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Dylan se despidió de sus padres y de sus tíos con una sonrisa genuina. Estuvo un rato mirando hacia el avión a través del enorme cristal que daba hacia la pista de aterrizaje y se aburrió pronto. Aferró su equipaje en la mano y caminó en dirección a la salida.
Sacó su teléfono y se dio cuenta que la señal era casi baja. Caminó un poco más hasta llegar a la acera de la calle y consiguió una buena cobertura.
Miró a todos lados como las personas paraban los taxis rápidamente y alzó las cejas. Estiró la mano pero los taxis pasaban de largo, ignorandolo y subiendo a otras personas. Guardó su teléfono y estiró ambos brazos y los sacudió con violencia. Pero ninguno se detuvo.
-Yo puedo llevarte a tu destino si quieres-dijo alguien detrás de él.
Dylan pensó que probablemente no era a él a quien le hablaban y continuó moviendo los brazos.
De pronto, unas fuertes manos se posaron en sus hombros, sobresaltandolo. Se giró de inmediato y encaró a la persona que lo había tocado.
Los ojos celestes de Dylan mostraron molestia al ver al hombre rubio de ojos muy grises que lo miraba unos cuántos centímetros más arriba que él. Era muy atractivo.
-¿Qué le pasa?-le preguntó tajante.
-Te he visto pedir muchos taxis pero ninguno ha querido llevarte y me preguntaba si quizás necesitarías un aventón.
-Tal vez no vamos en la misma dirección, pero gracias por su invitación-Dylan forzó una sonrisa y le dio la espalda, agarrando con fuerza su equipaje.
Sin embargo, el sujeto volvió a tocarle los hombros y Dylan se enfadó.
-¿Quién le ha dado el derecho de tocarme?-le espetó, molesto y lo empujó.
El hombre rubio sonrió ligeramente, se encogió de hombros y metió las manos en sus bolsillos.
-Me llamo Kevin Maslow-se presentó el sujeto de cabello muy rubio y ojos grises. Parecía más amistoso que momentos atrás-y solo quería ser buena persona al llevarte en mi auto. Mi padrino se cansó de esperarme y se fue a casa.
Dylan se quedó un tanto perplejo. ¿Qué quería de él?
-¿Y por qué me lo dice?
-Porque te vi muy ansioso por irte. Solo es simple cortesía, chico. No busco nada más-se disculpó-hasta luego.
Se despidió con la mano y comenzó a caminar rumbo al estacionamiento trasero del aeropuerto.
Dylan rodó los ojos y trató inútilmente de parar un taxi. Era como si de pronto se hubiese hecho invisible.
Abrumado, respiró hondo y sujetó con más fuerza su equipaje.
-Dios, por favor, ayúdame. No quiero que ese tipo sea un violador de adolescentes-susurró para sí, corriendo detrás de aquel hombre rubio.
No necesitó correr muy rápido para darle alcance porque él iba andando con toda la calma del mundo, mirando a todas partes.
-¡Disculpe, señor Kevin!-gritó Dylan con la respiración agitada.
El sujeto se detuvo y volteó a verlo. Se había colocado unos lentes de sol que lo hacían lucir más atractivo, a pesar de que no era de día.
-Ah, eres tú, chico.
-¿Aun sigue en pie su aventón?-le preguntó, ruborizado. Le dio mucha vergüenza tener que necesitar de un extraño, pero parecía amigable.
-Por supuesto-Kevin "Maslow" esbozó una sonrisa y le hizo señas para que lo siguiera.
Caminaron por la acera, levantando miradas a su paso. Pero Dylan estaba seguro que las mujeres miraban a ese sujeto, no a él y se sintió intrigado.
Caminó detrás de él con pasos lentos y distantes.
-¿Cuál es tu auto?-le preguntó al verle sacar unas llaves.
-Ahora mismo lo verás.
Presionó un botón de las llaves y las luces de un Audi negro o azul se encendieron. No pudo saber de que color era porque estaba oscuro pero quedó impresionado.
-De lujo. Es genial.
-¿A dónde te diriges?-le preguntó, abriendo la cajuela-dame tu equipaje.
Dylan se lo entregó y miró los detalles del auto: Muy elegante.
Le dio la dirección y Kevin asintió.
-Vaya, lo tengo de paso-le informó el sujeto con una sonrisa-sube.
Dylan se deslizó dentro del asiento del copiloto y Kevin tras el volante.
La comodidad de aquel auto era sumamente exquisita. Había de todo ahí: Televisión, GPS, porta vasos, y libros Best sellers para leer.
Agarró uno con confianza en lo que Kevin ponía marcha el auto y leyó el título "Beautiful Disaster de Jamie Mcguire"
Y frunció el ceño.
-¿Te gusta leer?
-Es mi pasatiempo favorito-le informó el rubio, cambiando de velocidades e internandose a las calles de Nueva York.
-Eres un tipo raro-dijo Dylan, colocando el libro en su lugar.
-Todos tenemos secretos que nos hacen ver raros ante los demás-se encogió de hombros y continuó conduciendo.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora