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Carla Mondragón aceptó sin objeción alguna continuar viendo a la familia McCall Ferrer para hacerle compañía a su compañero Black. A pesar de que trató de no formar ninguna amistad con esas personas, no lo logró. Es decir, ¿quién no caería ante los encantos de Caroline y Allen McCall y de Dylan Williams?
Incluso hasta se llegó a olvidar la razón por la cual fue asignada a esa investigación.
Se negó a contestar las llamadas de Steve Blake en los días que pasó con aquella familia. Y no solo fueron días, sino semanas.
Se hizo amiga de Dylan Williams, él era un chico muy amigable y respetuoso con ella. Sin decir que era muy guapo. Le caía bastante bien.
A veces salían al cine o simplemente se quedaban mirando películas en la casa. A Kevin lo notaba más vivo, más vivaz y más alegre.
Una noche, cuando cenaban pizza tranquilamente en la sala mientras miraban la televisión, Caroline recibió una llamada y la atendió en la cocina; y cuando volvió, había una gran sonrisa en su rostro.
-¡Mañana vuelven!-exclamó emocionada-¡Mañana vuelven todos!
-¿También mis padres?-preguntó Dylan, excitado. Sus pupilas estaban dilatadas de sorpresa y Carla frunció el ceño.
Ella desconocía el hecho de que parte de aquella familia se hubiese ido de viaje.
Percibió la tensión iracunda de Black e intensificó su ceño.
¿Qué estaba pasando?
-También ellos-corrobó Caroline-e iremos a recogerlos al aeropuerto. Keren y Adam estarán de regreso.

Carla sintió unas ganas repentinas de preguntar quiénes eran pero se contuvo. Además, ¿quién era ella para estar de metiche en una familia ajena?
-Me encantaría tanto saludarlos pero nosotros no podremos venir a verlos-dijo Black de repente, sorprendiendola-mi sobrina tiene cita con el doctor y me es imposible venir.
Carla asintió, para darle la razón a Kevin sin saber por qué él había dicho eso.
-Oh, pero pueden venir más tarde. Egon y los demás estarán encantados de ver que estás aquí y además querrán conocer a tu sobrina-canturreó Caroline muy emocionada. Incluso sus mejillas estaban ligeramente ruborizadas.
-Carla-le dijo Dylan en un susurro. Ella volteó a verlo de soslayo y él sonrió-acompañame a la calle.
-¿Por qué?-preguntó con curiosidad.
-¿Quieres quedarte a escuchar esta plática de adultos o salir un rato a respirar aire?
-La opción dos, por favor.
Dylan ensanchó su sonrisa y le guiñó un ojo.
-Voy a salir un ratito con Carla a la calle. Estaremos en el porche-avisó.

Sin embargo, no le hicieron el menor caso. Por lo que se escabulleron a la puerta y se sentaron en los escalones de afuera.
El aire fresco de la noche les despeinó el cabello y se sonrieron mutuamente.
-¿De dónde eres, Carla?-le preguntó Dylan como quién no quiere la cosa. Sus ojos celestes estaban fijos en sus zapatos.
-México.
-¿Y qué haces en Norteamérica?
-No tiene mucha importancia. Mi tío se está haciendo cargo de mí-contestó con nerviosismo. Le agradeció que era de noche para que él no notara la mentira en su rostro.
-¿Sabes? Para ser de habla hispana, dominas muy bien el inglés.
-Años de práctica.
-¿Qué edad tienes?
-Veintidós.
-Me llevas casi cuatro años pero no veo tanta diferencia-bromeó.
Carla sonrió pero su sonrisa no llegó a sus ojos. Comenzó a sentirse mal por alguna razón.
-¿Estudias aun? Hemos interactuando varias semanas y no había podido preguntarte eso, que tonto.
-No. Hace unos meses terminé mi carrera-mintió, acomodandose un mechon de cabello detrás de la oreja.
-Eso es estupendo. ¿Qué estudiaste?
Ella notó mucho interés en la voz de aquel chico y se obligó a mentirle más.
-Estudié Ciencias de la comunicación-contestó lo primero que se le vino a la mente. Aunque siempre deseó estudiar eso, antes de que toda su vida se reduciera a mierda.
-¿Quieres ser periodista o locutoa en alguna radio? Esas personas ganas muy bien y se divierten en su trabajo.
-La verdad no sé.
-¿Cómo que no sabes?
-Sí. Recién salí de la Universidad y no tengo aspiraciones para trabajar de algo relacionado a mi carrera.
Entonces él le pasó un brazo por encima de sus hombros y la atrajo hacia su pecho. Fue un momento íntimo para Carla y optó por no moverse y quedarse rígida; sintiendo los latidos de su corazón.
-Si de aquí a un año continúas con esos pensamientos de no saber que hacer con tu vida, ve a Londres y búscame. Yo resido allá y podré ayudarte en lo que necesitas-le dijo en un susurro.
Ella dio un respingo.
-Pensé que vi vías aquí.
-Estoy aquí de vacaciones.
-Entonces muchas gracias por tu oferta. La tendré muy en cuenta.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora