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No llegaron a los 100 votos pero de todos modos les subí capítulo :)


-Tienes ventaja en estos momentos, idiota, porque no puedo moverme pero cuando me recupere, voy a partirte el maldito cuello y será el mejor momento de mi vida-le espetó Set a Adam cuando este entró a verlo a su habitación -Claro que sí campeón, y no es para cortar tus alas de ilusión pero en el instante que mi padre ponga un pie en este asqueroso lugar, vas a desear no haber nacido y también no haberle puesto un dedo encima a mi hermana, rata asquerosa-masculló Adam con asco.
Set se hallaba boca abajo en la camilla con la espalda vendada y con el rostro medio vendado. Y se echó a reír.
-Y solo porque hay policías escoltando la puerta, no te corto los testículos y te los doy de comer a la fuerza-farfulló Adam con una sonrisa demente-morirías al probarlos, lo cual sería una mejor muerte.

El rubio dejó de reírse y gruñó.
-¡Lárgate de mi habitación!-le ordenó.
-Me iré de aquí solo cuando te va morir.
-Puedes esperar sentado-le espetó el rubio y Adam perdió la cabeza.
Se le fue encina a Set y le quitó de un manotazo las vendas de la espalda, provocando que el rubio se desesperara y comenzara a gritar alterado. Pero Adam se apresuró a clavarle las uñas en sus heridas para que el rubio tuviera más razones para gritar.
-¡Maldito hijo de...!-gritó Set en alemán.
-Métete tus palabritas alemanas por el trasero, estúpido de mierda-y le aplicó la mejor tortura de todas. Consiguió coger en el camino hacia la habitación una botella pequeña de cloro en el cuarto de limpieza y la sacó de su pantalón, con la intención de echarselo encima-y a continuación, sentirás el fabuloso dolor del infierno.
Y dicho eso, abrió la botella y se la vacío encima.
Set se levantó vociferando y de una patada mandó lejos a Adam. Se contorsionó de dolor y apretó los puños. Varias lágrimas escurrieron de sus mejillas al tiempo que se precipitaba hacia la puerta, pero esta se abrió de repente y entraron los policías con sus armas en alto.
Adam yacía sentado contra la pared con los ojos muy abiertos y mirando a Set con furia.
El rubio cayó al suelo, derramando sangre de su espalda y alaridos espantosos.
-¡Un doctor!-gritó un policía y salió corriendo, dejando a los demás a cargo.
Entre varios sacaron a la fuerza a Adam y se encargaron de estabilizar a Set en lo que llegaban los doctores.
Afuera, Adam se encontró con Beatrice quién deliberadamente le envió una mirada llena de desprecio.
-¿Qué le hiciste a mi hermano?-le espetó, molesta.
Pero él no le contestó y pasó de largo, ignorandola.
Sin embargo, ella lo siguió.
-Deja de seguirme.
-No. Contéstame. ¿Qué le hiciste a Set?-insistió.
-Nada que sea de tu incumbencia.

Entonces Beatrice lo agarró del brazo y lo hizo detenerse a mitad del pasillo.
Él la miró con el entrecejo fruncido.
-Quiero que le dejes de hacer daño. Si esto sigue así, será un cuento de nunca acabar. Él irá a prisión por el asesinato de esa enfermera, ¿Qué más quieres? Solo me queda ahora mi papá, quién apenas y ha vuelto en sí después de la paliza que le dio Set y ni si quiera tengo tiempo de llevar la urna de mamá a la casa y hacerle su funeral-dijo, angustiada-ya no quiero más problemas. Vete Adam, tú y Keren. Váyanse y déjenos en paz.
-Si por mí fuera jamás hubiese dejado venir a mi hermana a este país y lo sabes. Desde el principio me negué a ese intercambio-replicó él, con frialdad.
-Nadie sabía lo que ocurriría en ese entonces; Adam.

Ella continuaba agarrandolo del brazo y él se apartó con una mueca.
-No me toques.
-Lo siento-se disculpó Beatrice, sintiéndose herida pero disimuló.
Y cuando Adam estaba por replicar, un gorjeo y un gruñido proveniente del estómago de Beatrice le hizo cerrar la boca. Ella tenía hambre y él también. No habían comido nada en todo el día.
-Vamos-le dijo con amabilidad forzada. Ella frunció el ceño.
-¿A dónde?
-A comer. No hemos comido nada en todo el día.
-No tengo ganas de comer contigo-se negó.
-Bien, como quieras. Pero si luego de un tiempo resulta que te dio cáncer de estómago por no comer gracias a tu orgullo, no vayas a llamarme, ¿de acuerdo?-puso los ojos en blanco y se dirigió al elevador.
-¿Por qué eres tan mezquino?-lo interrogó Beatrice, caminando detrás de él con pasos torpes.
-No soy mezquino. Yo soy así y si no te gusta, puedes sentarte y esperar a que me importe.
-Vaya, esas palabras son tan clichés...
-¿Y? ¿Tienes algún problema con eso?-la miró con egocentrismo.
Adam había vuelto a ser el mismo hijo de puta con ella como cuando recién se conocieron. Beatrice sintió que había retrocedido mil años luz de avance con él y se sintió realmente mal.
-Te estás comportando como el mismo imbécil de antes-le informó, enfadada.
-Bueno, supongo que es un progreso. Cuando yo me largue de aquí con mi hermana, ambos regresaremos a nuestras vidas de siempre, ¿okey? Así que no creo que importe tanto si yo vuelvo a ser tan imbécil, de todos modos tú no estarás conmigo para verme.
-¿Estás actuando así por qué estás dolido? ¿Es eso?-repuso Beth, indignada. Tenía los puños cerrados y sus ojos verdes ardían de cólera.
-Uhm, dolido no. Pero si arrepentido.
-¿De qué?
-De haberme fijado en ti. Fuiste una pérdida de tiempo en mi vida, aunque le agradezco al cielo que solo fueron dos meses-dijo. Sus palabras sonaron más hirientes de lo que pensó que sonarian.
Sus ojos mieles irradiaban frialdad y sus palabras parecían ser de hielo.
-Yo no te obligué a que me quisieras-se defendió ella, aguantando las lágrimas.
-Te me metiste por los ojos, Beatrice, incluso hasta aquí-le agarró una mano a la fuerza y la situó en su pecho, sobre su corazón-y estoy luchando para sacarte y lo lograré.
Ella le quitó la mano del pecho y se cruzó de brazos.
-Adam, ¿Por qué eres tan extraño? Hace un momento me hablabas con tanto odio y ahora te suavizaste...¿qué pretendes?
-Odiarte.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora