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Hotel Prince Lab.

La mezquindad con la que Steve Blake miraba a los integrantes de la familia de Egon era más que notoria. Sin embargo, el sentimiento era mutuo.
El rubio se paseaba de un lado a otro, cojeando de una pierna y frotando su muñeca, donde debería estar su mano derecha.
-Pronto estarán todos reunidos ante mí y jugaremos un juego-les repitió por milésima vez.
-Me tienes a mí. No hay necesidad de que ellos estén metidos en esto-bramó Egon, haciendo el esfuerzo de liberarse de los grilletes que lo mantenían suspendido en el aire sobre unas barras de metal. Tenía el rostro curtido de sudor, sangre y un golpes.
Los demás se hallaban apiñados entre sí en otra barra de metal, pero no tan masacrados como él.
Gabriel estaba desmayando y su cabeza se balanceada de un lado a otro gracias a los movimientos del resto.
Adam y Henry yacían detrás de su padre con el rostro magullado y ensombrecido de rabia. Tenían las muñecas rojas por la posición.
Roch era el único que estaba atado a la barra de metal con cadenas y parecía estar moribundo, ya que apenas respiraba.
No obstante, el pequeño Allen no estaba ahí. Desde que los colocaron en aquel lugar, no habían vuelto a ver al niño y eso a Gabriel le preocupaba más que su propia vida.
-Supongo que tienes razón pero me encanta exterminar masa de personas para no dejar cabos sueltos-replicó Steve-hace un rato me informaron que tu hija y su novio volvieron de sus vacaciones y ya vienen en camino para acompañarnos a la fiesta.
-¡Maldito imbécil!-Adam se inclinó hacia adelante con cólera y ahogó una exclamación cuando la piel de sus muñecas se lastimaron por la fricción.
-A ella no la vas a tocar-vociferó Egon.
-Primero tendrás que matarme a mí para hacerle daño a mi hermana-masculló Henry.

Steve se detuvo. Centró su atención en el chico y luego suspiró.
-No eres más que un estorbo en mis planes-le dijo-pudiste haber quedado absuelto de todo esto pero optaste por pelear en una batalla que no es tuya.
-Es mi padre. Y yo pelearía por él sin pensarlo-espetó Henry, rojo de enfado. Las venas de su cuello estaban tensan al igual que las de sus brazos.
-Entonces te mataré sin pensarlo-repuso Blake-pero ahora no lo haré, sino hasta que estén todos juntos. Mientras serán torturados en lo que yo voy por una hamburguesa con el pequeño Allen.
-¡No te atrevas a acercarte a él!-ladró Gabriel con voz temblorosa, al parecer, no estaba inconsciente, solo había estado resguardando las pocas fuerzas que le quedaban y al escuchar aquellas palabras referente a su hijo, abrió los ojos y gritó, pero solo salió un leve graznido patético de su garganta y un fuerte dolor en la columna y estómago lo estremeció.
-Puede que lo adopte como mi hijo.

Entonces Gabriel soltó una risotada.
-Primero muerto antes de que le hagas algo a mi hijo.

Steve hizo una mueca de fastidio e hizo un ademán con su única mano hacia el quinteto de hombres que aguardaban en la puerta con instrumentos de tortura en sus manos.
-Haganles mucho daño, en especial a Egon Peitz-señaló a Egon-pero no los maten. De eso me encargaré yo.

Blake salió pavoreandose de aquella habitación y se dirigió a un pasillo en busca del niño, que había dejado en un cubículo con hojas blancas y crayones.
Pero de pronto, uno de sus hombres se plantó frente a él con un teléfono móvil en sus manos.
-Llamada de Stein para usted, señor.

Sulfurado, cogió el teléfono y atendió la llamada, poniendo los ojos en blanco. Detestaba con todo el alma que le importunaran en momentos importantes.
-¿Qué quieres? Más te vale estar aquí en veinte minutos o...
-Señor Blake, Keren Peitz ha escapado. Se lanzó de la camioneta y la perdimos de vista-le informó con voz cautelosa.

Steve cerró los ojos un segundo y cuando los abrió, estos quemaban de ira.
-¡Fue una tarea fácil la que te pedí, maldito inútil! Monitorear las carreteras y esperar el momento para atraparla, a ella y a su novio.
-Su novio está muerto. Lo maté yo mismo.
-¿Mataste a mi sobrino?-le preguntó, sorprendido.
-Sí. No fue tan listo como pensé pero estamos en la búsqueda de la chica, señor. No debe estar lejos.
-Pobre chico-dijo con tristeza fingida-pudo haber hecho grandes riquezas conmigo pero murió siendo un idiota.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora