. Aunque ver a Christian aquí no se siente mal.
- Realmente estás enfermo...- me observa con una pequeña sonrisa en el rostro. No de esas amargas o irónicas, una de verdad. - Abres los ojos después de estar inconsciente por casi una semana y lo primero que dices es el nombre de esa chica...- Sus ojos brillan de una manera extraña, su rostro se ve en calma, pero esos ojos brillan en emoción y ¿Alegría?.
- ¿Qué mierda hago en un hospital?...- pregunto revisando la habitación, no es mía, no es mi clínica privada. - ¿Por qué...
- Natasha te trajo...- responde sentándose en el sofá. - Estabas gravemente herido y decidí no trasladarte...
«Nat»
Siento punzadas en la cabeza, son tan fuertes que cierro los ojos. Mi mente destella en recuerdos y veo la claridad de lo sucedido.
Miraba a Nat fijamente, algo en mí quería regresar a su casa y arreglar nuestra relación. No necesitaba más que sus brazos, su calor y escuchar que me elegía a mí. Mis pensamientos se vieron interrumpidos por el ruido que hacían unos neumáticos al quemarse en la carretera. Solo pude verlos de reojo, pero esos rostros nunca se me olvidarían.
«Nelson y Édgar Colin»
- Hijos de puta...- suelto retirando la vía.
- ¿Qué haces?...- Christian trata de detenerme y le aparto.
- Encargarme de esos idiotas...- me siento con dificultad. Tengo un brazo vendado, las heridas de mi abdomen y costado dificultan mis movimientos, pero no me impiden levantarme.
- No estás bien...- mi hermano agarra mi brazo. - Acabas de despertar, el médico debe examinarte y...
- Ese tiempo será perdido...- me suelto con brusquedad. - Mejor busca a ese médico y dile que se invente cualquier cosa, pero que nadie ingrese a este cuarto... Para el resto, yo sigo inconsciente - demando agarrando la ropa que está al otro lado del sofá. - Veo que pensaste en todo...- me quito esa bata para vestirme.
- Tu novia...- susurra saliendo y cerrando la puerta con fuerza.
Acaricio la camisa y la llevo a mi nariz, tiene su aroma, le rocío su perfume.
- Dios...- suspiro embriagado. Ella es capaz de volverme loco aún sin su presencia. Quiero tenerla entre mis brazos, sin embargo, el deber en este momento tiene más peso.
Termino de vestirme y salgo encontrando al rubio en la puerta. Él mira ambos lados y suspira.
- Vámonos...- le indico tomando el camino que indica la salida. Mi paso es algo lento, todo dolor es ignorado por la sed que me carcome por dentro.
«Voy a matarte...»
- ¿A dónde vamos?...- cuestiona a mis espaldas.
- Al funeral de nuestra madre...- respondo en frío.
CHRISTIAN
Desde que me subí al auto para manejar en dirección a la casa del campo siento algo extraño en Christopher. La ira que maneja es capaz de consumir a cualquiera, se ve ansioso por llegar, en sus ojos domina el deseo de matar, pero no a cualquiera, a su madre.
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BÁILAME (+18)
Romansa- Es lo que llevas deseando...- besa mi nuca e introduce dos dedos a mi interior. Gimo de inmediato contra la puerta, mis piernas tiemblan y siento que si no sostiene mi cintura acabaré desplomándome en el piso. Me embiste con sus dedos provocándome...