85. Dyn: ¿Qué hago?

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NATASHA

Mi cuerpo tiembla mientras debato entre voltearme y afrontar la realidad, o seguir ensimismada con que es solo una coincidencia. Miles de personas comparten la misma voz, las voces no son una característica muy fiable, tal vez no sea él, tal vez no tenga a ese monstruo a mis espaldas.

De verdad quiero creer eso, pero su voz vuelve a golpearme, esta vez más cerca que antes.

- ¿Qué hace esta gente en mi jardín, Christian?...- la dureza con la que habla me obliga a apretar los puños en un intento estúpido por calmar mi nerviosismo.

- Tranquilo, hermano...

«¿Hermano?...» «Maldita sea»

Me levanto sintiendo un ligero mareo, siento que mi corazón se me va a salir del pecho, ensangrentado y palpitando de una manera exagerada y aterradora.

- Es una fiesta con amigos...- percibo la burla en la voz del menor. ¿A caso lo sabía? ¿Por eso hizo esto? ¿Él está igual de enfermo que su hermano?. - Chicos... - se voltea a vernos, pero yo sigo dispuesta a marcharme y no dar la cara. Dexter me mira extrañado por mi comportamiento, pero no me importa, quiero salir de aquí. - Él es mi hermano, Christopher...

«Es él»

Monse suspira a un lado de su pareja y sé que es por lo atractivo que es ese idiota.

- Ellos son Brad, Monse...

« ¡Joder!». Trato de salir de ahí, pero un grupo de chicas charlando me cortan el paso dándome dos salidas, saltar a la piscina o pasar por el lado de Christopher.

«¿Cómo acabé en esto?» «¿De verdad fui tan estúpida para creer que todo se acabaría ahí? ¿Que el maldito destino ya había acabado conmigo?»

No puedes huir de tus errores y él es uno de ellos.

- Natasha...- escucho e inconscientemente me volteo, dándome un golpe mental al quedar de frente.

Su rostro no ha cambiado nada, sigue igual de perfecto. Su cabello cae algo húmedo sobre él, un poco rizado y algo oscuro. Lleva uno de sus trajes tan caros bajo los que guarda siempre sus sucias armas. Nada ha cambiado, excepto su mirada. Veo como la oscuridad la consume al reconocerme, no hace falta que me lo diga, lo dice su intensidad al mirarme. Los músculos de su mandíbula se tensan y puedo asegurar que aunque yo sea la única que lo sienta, él está viendo a su presa en sus tierras.

Siento como los latidos de mi corazón se aceleran, en segundos se me dificulta respirar con normalidad, casi estoy rozando un desmayo inminente. Por puro instinto retrocedo cuando alza la mano, aunque solo me la extiende, no sé si lo ha hecho con los demás, pero la forma tan satisfactoria en la que me mira me demuestra que no. Con dudas y bajo las miradas de todos acepto su saludo.

«Grave error »

Solo un simple roce de nuestras pieles provoca una corriente eléctrica que recorre cada rincón de mi cuerpo, impulsando aún más los latidos de mi pobre corazón. Él, al igual que yo, por unos segundos parece inquietarse por nuestro roce, la tormenta en sus ojos cesa para rugir con fuerza y ahuyentar a las personas.

Este silencio que se forma es incómodo, siento que voy a ser quemada en un infierno que yo misma me busqué. Trato de retirar la mano y me la aprieta. Retengo un gemido de dolor, aunque soy incapaz de ocultar del todo la mueca.

- ¿Ustedes se conocen?...- la voz de Christian me sobresalta. Aparto mi mano con rapidez y niego con la cabeza.

«La mierda que me faltaba»

- No...- me apresuro a decir.

Christopher me fulmina con la mirada, es como si quiere matarme en este momento y ocultar mi cuerpo por ahí. Paso saliva volviendo a retroceder y no me detengo hasta que golpeo con un pecho firme. Por un segundo pienso que se trata de Mario, lo cual descarto al sentir como una mano acaricia mi abdomen hasta aprisionarme y pegarme más a ese cuerpo.

- El reto...- Dexter me susurra al oído para luego dejar un beso en mi cuello.

Ese simple acto basta para que la mirada del rubio arda en cólera. No tengo ni tiempo a reaccionar cuando Dexter me voltea y une por primera vez nuestros labios. Quedo en shock ante eso, pero a él no le importa ya que no se detiene aún bajo la mirada del resto y aún peor, bajo la mirada envenenada de Christopher. Esa mirada de alfileres que atraviesa mi alma en segundos.

El pelinegro se mueve sobre mis labios, atrapa mi cintura y me acaricia espalda arriba hasta alcanzar mi nuca. Cuando su mano se posiciona ahí muerde mi labio inferior e invade mi boca de una manera malditamente dulce y estimulante. Sus labios son tan suaves y me besa con una delicadeza que quiere arrastrarme a la locura, pero no puedo, no cuando le siento ahí parado matándome con su mirada, quemando mi piel y poniéndole precio a la cabeza de Dexter.

Cuando se separa de mí escucho las risas de mis amigos, Monse hace un ruido insinuante y yo miro a Dexter sin entender nada. Me sonríe ampliamente, se acerca a mi oído y vuelve a agarrarme de la cintura.

- Estamos jugando ¿Te acuerdas?...- me susurra y le manda una mirada cómplice a Monse.

«Verdad o reto»

No sé que decir, no quiero volver a mirar al rubio, por lo que observo al resto y con la voz entrecortada hago el esfuerzo de hablar.

- Necesito ir al baño...

No espero ninguna respuesta y salgo corriendo, aún huyendo no puedo escapar de él, de esa mirada que promete hacerme sufrir como nunca antes.

«¿Qué hago?»

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