NATASHASi me cuestiono la razón por la que estoy aquí ahora, observándome en el tocador como una chica normal, en lo que cabe, ignorando todo lo que pasó ayer con Christopher, nuestro acercamiento, sus amenazas y la manera en la que sus ojos me indicaron que la próxima vez que nos viéramos sería peor de lo que me imagino. No sabría responderme.
Me arreglo bien la falda, notando lo pálida que tengo la piel. Hoy me decido por algo simple, un traje color azúl noche, formado por una falda corta y un pequeño top con escote. Me reviso un par de veces, por lo menos las marcas de mi cuello ya desaparecieron. Mi cabello cae en sus rizos algo desordenados que trato de dormir con un cepillo. A mis espaldas está Steff arreglándose la faldita roja que se ha puesto. Se ve tan hermosa.
- Oye...- me acaricia el cabello. - Tenemos un pase juntas...- me informa y me alivio, al saber que no se va a tratar de ese idiota, pues hasta donde he podido ver, él nunca llama a otra mujer. Es como un maldito obsesionado.
- Ya terminé...- suelto el cepillo y le sonrío a mi reflejo. Hasta ahora no he tenido un mal presentimiento y espero que la noche sea así de simple, porque si vuelvo a encontrarme con Christopher no solo me llenaré de vergüenza, también de miedo e impotencia.
- Cada día te vez más hermosa ¿Sabes?...- me abraza por los hombros cuando vamos de salida. - Aunque hoy estás algo pálida...- lo sé y quiero pensar que es el miedo.
Caminamos por el largo pasillo de privados hasta alcanzar el número catorce pegado a la puerta de madera. Suspiro deseando que esto se acabe pronto para volver a mi casa, a mi cama, a mi calma...
- ¡Buenas noches!...- saluda la pelirroja entrando al cuarto. Practico una sonrisa y entro después de ella, quedando prácticamente helada al verlo ahí sentado, tranquilo, con la mirada sobre esa pantalla y su cabello cayendo por su rostro.
Hoy está menos formal, volviendo a sus camisas blancas y un vaquero, no estoy acostumbrada a verlo con vaqueros. Aparta se mirada del celular y nos mira, esos ojos color miel me observan con un brillo nada usual, lo que hace imposible que mi corazón no se altere y que mi mente, hasta ahora ocupada por Christopher, estalle al pensar solo y exclusivamente en él, el verdadero dueño y señor de mí, Morgan.
Él viene acompañado del pelinegro de antes, Luck, creo que se llamaba. Él no me importa, solo mi prohibición más tentadora, mi profesor.
- Están hermosas...- dice Luck viéndonos con lujuria. Su mirada me incomoda, pero al volver a la del castaño toda esa incomodidad desaparece. No se ve muy interesado, pero para mí es suficiente con solo eso.
- Muchas gracias...- sonríe mi compañera, prendiendo la música.
«Believer» de imagine Dragons invade los parlantes y el ritmo empoderado de la música viaja por mi cuerpo a medida que inicia el baile.
Me acerco a la barra, giro a su alrededor y trepo en un movimiento que me enseñó la pelirroja. Voy descendiendo y quedo en el piso con las piernas abiertas. Me arrastro hacia delante en un movimiento sensual y me volteo para quedar de espaldas. Muevo mi cintura y mis piernas simulando estar compartiendo el baile con otra persona. Steff baila igual de sensual a mi lado, pero con más atrevimiento al acercarse a Luck y restregarse a él. En mi mente también circula la idea de tener ese tipo de acercamiento con mi profesor pero por más que yo lo desee, por más que quiera volver a sentir el roce de sus manos en mi cintura, la calidez de su cuerpo abrazado al mío, la intensidad de su mirada, la casi inexistente separación entre nuestros labios, no puedo. Quiero volver a eso, sin embargo, la imagen de Christopher vuelve a mí, sus ojos grises clavados en los míos, la intensidad de su deseo insaciable, su voz al susurrarme que quiere follarme contra esa maldita pared, sus manos sobre mi piel, el momento en que se adentró en mí... Todo me golpea de una sola vez y me paraliza, me impide avanzar y solo continúo mi baile a una distancia prudente.
Morgan frunce ligeramente en entrecejo, como si mi acción le desconcertara o tal vez es una simple faceta suya. La música se acaba y sin perder mucho tiempo, le sonrío con poco entusiasmo, lanzo una pequeña mirada a los hombres y me disculpo.
- ¡Tengan buenas noches!...- digo saliendo sin esperar a escuchar lo que Steff estaba por decirme.
Cruzo la puerta abrumada por la reciente imagen que invadió mi mente. Me apresuro a salir de ese largo pasillo, quiero llegar a los vestidores y relajarme, creo que me va a estallar la cabeza y el...
- ¡Ah...!- una fuerte punzada me atraviesa el pecho robándome el aire. Mi mano se sujeta a la pared tratando de calmarme, pero no lo consigo, mi vista comienza a fallar, todo se vuelve borroso.
¡Maldita sea, no!, suplico sintiendo como me arde el pecho y me tiemblan las piernas. Está pasando de nuevo y en el peor lugar.
- No...- trato de avanzar, pero se me dificulta aún más, todo se empieza a oscurecer mientras avanzo. Debo llegar al vestuario, necesito llegar al vestuario.
Con mi ceguera me golpeó contra otro cuerpo, no sé de quien se trata, pero lo último que ven mis ojos es ese cielo nublado antes de oscurecerse por completo.
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BÁILAME (+18)
Romance- Es lo que llevas deseando...- besa mi nuca e introduce dos dedos a mi interior. Gimo de inmediato contra la puerta, mis piernas tiemblan y siento que si no sostiene mi cintura acabaré desplomándome en el piso. Me embiste con sus dedos provocándome...