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-No pueden pasar.

-¿Quién lo dice?-repuso Adam de brazos cruzados. Tanto él y su amigo Hunter se hallaban fuera de la habitación del hospital donde Vince estaba y una enfermera les estaba negando el acceso a verlo.

-¿Son sus familiares?-inquirió la enfermera, era quizás unos tres años mayor que ellos. Ambos chicos negaron con la cabeza-entonces no pueden pasar-repitió.

-¿Y si llegamos a un arreglo, preciosa?-dijo Adam. Su voz sonó oscura y con mucha picardía. Sus ojos mieles brillaron al darse cuenta que la chica se sonrojó deliberadamente.

-No. No pasarán a la habitación-sentenció, mirando a otra parte lejos de los ojos de Adam y Hunter rio entre dientes.

-Hunter, encárgate tú-le ordenó Adam y la enfermera frunció el ceño al verlo pasar junto a ella y abrir la puerta de la habitación; pero cuando se disponía a protestar, Hunter la sujetó de las muñecas.

-Voy a llamar a seguridad-se quejó la enfermera, mirándolo con rabia pero el chico tiró de ella y la estampó a la pared.

-No lo creo-dijo, y la besó en los labios.

Adam sacudió la cabeza riéndose, miró una vez más a su amigo besando a la mezquina chica y entró rápidamente a la habitación. Habían tenido suerte que el asqueroso pasillo de habitaciones estuviera solitario.

Al dar un paso dentro, el ambiente a medicina y a muerte inundó sus fosas nasales e hizo una mueca.

De inmediato divisó a su amigo recostado en esa cama blanca con tubos de oxígeno, agujas con suero y otros tubos más saliéndole del cuerpo. Tenía el rostro golpeado y el abdomen vendado.

Sintió náuseas. Se frotó la frente con incertidumbre y le dio la espalda con vista a la ventana.

-¿En qué momento te hicieron esto, Vince?-preguntó, dándose la vuelta. Vio como el aparato que monitoreaba su respiración subía y baja lentamente.

Adam recordaba que el bar estaba en total calma cuando se marchó y no podía asimilar en que momento había ocurrido tal desgracia.

No pasó mucho tiempo para que la puerta se abriera y él diera un salto a la defensiva pensando que tal vez se trataba de la enfermera acompañada con los de seguridad, pero no. Era la hermana y la madre de Vince.

Ember, al verlo, corrió a abrazarlo y Adam la estrechó en sus brazos mientras miraba a la mamá de su amigo sentarse junto a su hijo sin si quiera verlo.

-Hola señora Nicholas.

-No estoy de humor, Adam.

Él asintió y se centró en Ember, quien sollozaba en su pecho.

-¿Puedes decirme que pasó?-le susurró sobre su rojizo cabello. Ella asintió pero no se apartó de él.

-Los policías llamaron a casa a las cinco de la mañana cuando dormíamos. Nos dijeron que Vince había sido atacado y que estaba gravemente herido.

-¿No dijeron quienes lo hirieron?

-No.

-¿Por qué preguntas que pasó, si tú estuviste con él, Adam?-gruñó la señora Nicholas, fulminándolo con sus fríos ojos azules desde el otro lado de la cama.

Adam se mordió el interior de las mejillas y se acomodó el cabello. Ember dejó de abrazarlo y él se dio cuenta que su chaqueta estaba mojada por las lágrimas de la chica pero lo pasó por alto.

-Fui con Vince al bar, señora Nicholas, nos separamos a los veinte minutos de haber llegado y ya no supe nada de él después. Me marché a casa a las cuatro y treinta de la mañana.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora