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Los paramédicos llegaron tan pronto como les fue posible. Se encargaron de subir rápidamente a Trenton y a Set a la ambulancia, mientras que entre Adam y Beatrice forcejeaban con uno de ellos, quién trataba de quitarle el puñal del hombro a Keren.
-¡Es mi trabajo! ¡Debo sacarselo para subirla a la ambulancia!-les gritó el encargado con furia.
Y Adam lo agarró del cuello con fuerza y lo acercó a su rostro enrojecido.
-Si mi hermana suelta un alarido de dolor una vez más, te parto la cara-le siseó.
Pero su hermana apenas y podía respirar. La sangre que había perdido y la que continuaba deslizándose debajo de ella la había puesto pálida como la nieve.
-Es su trabajo, Adam, calmate-le aconsejó Beatrice-ella necesita ayuda médica urgente.
-¡A un lado todos!-vociferó una voz gruesa y amenazante. Tanto Adam, Beth y el paramédico se volvieron para ver al dueño de la voz.
Era otro paramédico de edad madura, que estaba acompañado de más paramédicos.
-Por favor, ayudenla-balbuceó Adam con incertidumbre.
-Solo apartate y deja que hagamos nuestro trabajo-le dijo el sujeto y él asintió.
Beatrice corrió a abrazarlo y se alejaron unos pasos para observar como le sacaban el cuchillo a Keren.
Adam apretó la mandíbula al oír el grito débil de su hermana cuando entre cuatro paramédicos la sujetaron y le quitaron "cuidadosamente" el cuchillo del hombro.
-¡Traigan oxígeno y la camilla, ya!-ordenó el señor maduro y dos de ellos salieron corriendo a la ambulancia-a ver, presiona aquí para evitar que la sangre siga fluyendo, ajá, así. Bien. ¡Apurense!

Minutos después, Keren ya estaba dentro de la ambulancia con Set y Trenton a sus costados. Ella estaba adormilada con oxígeno y un paramédico haciendo presión en su herida, mientras que Adam y Beatrice se hallaban sentados con la vista puesta en ellos.
-¿En qué momento pasó todo esto?-se preguntó Adam entre dientes. Había mucho frío y él no tenía nada puesto en los brazos y torso, pero no le importó.
Beatrice se encargó de darle un suéter de su hermano pero se negó a ponérselo, así que ella decidió guardalo en su mochila para después.
-Lo siento-murmuró Beatrice contra su hombro y él se inclinó a ella para besarle la frente.
-No es tu culpa. Cuando despierte mi hermana y el hijo de puta de tu hermano sabremos que ocurrió. No es posible que incluso hasta tu padre salió herido de esto. Pareciera que a Set no le importase la muerte de su mamá-carraspeó Adam y le tomó la mano a Beatrice.
-Mi hermano carece de sentimientos. No tiene amor propio y dudo mucho que le tenga amor a los demás.
-El hecho de que sea un jodido loco asocial, no quiere decir que tiene el derecho de lastimar a mi hermana-gruñó.
-Lo siento-repitió Beth y sollozó.

La ambulancia se puso en marcha y Adam se dio a la tarea de abrazarla todo el camino. Los paramédicos que iban atendiendo a los tres, les echaban un vistazo de vez en cuando y susurraban cosas entre ellos en alemán, pero a Adam no le importó. Le daba igual si cuchicheaban de él, lo que más lo tenía frustrado era el estado de su hermana.
Cuando llegaron al hospital, bajaron de inmediato y ayudó a los paramédicos a bajar a su hermana y al padre de Beatrice. Y deseó con toda el alma agarrar la camilla portátil de Set y lanzarla justo en medio de la calle.
-Vamos a meterlos a observación. La chica a cirugía urgente-les informó un médico que se acercó lo más rápido que pudo en cuanto llegaron-les informaremos.
Pero había hablado en alemán y la única que entendió fue Beth.
-¿Qué dijo?-preguntó Adam con precipitación.
El médico lo ignoró y les hizo seña a los paramédicos y enfermeras a que lo siguieran al área de urgencias.
-Nos mantendrán informados sobre la salud de ellos-lo tranquilizó Beatrice y lo condujo a las sillas de la sala de espera.

Adam se sentó en un asiento y negó con la cabeza.
-Esto no puede estar pasando. Vinimos a darle el último adiós a tu mamá y ahora estamos en un hospital con mi hermana grave...
Beatrice se quedó en silencio, escuchandolo.
-Mi padre se puso furioso cuando le dije lo que había pasado. Él matará a ese imbécil cuando venga, de eso estoy seguro y yo le ayudaré-golpeó una de sus piernas con su puño y se dio cuenta que Beatrice se mantenía callada y con la cabeza agachada-¿Beth?
Pero ella negó con la cabeza y se cruzó de brazos.
-¿He dicho algo malo, amor?-preguntó, un tanto desesperado-perdóname. Es que tengo los nervios a flor de piel y no sé que hacer.
-Lo mejor será que vuelva a casa a limpiar el desastre-agregó ella, inspirando con fuerza y exhalando con cansancio-relacionarnos nosotros dos es una mala idea. Olvida lo que te dije de ser novios, estamos bien como amigos.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora