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La noche se tornó más fría, más densa y más siniestra.
Keren y Set continuaban mirándose el uno al otro a mitad de la calle con las cejas levantadas.
Ella esperando su respuesta, él pensando en que responder ante sus palabras tan ciertas.
Ciertamente el chico de ojos exóticos no podía controlar su temperamento y ella no podría contra él si en caso perdía el control; así que esperó pacientemente a que su novio dijera algo, lo que sea.
-No tengo motivos para dejarme llevar por la locura otra vez-repuso él por fin, luego de una tormentosa espera de dos minutos.

Ella puso los ojos en blanco y se llevó una mano a la frente.
-Mira, hablaremos de eso después, ¿vale? Ahora regresemos al hospital porque deben estar preocupados, más porque me escapé.
-¡No!-le oyó vociferar-¡No! ¡Decide de una vez o me iré!
-¿Por qué de pronto haces que todo se vuelva tan desagradable?

Y así sin más, Set la miró con incertidumbre y angustia. Aflojó los puños y negó con la cabeza.
-Vamos, te acompañaré al hospital.

Su voz sonó cansada y cansina; muy distinta a segundos atrás, como si se hubiese dado por vencido. Keren intentó agarrarlo de la mano pero este simplemente se limitó a sonreír forzosamente, conduciendola arriba de la acera en la dirección opuesta en la que los demás se habían ido.
Caminaron lentamente hasta el Jeep, ella escrutandolo en la oscuridad con el ceño fruncido y él con la vista fija al frente, evitando mirarla.
Algo en él había cambiado drásticamente y no auguraba nada bueno.
La ayudó a entrar al Jeep y luego él se deslizó detrás del volante, encendió el coche y lo echó a andar. Abrió la ventanilla y de alguna parte sacó una cajetilla de cigarrillos, se colocó uno entre los labios, lo encendió y se limitó a conducir con los ojos estrechados y puesto al frente con expresión oscura.
Keren apenas podía asimilar lo que estaba presenciando.
-¿Qué quisiste decir con "te acompañaré al hospital"?-aventuró a preguntarle, siguiendo con la mirada el hilillo de humo que se deslizaba de entre sus labios hacia la ventanilla.

Set volteó a verla al momento que le daba otra calada a su cigarrillo y sonrió languidamente hacia ella.
-Nada-contestó y continuó conduciendo.

Llegaron al estacionamiento del hospital y ninguno de los dos bajó.
Set había encendido otro cigarillo y miraba con demasiada atención el humo que salía de sus labios. No pretendía bajar con ella, claro estaba.
-Set-comenzó a decir Keren pero él la calló, levantando un dedo hacia su rostro.
-Bájate.
-¿Qué?
-Bájate-repitió con tono siniestro y le quitó el seguro a las puertas.
-No lo haré-repuso ella con determinación.
-Pensé que querías regresar al hospital-dijo él, frunciendo el ceño y jugando con el cigarrillo entre sus labios sin apartar la vista al parabrisas.
-¿Por qué no me miras?-le preguntó, confusa-estás actuando extraño.

Set la miró ferozmente y ella notó en sus ojos rabia contenida.
-Bajate-repitió él, perdiendo la paciencia. Su voz era autoritaria y siniestra.
-¿Qué te pasa?-insistió.
-¡Nada! ¡Solo bájate de mi auto!-exclamó, agitando las manos con desesperación.

Luego de aquel arrebato de locura, Set recargó su cabeza en el asiento y cerró los ojos, sintiendo como el humo del cigarrillo se deslizaba a sus entrañas, amenazandolo con matarlo dentro de pocos años si continuaba fumando.
Exhaló e hilillos de humo lo envolvieron.
Keren tosió a propósito y él abrió los ojos con petulancia en dirección a ella.
-¿Sigues aquí?-la cuestionó con amargura y desdén.
Ella sintió un vacío enorme al oírle hablar de esa manera.
-No me iré hasta que hablemos como la pareja que somos.
-¿Somos pareja?-inquirió el rubio con sarcasmo-pues a mí no me lo parece.
-Sé que estás molesto porque no puedo acompañarte a donde tienes pensado ir, pero entiendeme, por favor-suplicó.

Set se quitó el cigarrillo de la boca y lo apagó en el tablero con brusquedad y después lanzó la colilla por la ventana.
Volvió el rostro a ella con precipitación y esbozó una de sus sonrisas maliciosas, que la aturdieron. Tenía tiempo que él no mostraba aquella actitud.
-Por estar contigo y tú familia, perdí a mí hermana de la manera más cruel que jamás pensé-dijo él con veneno-y al parecer, estás dispuesta a terminar como ella pero yo no me quedaré a ver tu muerte-se llevó ambas manos a la cabeza y gruñó-y eso no quiere decir que te esté abandonando, sino que si hay posibilidades de evitarme más dolor, lo haré.
-¡Nosotros no matamos a Beatrice! Ella eligió estar con mi hermano y tú decidiste ir a rescatarme-chilló la chica, al borde de las lágrimas.
-¿Y por qué no haces lo mismo que ella?-masculló, furioso.
-¡El qué!
-Seguir al chico que quiere y ser feliz.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora