CHRISTPHER
Le quito el vestido con mucho cuidado, despega la espalda de la cama y me ayuda alzando los brazos. Bajo éste lleva uno de los conjuntos que le compré, y no podía haber acertado más con este conjunto negro. Se ajusta perfectamente a su cuerpo de modelo.
Mi mano sube por su muslo avanzando lentamente por su trasero para dibujar la línea de sus bragas. Ella me mira intensamente mientras mis dedos dibujan el arco rozando su sexo por encima de la tela. Se muerde el labio reteniendo algún sonido sin poder ocultar el rubor en su rostro ni esa expresión llena de deseo.
— Tengo ganas de encadenarte...— digo acariciando el lugar sin tener un contacto directo. Sus jadeos solo intensifican ese oscuro deseo.
— Hoy no...— dice como si existe la posibilidad de que en otra ocasión podamos jugar.
Me acerco a dejar un beso en su abdomen, es tan plano y perfecto. Mi lengua no se conforma con el beso y se desliza ascendiendo hasta su nuevo tatuaje. Beso el dibujo de esa mariposa rechazando la idea de pensar en su otro lo habrá hecho, pues no quiero joder el momento.
Me abrazo a su cintura y la obligo a arquear la espalda, dándome el espacio para soltar el encaje y liberar sus senos. Sus pezones ya están tensos y deseos de recibir atención. Acerco mi boca al izquierdo, mi lengua lo recorre, siento su sabor en mi boca y succiono hasta detenerme en su pezón. Tengo la tentación de morderlo y hacerla daño, pero me contengo.
Sus gemidos se ahogan en la habitación, gime tanto que ya deseo tomarla y hacerla gritar aún más fuerte.
Paso al seno derecho y realizo el mismo juego, mi lengua juega con él deleitándose con su sabor. Es tan suave y tan exitante.
— ¡Chris!...— gime sujetándose a las sábanas. Su facilidad para prenderse es una tortura.
Bajo mis manos a sus bragas, vuelvo a acariciar su sexo y con cuidado se las quito, dejándola completamente desnuda.
«Es hermosa» me digo llevando mi boca a su intimidad, suelta un gemido profundo al ser embestida por mi lengua, arquea la espalda y agarra con más fuerza las sábanas. Mi boca la saborea como lo mejor que he probado, me muevo en su interior, juego con sus pliegues y succiono en un juego que la lleva al límite.
— ¡Christpher!...— gime con fuerza invitándome a más.
Agarro sus muslos con fuerza, sé que la estoy haciendo daño en ese agarre, pero es imposible apaciguarlo, y menos cuando su cuerpo reacciona de esa manera ante mí.
— ¡Oh, Dios!...— vuelve a gemir con desesperación. Su interior se contrae, se inquieta y sé el porque. — Para...— susurra sin ninguna convención.
Continúo saboreando su intimidad hasta sentir su líquido en mi boca. Suelta un gemido aún más profundo al venirse y me deleito por su voz y su sabor.
— ¿De verdad quieres parar?...— pregunto alejándome. Agarro mi cinturón y lo desabrocho, seguido de mis pantalones. Ella no aparta la mirada, no puede ocultar lo que está sintiendo por dentro.
— No...— responde y dejo caer mis pantalones.
— ¿Estás segura?...— pregunto y asiente.
Termino de liberar mi erección, me observa sin pudor alguno, se muerde el labio y la imagen de niña mala que me da es aún más excitante.
Regreso para quedar entre sus piernas, acerca su rostro al mío y me besa apasionadamente. Sus manos se enredan en mi cabello, tira de él para intensificar el beso y suelto un gruñido.
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BÁILAME (+18)
Romance- Es lo que llevas deseando...- besa mi nuca e introduce dos dedos a mi interior. Gimo de inmediato contra la puerta, mis piernas tiemblan y siento que si no sostiene mi cintura acabaré desplomándome en el piso. Me embiste con sus dedos provocándome...