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En Nueva York se aspiraba un ambiente fúnebre y deprimente. A decir verdad, aquella había sido la peor noche de sus vidas.
Eran las once de la noche cuando miró con desdén a Austin Williams al momento que este terminó de hablar sobre su huída con toda su familia.
La mirada de decepción y total asombro de Egon hacia la pareja provocó escalofríos en los demás, en especial en Gabriel. La pareja soportó los ojos lacerantes de Egon por más de un minuto y apartaron la mirada con disimulo.
-Así que van a desertar-afirmó Egon con voz mezquina. Desvió la mirada a sus manos y no se atrevió a observarlos de nuevo.
-Si pudiéramos quedarnos, lo haríamos pero es imposible-añadió Thomas con suficiencia y angustia.
-¿Por qué es imposible?-preguntó Gabriel, tajante. Tenía los ojos enrojecidos e hinchados pero su voz sonaba áspera y glaciar.
-Porque Dylan no está acostumbrado a este ambiente de muerte y dolor-repuso Austin con determinación.
-Además, Dylan jamás podrá pelear contra alguien que sabe usar armas y dar buenos golpes hasta dejarte muerto-farfulló Thomas.
-¿Olvidas que yo te ayudé a enfrentar a tus padres cuando estos te despreciaron por querer a Austin?-espetó Egon a Thomas y este entornó los ojos-¿Acaso no te acuerdas? Te apoyé incondicionalmente y a pesar de que tampoco estabas acostumbrado a mí mundo, aceptaste estar conmigo. ¿Por qué ahora me das la espalda? ¿Por qué ambos me dan la espalda?-alzó la cabeza y los fulminó cruelmente con la mirada-los necesito.
-Yo... yo creo que... -Thomas balbuceó y negó con la cabeza. Al parecer Egon había tocado un punto débil en él y se estremeció.

Austin se acercó a la puerta de la habitación con aire taciturno y Thomas se negó rotundamente a cruzar miradas con Gabriel o Egon.
-Son cobardes. Fin de la historia-musitó Gabriel y se dejó caer en la silla con tristeza.
-No somos cobardes-replicó Austin con enfado.
-Sí, lo son-masculló Egon con rabia y mirándolo con desprecio-lo mejor será que se larguen en este momento. Ya no tienen por qué estar aquí.
-Egon...
-Escucha, Thomas-rugió Egon con arrogancia y total desagrado hacia él y Austin-lo que yo necesito es ayuda. Personas que estén dispuestas a ayudarnos a encontrar a nuestros hijos, y no imbéciles que con el paso del tiempo se hicieron unos completos mari...
-¿Qué? Termina de decirlo, anda-le espetó Austin con rabia.
-Maricas-terminó de decir Egon con severidad-fueron mis grandes amigos homosexuales en el pasado que pelearon a mí lado pero tal parece que el tiempo les formó una vagina a ambos y les impidió ser hombres en este momento tan delicado-y antes que ellos replicaran, miró que Gabriel estaba boquiabierto al igual que la pareja y continuó-y hasta eso, estoy seguro que Beatrice querrá ayudarme a pesar de ser una chica y una niña.

Aquellas frías y crueles verdades dejó sin habla a la pareja, quiénes se miraron horrorizados y a la vez encolerizados.
Gabriel soltó una risotada y asintió frenéticamente con la cabeza.
-Ya oyeron a Egon, pueden marcharse.

La tensión en la habitación se incrementó y sin decir una sola palabra, Austin tomó de la mano a Thomas y tiró de él hacia el pasillo.
-¡Hemos traído algunas cosas que estamos seguros que les gustará!-dijo Dylan con emoción al momento de llegar a la habitación en la que sus padres estaban por salir. Beatrice quedó atrás de él, rezagada con una bolsa de plástico negra.
-No hace falta, hijo. Nos vamos ahora mismo a Londres-le informó Austin a regañadientes-despidiete rápido de tus tíos y vámonos. Estaremos esperándote en el estacionamiento, apurate.

Dylan entornó los ojos y frunció el ceño.
-No están hablando en serio, ¿verdad?-sonrió con soslayo pero al ver que ninguno de sus padres sonreía, él también se puso serio-no entiendo por qué quieren irse. Tenemos que ayudar al tío Egon y Gabbe a recuperar a mis primos.
-Esto ya no es asunto nuestro, Dylan. Ahora apurate o vámonos de una vez-le reprendió Thomas, claramente enfadado.
Dylan apretó los puños a sus costados y les regaló una mirada llena de histeria e impotencia.
-Los conflictos que haya entre ustedes no me importan-dijo-si quieren irse a Londres, váyanse pero yo me quedaré a ayudar a mis tíos.
-Ellos no son tus tíos de sangre, hijo-repuso Austin con cólera-nada nos une a ellos íntimamente.
-Pues si hablamos de sangre-replicó Dylan con veneno-ustedes tampoco son mis verdaderos padres.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora