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Esa noche, Egon aceptó dormir en la habitación con su hijo. Ambos en la misma cama pero divididos por pensamientos e inquietudes.
Sabía que enredarse con Caroline McCall era un error y más porque Gabriel ahora era su amigo y ella también. Pero no podía dejar de sentir ese sentimiento de venganza. Quería hacer sufrir a Gabriel aunque sea un poco.
Sus acciones siempre tenían consecuencias muy dolorosas y meditó toda la noche.
A eso de las cuatro de la mañana, abandonó todo intento de dormir y se deslizó fuera de la cama. Abrió la puerta de la habitación y bajó las escaleras con sigilo. Quería contemplar la fotografía de Shelby, la que se había llevado del cementerio y así poder sentirse cuerdo y evitar una desgracia.
Se quedó de pie en medio de la sala y fue directo al librero donde la había escondido y no la encontró. Giró sobre su propio eje y se quedó atónito en su sitio al ver a Caroline frente a él con una camisola bastante delgada que no dejaba nada a la imaginación. Egon desvió la mirada a otra parte y se aclaró la garganta.
-¿Qué haces despierta?
-Yo debería preguntartelo, Egon-se cruzó de brazos.
Entonces Egon la miró.
-Estoy buscando algo que dejé justo aquí cuando vine-apuntó con el dedo el librero donde había un hueco vacío.
-La foto de Shelby la he llevado a mi habitación-le informó-no te pertenece.
-Devuelvemela-Egon apretó la mandíbula-es lo único que me queda de ella.
-Claro que no. Llevas puesto su collar de revólver en el cuello.
-Solo dame la foto-extendió su mano con dureza y ella negó con la cabeza.
-Vuelve a dormir, Egon.
-Lo haré si me regresas la foto de Shelby-siseó.
-Era mi hermana, no lo olvides-le recordó a la defensiva.
-Era el amor de mi vida, entiendelo-espetó, perdiendo la paciencia. Dio un paso a ella pero lejos de asustarla, Caroline alzó la barbilla con firmeza.
-Tendrás que quitarmela-dijo, y se dio la vuelta echándose a correr por las escaleras.
Egon maldijo entre dientes y corrió atrás de ella, cuidando de no hacer ruido y despertar a todo el mundo.
Caroline logró entrar a su habitación pero Egon consiguió empujar la puerta y entrar con rudeza al interior.
-Por favor, dame la fotografía-le pidió con la poca paciencia que tenía.
Y de pronto, Caroline se deslizó hacia la puerta y la cerró con su espalda, mirándolo con picardía.
-¿Estás seduciendome?-inquirió Egon con una ceja elevada.
-Tomalo como quieras-susurró ella, caminando a él con elegancia. Egon retrocedió unos pasos y se quedó aturdido. Él había pensando en seducirla pero no creyó que ella misma se le iba a ofrecer tan descaradamente.
Caroline le pasó una mano en la mejilla a Egon y él cerró los ojos. Tenía mucho tiempo que no había estado con otra mujer. Solo Shelby y ella ya no estaba desde hacía veinte años.
Abrió los ojos cuando sintió como la hermanastra de su amada le comenzó a subir la playera hasta despojarlo por completo de la prenda.
-¿Qué haces?-le preguntó, conteniendose.
-Si quieres la foto de Shelby, tendrás que pasar la noche conmigo.
-¿Qué hay de Gabriel?
-Él no volverá hasta dentro de una semana.
-¿Estás consciente que si acepto acostarme contigo, no dejaré de molestarte, aun cuando Gabriel vuelva?-gruñó.
-Me tiene sin cuidado, la verdad-aseguró y comenzó a besarle las comisuras de sus labios-cuando mataste a Evan, debiste quedarte conmigo para sanar mis heridas, no con Shelby. Y así, ella no hubiera muerto.

Egon la sujetó de las muñecas con fuerza y la empujó a la cama, haciendo que ella dejara escapar un gemido.
-¿Tienes pastillas anticonceptivas?-le preguntó, al tiempo que se deslizaba sobre ella.
-Tengo bastantes, ahora haz lo que sabes hacer.
-¿Acaso Gabriel no te satisface bien?-se burló.
-No es eso. Solo quiero saber que tan bueno eres en la cama-se mordió el labio y sin previo aviso, atacó la boca de Egon, haciendo que a él le hirviera la sangre a causa del deseo.
-Si Gabriel se entera, le diré que fue tu culpa-graznó.
-No se enterará.
Egon había comenzado a besarla por su propia cuenta e incluso le había quitado la camisola para verla en su gloriosa desnudez pero en ese preciso instante, sonó el teléfono de la casa y él se echó para atrás. Caroline se colocó de nuevo la camisola y ambos se miraron con nerviosismo.
-Me largó a dormir-anunció Egon, poniéndose la playera y largandose rápidamente de la tentación.
Casi corrió a la habitación de su hijo y cerró la puerta con seguro.
Le punzaba la cabeza y su cuello y manos transpiraban.
¡A LA MIERDA LA VENGANZA!
No iba a meterse con Caroline. No. No. No. No.
Se metió bajo las sábanas, siendo cuidadoso de no despertar a su hijo y no supo en qué momento se quedó dormido.
Despertó poco después cuando Adam le habló.
Abrió los ojos que le ardieron al contacto con la luz de la bombilla y parpadeó.
-Ya me voy a la escuela con Beatrice-le oyó decir.
-¿Tienes que ir a la escuela?-preguntó, ceñudo y adormilado. No le apetecía levantarse; pero lo hizo.
-Sí. Ya vamos retrasados, solo te avisaba para que al rato bajes a desayunar con tía Caroline y Allen-le sonrió muy contento-volveré en unas horas. No te vayas a ir, papá.
-Desde luego que no-se incorporó en la cama y bostezó-suerte en la escuela y cuida bien a esa niña.
-¿A Beatrice?-inquirió, guardando sus cosas.
-Sí. Ella.
-Sabe cuidarse sola pero si insistes-se encogió de hombros y se dio la vuelta para darle un abrazo-adiós.

Adam se alejó de él y se marchó, dejando la puerta abierta.
Egon se apresuró a cerrarla y se frotó la cara con desesperación.
Enseguida recordó el momento de horas atrás y sintió náuseas.
Bien. Aclaró varios puntos a favor y en contra:
》A favor《
1-Caroline era muy guapa, eso que ni qué.
2-Quería probar su cuerpo.
3-Iba a resultar fabulosa la venganza. 》En contra《
1-Acostarse con la hermanastra de su amada era como mancillar su memoria.
2-Gabriel lo intentaría matar.
3-Adam lo odiaría.

Y cayó en cuenta que tenía que largarse de ahí antes de caer en tentación y dejarse llevar por su instinto.
Abrió la puerta con incertidumbre, entró al baño, asegurándose de ponerle seguro, hizo sus necesidades, se lavó la cara y se miró al espejo.
Sus ojos negros estaban rojos e inflamados.
Bajó a la sala donde oyó la despedida de su hijo y lo vio irse en el coche con la chica de intercambio.
-¡Tío Egon!-gritó Allen desde la mesa, donde se hallaba bien duchado y listo para irse al jardín de niños.
-Hola, campeón-lo saludó y se sentó junto a él.
Temía volver a ver a Caroline a la cara. No quería verla. Quería marcharse. Ocultarse.
En eso, ella apareció con una sartén en la mano y un vaso de jugo de naranja en la otra.
Cruzaron miradas y Egon optó por apretar la mandíbula y hacerse el indiferente.
-¿Vas a desayunar?-le preguntó Caroline con desdén.
-Me conformo con un poco de café, gracias-contestó mecánicamente.
A lo que ella asintió y desapareció por la cocina.
Allen desayunó absolutamente todo el cereal con ayuda de Egon. Al chiquillo le gustaba que le dieran de comer en la boca y a Egon le causó gracia verlo reírse solo por haberse manchado la barbilla de leche.
Sintió un vacío enorme en el pecho. Él hubiese hecho lo mismo con Adam cuando era pequeño pero no tuvo oportunidad y prefirió besar al pequeño Allen en la cabeza mientras bebía su jugo.
Se sentía sensible.
Todas sus emociones estaban a flor de piel.












《Subí un breve capítulo porque sé que muchas lectoras están frustradas al no saber qué pasará. Hay algunas lectoras que son nuevas y que dicen que ya no quieren leer Darker Beauty porque ya no es genial por el capítulo anterior, y están en su derecho de no leerla más :)
Solo quiero decirles que todo lo que pongo es por algo. Y bueno, más al rato subo otro. Besos! No se olviden de votar.
Y les invito a leer The Last Sigh mi más reciente historia ^-^》

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora