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-Apartate de encima-le ordenó ella con frustración y él se movió, dándole espacio para sentarse.
-Por favor, escuchame. No voy a lastimarte, así que no trates de escapar. Confía en mí.
-Mataste a la madre de mi novio frente a nuestros ojos y sin miramientos-masculló, iracunda-¿Cómo piensas que podré confiar en un asesino que no conozco?
-No me conoces pero yo te conozco a ti desde que naciste. ¿Eso no basta?
-Eres un maldito asesino.
-Tú padre también lo era.
-Pero tú sigues siéndolo.

Keren se arrastró por el césped con la intención de estar lejos de él pero su espalda se estampó contra la corteza del árbol y titubeó.
Si tan solo ese hombre no hubiese sido tan guapo, le hubiera sido fácil ignorarlo.
-Me llamo Kevin Black-dijo él.
-Aléjate de mí, te lo advierto.
-Solo quiero hablar contigo-alzó ambas manos mostrando sus palmas-en serio. No estoy armado.
-¿Por qué quieres hablar conmigo? Dices que eres amigo de mi padre, entonces ve a buscarlo.
-Me temo que prefiero hablar contigo que con él.
-Eres un tipo raro. Ojalá Set estuviera aquí-espetó, molesta-dale gracias al cielo que sigas vivo.
-He venido a buscarte para aclarar las cosas contigo antes de que armes un escándalo cuando vaya en la noche a darles la bienvenida a la casa de Gabriel.
-¿Qué?
-Sí. Desde hace meses he frecuentado de nuevo a Caroline, que también es una vieja amiga y no quería que al momento que me vieras, armaras un show-repuso-yo no quiero problemas con Egon. Ya he renunciado a mi empleo, quiero ser un hombre libre.

A pesar de que mentía, se dio cuenta que ella le había creído. Sus facciones se suavizaron y se mordió el interior de las mejillas, mirándolo.
-¿Cómo puedo creerte? Hiciste sufrir a mi novio matando a su mamá a sangre fría.
-Esa ha sido la primera y única vez que he matado a alguien y me detesto por eso. Estaba siguiendo órdenes de mi jefe.

Con los ojos estrechados, Keren se inclinó hacia él y lo examinó muy de cerca. Kevin no se movió, se quedó inmóvil observandola.
Tenía los ojos tan negros que no era capaz de notar sus pupilas.
-De acuerdo-accedió-no armaré ningún escándalo solo si prometes disculparte con Set algún día.
-Lo prometo-asintió, esbozando una leve y tímida sonrisa.

Kevin se gateó por el césped y se situó justo al lado de ella con la mirada fija al sol que daba indicios de que pronto se ocultaría.
-¿Cómo conociste a mi familia?-interrogó ella con mucho interés.
Él estiró sus largas piernas y su pie derecho chocó con el de ella pero ninguno de los dos se apartó.
-Yo tenía quince años cuando conocí a Caroline-comenzó a decir, pensativo-ella daba prácticas con su novio en el hospital en el que mis hermanas gemelas estaban internadas a causa del cáncer-Keren entonó los ojos pero él decidió continuar-y bueno, después del funeral de mis hermanas, me hice amigo de tu madre. Ella siempre fue gentil y buena persona conmigo.
-O sea que los conoces desde hace muchísimo tiempo...
-Exacto. Y conocí a tu padre el mismo día que conocí a Shelby. El muy tonto se presentó en el funeral de mis hermanas con una pistola de juguete a tratar de intimidarnos pero yo en ese entonces era demasiado listo y lo descubrí.

Keren rompió a reír y Kevin sintió una extraña dulzura hacia ella.
-No me imagino a mi padre haciendo ese tipo de ridiculeces.
-Pues Egon estaba celoso de mí. Pensaba que le iba a quitar a Shelby y no se puso a pensar que ella me llevaba cuatro años de diferencia y que solo me miraba como un niño.
-¿Te celaba?-volvió a reír.
-Sí. Fue tedioso pero después nos hicimos amigos-suspiró-aunque ser su amigo me costó más de lo que esperado. Su jefe mandó a explotar mi casa con mis padres adentro y quedé huérfano.

La sonrisa de ella se esfumó y percibió la tristeza de aquel rubio. Pero a pesar de estar recordando cosas tristes, sonreía.
-Pero como he dicho, conozco a tu familia desde que era un adolescente y estuve en el embarazo de Shelby hasta que nacieron Adam y tú.
-Vaya. Me siento extraña al oirte decir eso.
-¿Por qué?
-Porque sí. No estás tan anciano ahora y yo ya tengo veinte años.
-Tengo treinta y cinco años, Keren. -Pareces de veinticinco.
-Muchas personas me lo han dicho, gracias.
-¿Y tienes familia propia?
-No.
-¿Novia?
-No. Y tampoco hijos-vaciló y ella arqueó las cejas.
-Ya veo. Probablemente hijos no reconocidos.
-Quizás-la miró maliciosamente y ella se puso nerviosa.
-Lamento que no tengas familia.
-Tengo una sobrina política. Es hija de unos amigos míos que fallecieron y ahora me hago cargo de ella.
-Que buena onda. No estás tan solo.
-No. Aunque ella tiene un carácter duro de roer.
-Y eso que no me has conocido.
-Por eso quiero conocerte-se acercó a ella y le pasó un dedo por su mandíbula-a eso he venido. A conocerte más.
-Me parece muy extraño tu comportamiento-notó su cercanía pero no se apartó.
-Solo quiero que seamos amigos-dijo en tono suplicante y deslizó su mano del color de la porcelana sobre la suya-por favor.
-Okey. Con una sola condición.
-La que sea.
-Llévame lejos de aquí. No quiero volver a casa hasta la noche.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora