Peculiarmente Keren se encargó de cuidar al señor Rex por todo el día, ya que Set salió rumbo a la morgue a recuperar el cuerpo de su madre, el cual había sido recogido por la policía y tenía que "reconocerlo" para poder hacer los preparativos del funeral. Para él fue muy difícil hacerlo, puesto que era la primera vez que lo hacía. Le causó escalofríos al momento de llegar. Charló con los peritos que fueron los que se dieron a la tarea de examinar el lugar de los hechos y con los médicos forenses que realizaron su necropsia.
-A la señora Lourdes Calvin de Rex le dispararon con un arma calibre 50 a la altura de la sien izquierda-le comunicó el médico a Set y este asintió con un nudo en la garganta-¿eres su hijo, no es así?
-Sí. El mayor-corroboró.
-Bien; muchacho-el médico dejó de hacer anotaciones en su bitácora y le indicó que lo siguiera con la mano-esto es difícil para ti, pero es necesario que identifiques el cadáver por ti mismo, ya que como has dicho, tu padre no se encuentra en condiciones de hacer esto.El rubio asintió y siguió al médico por un pasillo fúnebre. Incluso la temperatura comenzó a descender a medida que se acercaban a la sala de autopsias.
Incluso el aire que habitaba allí era extraño y tenía un olor desagradable.
El médico abrió una puerta metálica y le instó a pasar antes que él.
Y al momento que Set puso un pie dentro del lugar tuvo la sensación de estar en un cementerio tenebroso.
Toda la estancia era de textura metálica, las paredes, sillas, y los muros donde habían cajones donde en el interior yacían los cadáveres a los que nadie había llegado aun a reclamarlos como suyos. También habían camillas de metal con cuerpos cubiertos con una sábana grisasea y por debajo de estas se notaban unas etiquetas en cada cuerpo.
-Por aquí-le oyó escuchar al médico, abriendo otra puerta al final de aquel lugar.
Set giró sobre sus talones y lo siguió, sin poder dejar de ver aquellos cuerpos en las camillas.
Entró a un cubículo más solitario y deprimente, donde las luces eran tenues. Ahí había una camilla con un cuerpo y nada más.
Era su madre.
El médico, frunciendo sus labios en una fina línea recta, se colocó los guantes de látex y se apresuró a levantar poco a poco la sábana que cubría aquel cadáver.
Set vio como los pies, las piernas, el torso y los brazos de su madre salían a la luz lentamente. Al fin el médico le quitó por completo la sábana y Set casi gritó de la impresión. La cara y el resto de su piel de ella tenía un tono gris verdoso. La bata que la cubría le hacía ver más demacrada de lo que ya estaba y su frente... su herida.
Justamente en su sien izquierda había un agujero oscuro con sangre seca en el interior y más arriba no tenía cabello y en su lugar había una incisión, señal de haberle extraído la bala. Rodeó la camilla y examinó un poco más de cerca el cuerpo. A la altura de su cuello alcanzó a ver otra insicion que se perdía hacia su pecho.
-¿Es ella?-le preguntó el médico.
Set asintió y quedó un rato en completo silencio. Sus ojos aqua viajaban del rostro de su madre hasta sus pies.
-¿Cuándo fue la necropsia?-quiso saber, momentos después, sin dejar de verla.
Ella parecía estar dormida en vez de muerta.
-Ayer a las 10 de la mañana-le informó y se sorprendió que el chico no mostrase ningún tipo de dolor o tristeza, ya que se trataba de su propia madre.
-De acuerdo. ¿Y qué puedo hacer para llevarla a casa y hacerle un funeral?El médico parpadeó y se relamió los labios con desdén. El chico rubio era demasiado directo. Otros chicos y chicas se hubieran echado a llorar como solían hacerlo pero Set no. Se mostró sereno todo el tiempo.
-Tenemos que hacer un papeleo antes de que puedas llevarte a tu mamá-le contestó-además su caso está en investigación. Los peritos no consiguen encontrar nada sospechoso.
-Tengo entendido que aparte de mi madre, encontraron otro cuerpo más y una cabeza-dijo Set con seriedad-¿ya saben quiénes son?
-Es confidencial, hijo-el semblante del médico se tornó sombrío.
-Quisiera poder ver el cuerpo que encontraron junto al de mi madre-pidió amablemente.
-No está permitido-se negó.
-Solo quiero echarle un vistazo, a lo mejor lo conozco-insistió, como quién no quiere la cosa.
-Está en contra de mis principios romper las reglas de aquí pero es posible que lo conozcas-se encogió de hombros y volvió a cubrir el cuerpo de su madre-acompañame.
Salieron del recinto y atravesaron de nuevo el sitio metálico con cadáveres y llegaron al otro extremo donde había otra puerta. Hasta arriba decía "Prohibido el paso, solo personal autorizado".
-Esta área es un poco más delicada y nadie tiene permitido entrar, ya que los cuerpos que residen dentro no les han practicado la necropsia, así que te ordeno discreción-le explicó antes de deslizarse al interior.
Set quedó fascinado con lo que vio a continuación: Habían cuerpos desmembrados, algunos sin sus extremidades o sin cabeza. O incluso solo cabezas. El médico le dio un cubre bocas para seguir avanzando y Set quedó asombrado por la magnitud de restos de personas que habían ahí.
-¿Por qué tienen así los cuerpos? Deberían incinerarlos-comentó, impresionado.
-Lo haríamos, créeme. Pero estos que ves aquí, aun les falta ser reclamados por sus familiares-sentenció el médico-son de accidentes automovilísticos fatales, en los que las personas quedan destrozadas completamente y el equipo especial se encarga de estudiar cada parte y ver si le pertenece a la persona que los familiares describen o ver si el ADN coincide. Es complicado pero no difícil-se limpió el sudor de la frente y apresuró el paso-hemos llegado, pasa.El cubículo en el que entraron era extenso. Habían muchísimos cuerpos y la temperatura era helada.
-Todavía faltan que entren en necropsia-dijo el médico-bueno, este es el cuerpo que encontramos junto al de tu mamá.
Set se acercó a una de las camillas y vio a Miles boca arriba y con los ojos abiertos y vidriosos. Miraba sin ver el techo. Y Set sintió lástima por su amigo y su abuela que había quedado sola.
Respiró hondo y le palmeó el hombro, el cual estaba frío y duro.
-Es mi amigo Miles-murmuró, con voz inaudible.
-¿Qué dices?-inquirió el médico.
-Es mi amigo Miles-repitió Set en voz alta-es mi amigo.Al médico se le estrujó el corazón y a la vez sintió una inmesa admiración por el chico rubio que tenía frente a él. Se le notaba triste pero en ningún momento se quebró frente a él. Era fuerte, sin lugar a dudas.
-¿Sabes si tiene familia? Para que le demos el aviso.
-Sí. Solo tiene a su abuela, pero ella no puede valerse por sí misma-respondió con decepción-hablaré con mi padre para ver si podemos hacernos cargo también de él.
-Tenemos que decirle a su familia del muchacho.
-Su abuela no puede caminar, joder, ¿no entiende? Miles era todo lo que ella tenía pero ya no está. ¿Acaso quiere que esa anciana muera también?-lo volteó a ver al médico con recelo. Sus ojos aqua ardían.
-No hay opción-replicó el médico con angustia-ahora vámonos. No debes estar por más tiempo aquí.Cuando Set salió de la morgue, salió a la calle y se metió al coche de su padre para volver a casa. Optó por irse en las calles más largas para tardar en llegar. Pero por un momento, una idea cruzó por su mente: buscar al maldito traidor de Aaron. Hacerle pagar por la muerte de Miles y la de su madre, ya que si los hubiera acompañado, tal vez la posibilidad de salir ilesos hubiese sido alta.
Dio vuelta en U con brusquedad y se dirigió a la casa de Aaron para matarlo si era necesario.
El barrio por donde él vivía era un lugar deprimente. Se detuvo frente a su casa insignificante y suspiró. Sacó su teléfono y buscó en su agenda el número de Wade, el chico que tenía más contacto con Black pero casi nunca se dejaba ver.
No era posible que Wade no estuviera al tanto de lo que había pasado. Ya que de estar al tanto, le habría llamado a él y a los demás del grupo.
Oprimió el botón de llamar y esperó.
-¿Set?-la voz de Wade emergió a través de la línea.
-¿Estás al tanto de lo que pasó hace dos días?-masculló.
-No. No estoy en Berlín, ¿Qué pasó?
-Black hizo acto de presencia y mató a Hitachi, Miles y a mi madre, maldita sea-siseó encolerizado.
Pero Wade ni si quiera replicó. No dijo nada. Se quedó en silencio y Set deseó poder matarlo.
-¡Lo sabías, imbécil!-le gritó con furia-¡Lo sabías!
-¿Y qué querías que hiciera? ¿Qué me quedara a morir también? No Set, esto no funciona así.
-¿Por qué no me dijiste que huirias? ¿Dónde están los demás?
-No te avisé nada porque Black y quería a ti y los demás huyeron por su cuenta al enterarse de que vendría el jefe.
-Black mató a mi madre y a Miles, y si no haces acto de presencia, iré a buscaete y te mataré.
La risa idiota de Wade le irritó y apretó la mandíbula.
-Ojalá te rías cuando te parta la cara y te haga comer tus propias bolas-le espetó y colgó.Golpeó el volante con fuerza y se negó a calmarse. Miró iracundo la casa de Aaron y bajó hecho una fiera. Cruzó la calle y aporreó la puerta.
Nadie abrió.
Volvió a insistir hasta que por fin alguien se atrevió abrirle.
Set postró sus ojos en aquella persona y le alegró ver que se trataba de Aaron.
Esbozó una sonrisa y consiguió empujarlo antes de que el cobarde le cerrara la puerta en la cara. De una patada abrió y lo agarró de la espalda y lo lanzó al suelo con fuerza.
-¡No me toques!-gritó Aaron con hostilidad y se arrastró por el suelo para alejarse de él.
-¡Mataron a Miles y también a mi madre! ¡Y fuiste un cobarde al no acompañarnos!-vociferó Set, con los ojos en llamas y corrió a interceptarlo antes de que Aaron llegara a las escaleras. Lo agarró del cabello y tiró de él hacia atrás.
-¡Sueltame!-jadeó Aaron. Se horrorizó al ver que Set planeaba matarlo a golpes y comenzó a llorar como todo un cobarde-por favor...
-¡Eres un maldito cobarde!Entonces Set cerró su mano en un puño y le descargó un puñetazo a Aaron a la altura de la nariz con casi todas sus fuerzas.
La cabeza de su ex colega se precipitó hacia atrás pero Set lo sujetó de nuevo por el cuello y lo tiró al suelo. Y comenzó a golpearlo con sus puños, destrozandole muy rápido la cara.
Al cabo de diez minutos de tanto golpearle, se percató que Aaron ya no respiraba y que su cara era una masa de carne llena de sangre.
-¡Te odio! Y esto le haré a los que consigan lastimarme, ¡lo juro!-gritó con rudeza hasta que sus pulmones no pudieron más y se encargó de ir a la cocina por un cuchillo. Y con una sonrisa demente en sus labios, comenzó a desmembrarlo agresivamente hasta dejarlo irreconocible.Y en esos momentos, Set entendió a su padre: Matar era más placentero que el mismísimo sexo.
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Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)
Mystery / ThrillerHa pasado 20 años desde la última vez que Egon Peitz, el peor asesino serial del mundo vio a sus hijos, un par de gemelos preciosos que procreó con su amor de toda la vida; Shelby Cash, quién fue asesinada frente a sus ojos. Ha pasado tanto tiempo...