-Toma, papá.
Egon volvió el rostro para verlo, ya que se hallaba inspeccionando a su alrededor. Se estaba grabando las calles y casa para acordarse como llegar después.
Agarró el dinero con cautela y se lo guardó en su bolsillo del pantalón blanco y ridículo que portaba.
-Gracias-dijo y se pasó una mano por el pelo.
-Toma, te doy mi chaqueta para que la uses y no andes de todo blanco-objetó Adam, quitandosela-y obviamente puedes llevarte mi motocicleta.
Egon hizo una mueca de suficiencia.
-Te pareces demasiado a tu mamá, Adam.
-¿Y eso es bueno o malo?
-Muy bueno pero a la vez malo.
Adam lo vio ponerse su chaqueta y se sorprendió verlo tan jovial, e incluso ni si quiera aparentaba tener 45 años como hacía unos días, sino 30. Bien pudieran hacerse pasar por hermanos y la gente no hallaria ninguna diferencia.
-¿Malo, por qué?-juntó las cejas.
-Porque eres noble y cualquiera puede aprovecharse de eso.
-Soy buena persona con los que se lo merecen, no te preocupes-replicó Adam, sintiéndose intimidado.
-Bueno, te veo mañana en la noche.
-No te olvides de venir antes de que Keren se vaya a Alemania.Egon asintió y sonrió. Se ajustó la chaqueta al cuerpo y se acomodó en la motocicleta antes de partir en medio de la noche a alguna parte.
Adam lo vio de desaparecer entre las calles, se sintió bastante animado y entró a su casa con una radiante sonrisa.
Era extraño que la casa estuviera en total silencio, así que aprovechó a subir rápidamente con sigilo a su habitación. Se detuvo antes de llegar y miró hacia la habitación de su hermana donde la chica de intercambio yacía ahí, quizás asustada o ya dormida.
Sonrió lobunamente y se deslizó a la puerta con cautela.
Pero se quedó quieto cuando escuchó ruido en el interior. Giró sobre sus talones y echó a correr a su habitación. Se ocultó detrás de una estatuilla de bronce de un sujeto que amaba su tía y contuvo el aliento.
Observó en la oscuridad la silueta que salió de la puerta de su hermana y le agradó ver que no era Keren, sino la chica de intercambio.
Se miraba asustada y muy despierta.
Adam arqueó una ceja mientras le miraba morbosamente el cuerpo: buena altura, buen trasero y buen busto. Rio entre dientes.
-Lo siento hermanita. Te hice una promesa de no molestar a la chica de intercambio pero no podré cumplirte-dijo para sí.
La chica se dirigió al sanitario, mirando a todas partes y él esperó justamente afuera para sorprenderla. Se quedó exactamente pegado a la pared, para que cuando ella saliera, la atrapara por detrás.
Bostezó con cansancio y cerró la boca al verla salir de vuelta.
La chica ni si quiera dio dos pasos fuera del sanitario, cuando Adam saltó en la oscuridad y la atrapó. Le tapó la boca y le inmovilizó los brazos con una sola mano.
Sintió las contorsiones de la chica y rio en su oreja.
-Hey, soy Adam. Te soltaré si prometes no gritar-y la condujo a su propia habitación con malicia. Solo quería divertirse un poco y ella entornó los ojos con pánico.
Asintió sin pensarlo pero él no la soltó hasta que estuvieron dentro de su pieza.
La soltó lentamente pero no pensó que ella se daría la vuelta y le daría una hermosa patada en la entrepierna con todas sus fuerzas.
Adam miró estrellas y a pesar del dolor, le obstruyó el paso, jalandola del brazo con fuerza.
-¡No tocarme!-gritó la chica con horror, tratando de apartarse.
-¡Esta me las pagas!-gruñó Adam y estaba tan oscuro que no se miraba nada. Solo la silueta entrecortada por la luz del foco de afuera de la calle.
-Tengo un hermano como tú y sé defenderme-chilló la chica, haciéndose un ovillo.
Adam se quejó, agarrándose la entrepierna y la soltó.
-Si le cuentas esto a mis tíos o a mi hermana, de verdad te mataré-le advirtió-mañana harás como que no me conoces, ¿okey?
Y entonces encendió la luz para mirarla y tratar de intimidarla pero se quedó un poco pasmado al verle su femenino rostro ruborizado.La fiereza en sus ojos verdes y su rebelde cabello casi rojizo lo dejó perturbado. Dios. Era muy guapa. No era gorda y tampoco friki. Era un delicioso oasis en un gran desierto.
-¿Si desobedezco, qué harás?-lo retó, con los ojos en llamas.
-Ya te dije, matarte-repitió él, haciendo una mueca de dolor. Quería seguir sobando aquella zona pero no frente a esa panterita de ojos verdes que lo miraba fijamente.
-No creerte-dijo la chica con orgullo-no puedes matar a mí.
-Oye, ¿por qué no hablas bien el inglés? Pareces retrasada.
-¿Tu hablas Alemán?-volvió a retarlo y él negó con la cabeza-el inglés es difícil. Así que cierra boca.
Adam alzó ambas cejas, examinandola.
-Ahora vendrá una niñata a darme órdenes en mi propia casa, que hermoso-añadió con voz cantarina, teñida de veneno-si dices algo; panterita, te parto el cuello. Tú decides.
-Haré lo que digas pero ya no quiero que me molestes. No nos han presentado y ya estás acosando.
-Así recibo a las visitas. No lo tomes a personas-graznó-ahora largo o diré que la acosadora eres tú y que entraste a mi habitación a hurtadillas porque querías verme y violarme.
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Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)
Mystery / ThrillerHa pasado 20 años desde la última vez que Egon Peitz, el peor asesino serial del mundo vio a sus hijos, un par de gemelos preciosos que procreó con su amor de toda la vida; Shelby Cash, quién fue asesinada frente a sus ojos. Ha pasado tanto tiempo...