NATASHAQuiero entender qué estoy haciendo con mi vida, no me lo explico y es un dilema constante que en mi razonamiento es molesto e innecesario. ¿Qué estoy haciendo?. Nunca he sido una chica tranquila ni nada inocente, pero de eso a estar llegando a los extremos que estoy llegando es un gran cañon que necesito cerrar.
¿Qué hubiera pasado si en el lugar de Verónica me hubiera encontrado otra persona?, ¿Qué pasaría si se hubieran aprovechado de mí? ¿Si fuera Christopher quien me encontró? ¿Si hubiera dormido en la misma cama que él?. No me importa lo atractivo o millonario que sea, no quiero a una persona como él en mi vida. Ya ingresó a la vida de "Jen" y es una tortura constante, Jen ni siquiera existe y él ya aparece en todos lados.
Solo me bastó una larga ducha caliente, tomarme los medicamentos y relajar mi mente para recordar la calidez de sus brazos, la frialdad de su mirada y como parecía querer matarme. No sé porqué se quedó a mi lado en ese cuarto, ni porqué me ayudó, pero estoy segura que no es porque en el fondo es una persona de buen corazón, esa mentira ya se derrumbó con sus acciones. Había tenido la esperanza de que él fuera como cuando me salvó en aquel callejón, una publicidad engañosa en la que caí estúpidamente, porque después de eso dejé que se metiera entre mis piernas y me hiciera enloquecer.
«Estoy loca»
Me repito cerrando uno de los capítulos del trabajo, la hipótesis del problema, ahora debo pensar en una defensa válida. Un montón de libros sobre derecho invaden mi salón ocupando la mesa y el sofá, me he estado leyendo la mayoría durante la última semana para poder orientarme y tengo varias notas apuntadas.
No tenía fuerzas para ir a la uni así que decidí utilizar ese tiempo para acabar con mi trabajo, teniendo que apagar el teléfono para no ser interrumpida por llamadas y notificaciones. De mis pequeños parlantes suena «Ed Sheeran» en su tema tan emotivo «Photograph», ese el único sonido que se escucha en mi piso, a parte de los teclados de mi ordenador.
- Ábreme la puerta...- escucho entre la música, seguido de un par de golpes a la puerta.
Me apresuro a levantarme y abro la puerta. Ruth está al otro lado con unas pintas no tan cotidianas, un rostro totalmente rojo y con los ojos brillando en una emoción extraña.
- ¿Dónde te habías metido?...- me reclama entrando a la casa. - Llevo llamándote desde ayer...- observa mi fila de libros.
- Lo siento, me despedí de mi cel para trabajar...
- Ya veo...- se tumba en un sofá individual, el único que no carga mi lluvia de libros.
- ¿Estás en algún problema o algo?...- le pregunto debido a su insistencia en las llamadas y haber llegado aquí.
- No sé si llamarlo así o no...- me mira y por primera vez noto la verdadera confusión en su mirada.
- ¿Qué ha pasado?...- me siento en el piso. - ¿Y dónde está Monse?...
- No sé dónde está esa alocada, la llamé y no me contestó... Se la pasa cogiendo con su pareja del momento...- suspira frustrada y agarra su cabello con fuerza.
- ¿Ha pasado algo?...- insisto, no entiendo su comportamiento, está muy rara.
- Mil cosas en poco tiempo y no sé por dónde empezar...- responde agobiada.
- Que tal si respiras y empiezas con algo como... Ayer...
- Conocí a alguien...- suelta pillándome por sorpresa.
- ¡Wow!...- me esperaba algo terrible.
- Bueno, no la conocí ayer...- añade automáticamente. - Ella siempre frecuenta la cafetería, es hermosa, no hermosa en plan belleza simple y sencilla, parece un ángel, pero al mismo tiempo un diablo enjaulado... Lleva tiempo frecuentado el local, nuestras conversaciones siempre han sido las típicas camarera-cliente, pero ayer, después de que entraran unos ladrones...
- ¿Ladrones?
- Eso no es lo importante...- se molesta.
- ¿Pasó algo?...- pregunto preocupada.
- Sí, acabamos besándonos en el cuarto de descanso, estando ella sin camisa y yo sobre su regazo...
Mis ojos se abren al escuchar eso último. Ruth tampoco no es ninguna santa, ha tenido algunas parejas, aunque ahora que lo pienso, nunca fueron...
- ¿Has dicho ella?...- pregunto para asegurarme y noto como se tensa de inmediato.
- Bueno, yo...- juega con sus manos, está nerviosa y tiene miedo, siempre lo hace cuando se siente así.
- No te estoy juzgando...- me apresuro a decir mientras me levanto y me siento en la mano del sofá. - Solo quería entender...
- Me gustan las mujeres, no sé desde cuando, pero me gustan...- confiesa manteniendo la calma. - Y ella es la reencarnación de la palabra prohibido... Es hermosa, me atrae físicamente, me enloquece con solo una caricia... Pero...- suspira. - siento que es el tipo de persona de la que nos tratamos de alejar...
- No soy buena en el amor, pero creo que no solo se trata de gustar, estás enamorada... Y como tú misma has dicho, no han tenido una conversación propiamente dicha, por lo que no sabes prácticamente nada de ella... Deberías darte una oportunidad para vivir en la vida real alguna de esas historias que tanto lees en la biblioteca...
- ¿Esas historias pueden ser reales?...- cuestiona en un tono cauteloso.
- Cada quien elige... Monse vive sus comedias románticas, yo... Bueno, no sé lo que estoy viviendo...- me río tontamente. - Tú debes darte la oportunidad, pronto nos iremos a Florida y ya no la verás por tres meses...
- Ni siquiera sé cómo se llama...- finge derrumbarse y ese momento me ilumina el alma. Es como volver al instituto.
- Pregúntaselo la próxima vez...- me abrazo a ella, acariciando su suave cabello para luego dejar un pequeño beso en su cabeza.
- Si es que no huye después de echarla con indirectas...
- ¿Quién iba a huir de ti?... Eres la más hermosa de las tres, incluso yo caería a tus pies... ¿Sabes?
- Un poco de motivación no va mal...- se relaja entre mis brazos. - Aunque igual no te perdono por ignorar mis llamadas...
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BÁILAME (+18)
Storie d'amore- Es lo que llevas deseando...- besa mi nuca e introduce dos dedos a mi interior. Gimo de inmediato contra la puerta, mis piernas tiemblan y siento que si no sostiene mi cintura acabaré desplomándome en el piso. Me embiste con sus dedos provocándome...