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[PERSPECTIVA NARRADA POR SET WHITE]


La mirada compulsiva que ella me envió me erizó los vellos del cuerpo. ¿Qué demonios le acababa de contar su estúpido hermano sobre mí? La mera idea de que le confesara nuestro pequeño enfrentamiento me abrumó, por lo que decidí ir a la cocina por un vaso con agua en lo que ella terminaba de hablar con él.


Nada podría estropear nuestro desayuno juntos. Sé que es estúpido pensar en que tenía muchos derechos sobre esa chica norteamericana pero era ahora o nunca de aprovechar la oportunidad. Mis padres quizás estaban perdidos en alguna parte y era obvio que ya estaban cerca de regresar. Y si quería moldear a esa chica guapa a mi manera, tenía que comenzar desde ya. Incluso desde apenas dos días de conocerla.


Mentalmente había estado preparándome para no perder el control frente ella, puesto que mi manera de ser de seguro la asustaría y tendría miedo de mí, cosa que no iba a suceder. Terminé de beber toda el agua del vaso y me pasé una mano por el pelo. Jugué con la pieza de mi ceja en lo que ella concluía su súper llamada a larga distancia.


Al cabo de unos minutos comencé a enfadarme. ¿Qué tanto hablaba con él?


Me aseguré de no verme tan descarado y me asomé levemente a la sala con la intención de hacerle saber que ya era hora de irnos. Pero tal sorpresa me llevé: Mis padres habían llegado y estaban de pie en el umbral de la puerta con el rostro sudoroso y sucio al igual que su ropa. Me miraban con furia y desasosiego. Una sonrisa lobuna asomó a mis labios pero intenté mantenerme sereno porque Keren se hallaba junto a mí con los ojos entornados.


-¿Quiénes son ellos, Set?-me preguntó con temor. Se miraba tierna estando asustada y depositando toda su confianza en mí.


-Sí, Set. ¿Quiénes somos?-carraspeó mi padre con la mandíbula tensa. Tenía los puños apretados y en sus ojos palpé la cólera contenida.


-Dijiste que confiabas en mí, ¿no?-me volví hacia ella para atrapar su mirada. Asintió mecánicamente y yo sonreí-entonces no creas ni una sola palabra que digan ellos. Te dirán tantas barbaridades de mí justo en este momento.


-¿Eres la chica de intercambio?-espetó mi madre, malhumorada y se sentó en el sofá con aire cansado. Mi padre permaneció de pie en la puerta sin despegarme los ojos de encima.


-Sí, soy yo... -dijo Keren, sin entender-¿Quién es usted?


Cerré los ojos, esperando el momento.


-Somos los padres de Set-contestó mi madre, sulfurada y me miró con desdén-cuéntale que hiciste para quedarte con la casa sola, Set. Cuentéale.


Enseguida vi que Keren miraba boquiabierta a mi madre y retrocedía detrás de mí.


-¿Son tus padres?-yo asentí- pero, ¿por qué están así? ¿Dónde estaban? ¿Por qué ella dice que hiciste algo para tener la casa solo?


Y como yo no respondí a ninguna de sus preguntas, me agarró del brazo y me hizo mirarla a los ojos.


-Respóndeme-me ordenó con mucha autoridad. Sus ojos oscuros ardían en llamas.


-Ellos van a decírtelo pero quiero que sepas que son calumnias-objeté, liberando mi brazo de su agarre-debo irme. Nos vemos en la noche.


Impactada o más bien, conmocionada, la dejé de pie a mitad de la sala y eché a correr a la calle sin ningún rumbo en particular. Fue demasiado perfecto para ser verdad. Mientras corría lejos de casa, me percaté que mi coche no estaba detrás del coche de mis padres, pensé en regresar pero eso sería muy riesgoso, por lo que continué corriendo. Keren Peitz se iba a enterar de mi verdadero yo y estaba seguro que me odiaría aun sin conocerme.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora