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El aeropuerto consistía en un sinfín de personas yendo y viniendo con mucha prisa. En sus rostros solo se podía apreciar desesperación o irritación. No había ninguna sonrisa, ni una muestra de felicidad; simplemente desesperación por llegar a su destino. Y Keren formaba parte de esas personas; por lo que su hermano gemelo pudo observar.
Su hermana de por si era una chica reservada, soñadora y muy callada, pero había notado que en los últimos meses su forma de ser se había incrementado. Ya no eran pocas las veces en las que se quedaba pensativa con la mirada perdida, ahora era como una costumbre y se preguntó cuál era su problema.
Sospechaba que probablemente se tratase de Set, ya que ella estaba locamente enamorada de él, sin embargo, desde la última vez que se vieron fue hacía tres meses y contando.
Prefirió no confrontarla hasta que estuvieran alojados en los asientos del avión.
Ayudó a su padre y tíos a enviar las maletas al aérea de equipaje. Y le sonrió a Beatrice, quien se despedía con fervor de su padre.
Hubo una serie de abrazos y palabras "dulces" entre los cinco hombres adultos, prometiendo volverse a encontrar y salir de parranda. A lo que Adam soltó una risilla al igual que Beth.
Sin embargo, Keren miraba al vacío en dirección opuesta a la puerta de abordaje. Sus ojos oscuros estaban totalmente abiertos como platos y tenía entre sus labios el dedo pulgar.
-¿Qué te parece si te toca viajar con mi padre, cariño?-susurró Adam a Beth cuando comenzaron a caminar rumbo a la aeromoza que estaba recibiendo los boletos-necesito hablar a solas con mi hermana. Quiero sentarme con ella en todo el viaje.
-Oh, claro. Seguro que sí-accedió, con una leve sonrisa e intercambiaron los boletos.

Y dicho eso, Adam, Egon, Gabriel, Austin, Thomas, Beth y Keren, entregaron sus boletos a la encargada y le dijeron adiós a Trenton.
Una vez que abordaron, Adam se adelantó a hablarle a su padre al oído.
-Beatrice se sentará contigo en todo el vuelo-le informó-necesito hablar con mi hermana.
-De acuerdo, hijo-dijo Egon, frunciendo el ceño y estirando el cuello en busca de Beth-Beatrice, ven conmigo.
Adam besó fugazmente a la chica antes de dejarla ir con su padre.
Y entonces se dirigió al asiento desocupado donde se hallaba su hermana y se sentó con naturalidad; pero ella no lo notó. Continuaba con la mirada perdida y llena de desesperanza.

Ocurrió lo típico en un vuelo. Las recomendaciones y seguidas de más palabras del piloto y mucho bullicio por parte de los pasajeros. Niños gritando y riendo. Bebés llorando.
Y un sinfín de voces distorsionadas.
No obstante; cuando el avión despegó, se hizo el silencio y abrochandose el cinturón, aprovechó a mirar a su hermana en modo casual.
Ella ni si quiera se había puesto el suyo y se molestó.
-Ponte el cinturón-le ordenó, con cólera.
-¿Qué haces sentado aquí? Papá debería estar conmigo, no tú-inquirió ella cuando se dio cuenta de su presencia y se abrochó de mala gana el cinturón.
-Cambiamos los lugares-contestó.
-¿Por qué? ¿te peleaste con Beth?-alzó las cejas.
-No.
-¿Entonces?
-Quiero hablar contigo a solas, hermanita.

Keren desvió la mirada a otra parte y tragó saliva.
-¿Sobre qué?-preguntó, con indiferencia fingida.
-Te he notado rara últimamente y quiero saber que pasa.
-Siempre he sido así.
-Lo sé, pero estás actuando más rara de lo normal y no me gusta. Algo tienes y tengo derecho a saberlo.
-No es nada, Adam. En serio.
-¿Es por Set?-interrogó con los dientes apretados.
Ella dio un respingo al escuchar su nombre a través de los labios de su hermano.
¿A quién quería engañar? Adam era su gemelo. Su otra mitad y era lógico que se diera cuenta de su cambio repentino. Pero no podía confesarle todo, solo parte del problema.
-Sí. Es por él.
-Ese idiota está en prisión por intentar matarte-hizo énfasis en la última palabra solo para recordarselo.
-Lo extraño mucho.
-¿Extrañas sus malos tratos?
-No. Extraño todo de él, excepto su mal carácter.
-Su carácter viene incluido en el mismo paquete. Así como en los teléfonos vienen incluidas las tarjetas Micro SD.
-¿A qué rumbo quieres llevar esta conversación?
-Solo quiero saber el motivo de tu desasosiego. No es normal que parezcas zombie mirando a la nada a cada minuto del día.
-Pensar no es un crimen. Me gusta pensar.
-Te gusta pensar en él, ¿no?
-Pues sí. ¿En quién más?
-Escucha, Keren-repuso-sabes que te amo más que a mi vida, pero quiero que entiendas que ese sujeto no es tu verdadero amor. Él no te ama.
-Si me ama-contraatactó, a la defensiva.
-Si te amara, no te hubiera puesto las manos encima.
-Perdió el control-lo defendió.
-No volvamos a lo mismo-añadió, frotándose los ojos con desgana-yo solo quiero que estés bien. Quiero que vuelva mi hermana. Necesito a mi gemela.
-Ya tienes a tu alma gemela. Es Beatrice. Yo solo soy tu hermana, nada más. Ella es tu complemento-siseó con veneno, dejando desarmado a Adam. Keren jamás le había dicho algo como eso en toda su vida. Sus palabras estaban cargadas de veneno absoluto y su mirada destilaba odio y frustración.
-Ya no sé quién eres realmente-negó él con la cabeza-me aterra saber que cambiaste demasiado por culpa de ese imbécil.
-¿Yo? ¿cambiado?-rio con sorna-yo no he cambiado, simplemente me enamoré de un chico.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora