MARIO
No sé cómo en algún momento de mi vida pude ver a Christian como alguien con quien podía estar. Todo lo que toca lo destruye, es violento, posesivo, obsesivo y adicto.
Me froto el rostro viendo como se llevan a Ander al hospital, pues esa golpiza fue terrible. No sé si ir con ellos o quedarme a controlar al grupo de adolescente que tengo metidos en casa. Mis padres no están y por desgracia, Nat tampoco, pues me escribió diciendo que tuvo que irse a los Ángeles por su papá. Mi última opción sería Channel, pero no sé si a estas horas ella siga en sus cinco sentidos.
La busco con la mirada mientras voy hacia la entrada. Mucha gente ha salido a la calle por lo del amigo de mi hermano. Thomas está que echa humo, y gracias que Christian ya no está aquí, porque quiero que mi hermano siga respirando.
— Channel...— grito al verla entrar al piso de Natasha. Ella me ignora y trata de cerrar la puerta. Me apresuro a detenerla y entro al salón.
— Vete...— me dice dándome la espalda. Su voz tiembla o es el producto de un llanto que no puede contener.
— ¿Channel?...— intento tocarla y se aparta. Sigue ocultando su rostro, prendo la luz y noto lo desaliñada que está, a parte de que está temblando . — Hermanita...— la rodeo lentamente para verla de frente y la imagen que ven mis ojos me hace olvidar por completo el problema con Christian.
Sus ojos están llenos de lágrimas, su maquillaje desgastado, tiene moretones en la cara, su cabello hecho un desastre y su vestido está dañado. Ella me mira suplicando que no haga preguntas, pero es imposible con su estado, mi hermana es una chica complicada, algo fría y la más madura entre mis hermanos, no se pone así por cualquier estupidez.
— ¿Qué ha pasado?...— pregunto y niega con la cabeza. Sus lágrimas van en aumento al mismo tiempo que su pecho sube y baja en un vago intento de respirar con normalidad. — Channel, pequeña...— doy un paso y ella retrocede. — Por favor, dime que ha pasado...
Me estoy empezando a preocupar, ni siquiera es capaz de sostenerme la mirada. Mira la puerta, se oyen voces, la mayoría está hablando de Ander. Ella lleva sus manos a sus oídos y rompe definitivamente en llanto, cayendo al sofá y negando con la cabeza.
— Channel, por Dios...— me arrodillo ante ella. Con cuidado sujeto sus manos y las aparto de sus oídos. — No puedo ayudarte si no me dices... ¿Qué pasó...?
— Él, él me...— balbucea entre lágrimas. — Él me...— suelta un grito sordo y la envuelvo entre mis brazos. Hunde su rostro en el hueco entre mi cuello y mi hombro sollozando.
— Tranquila, respira y cuéntame que ha pasado...
Guarda silencio por unos segundos, eso me altera, pero guardo la calma para no hacer más difícil el momento.
— Ander...— susurra y pienso en Christian.
— Ya le llevaron al hospital, tranquila, solo quiero que me digas que...
— Ander trató de violarme...
Cuatro palabras y mi mundo se derrumba. Me separo de ella para verla a los ojos y solo hay miedo y tristeza en ellos. No está haciendo una broma de las suyas, es real.
— ¿Qué?...
— Está pasado de copas, traté de evitarlo y me arrastró hasta la explanada...— sus lágrimas siguen rodando, cayendo como ácidos a mi corazón. — Quise que entrara en razón y que me–me dejara en paz...— acaricia con sus temblorosos dedos uno de sus moretones. — me pegó...
«¡Joder!...» maldigo por dentro mientras siento como mi sangre arde y las ganas de salir y acabar con él colonizan mi cuerpo.
— Quería obligarme a ser suya...— revisa su vestido y niega. — Iba a violarme y nadie me iba a ayudar...— su llanto crece.
— Lo siento...— la abrazo con fuerza, las lágrimas amenazaban con salir, mi corazón se estaba rompiendo, ¿Cuánto debió sufrir en esa oscuridad? ¿Hasta donde llegó ese infeliz?
Es ahí cuando vuelvo a pensar en Christian y en su pelea con Ander. ¿Tenía algo que ver?.
— Grité por ayuda y nadie me escuchaba, nadie...— su cuerpo estaba temblando como si estuviera atravesando una tormenta de invierno.
— Channel...— me siento como un vidrio roto que se está auto lastimando. Ese imbécil va a pagar por esto.
— Por un momento creí que me iba a convertir en una de esas chicas a las que marcaban de por vida, en una de esas personas que debían cargar con el recuerdo de haber sido abusadas y abandonadas a su suerte... Creí que sería de esas que ya no iban a desear seguir respirando, de esas que se callarían por no querer ser etiquetadas como víctimas....
— Va a pagar por ésto, te lo juro...
— Ya lo hizo...— susurra en un tono siniestro. — No sé quién fue la persona que me ayudó, pero sé que fue quien le dio esa golpiza que se merecía...
«Christian...» la culpabilidad pesa en mi pecho y me abrazo aún más a mi hermana. «Me equivoqué»
— De no haber sido por él, nadie me habría evitado la cárcel de una víctima de abuso sexual... No lo hubiera soportado...— solloza asegurando entre líneas que se habría quitado la vida de haber vivido ese momento tan traumático.
En este instante me siento una mala persona: le fallé a mi hermana al no estar cuando me necesitaba, le fallé a mis padres al no poder cuidarla y me fallé a mí mismo por haber explotado con Christian de esa manera. No dejé ni que se explicase, solo le dije cosas que en un principio pensaba de él y que fueron perdiendo peso tras tres meses de convivencia y después de descubrir ese pasado que le atormenta.
«Soy un completo idiota »
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BÁILAME (+18)
Romance- Es lo que llevas deseando...- besa mi nuca e introduce dos dedos a mi interior. Gimo de inmediato contra la puerta, mis piernas tiemblan y siento que si no sostiene mi cintura acabaré desplomándome en el piso. Me embiste con sus dedos provocándome...
