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El abrazó duró varios minutos. Caroline se negaba a despegarse de Kevin. Lo había echado tanto de menos y verlo en ese momento, de la nada y sin previo aviso, le encantó.
Él ya no era un chiquillo indefenso, era todo un hombre, elegante, guapo y perfecto. Jamás pensó volverlo a ver y se sintió bendecida por ello.
Incluso su perfume, tan varonil, la hizo sentir bien y sus brazos también. No se había sentido tan protegida desde la muerte de Evan. Gabriel jamás llegó a igualarlo y abrazar a Kevin fue como si Evan hubiese vuelto de la muerte a cobijarla.
Dio un respingo cuando Kevin le acarició la mejilla en medio del abrazo.
-Te has casado con McCall, ¿no es así?-le preguntó.
Ella asintió.
-Me hubiera gustado venir antes para postularme canditado y perseguir tu amor, ya que de pequeño no era apto para ti-dijo él, suspirando y ella se apartó un poco para mirarlo a la cara.
-Todavía soy mucho mayor que tú-agregó Caroline, ruborizada-ya casi cumplo 43 años y tú eres muy joven.
-Si Gabriel no estaría de por medio, créeme que estaría dispuesto a perseguir tu amor pero me conformo con abrazarte y decirte que no me separaré de ti a partir de ahora-le prometió.
-¿Por qué te cambiaste el apellido?
-Es mi apellido materno, Maslow.
-Te queda perfecto.

Al cabo de un rato, Kevin y Caroline llevaron las bandejas al sofá, riéndose y actuando con mucha familiaridad y confianza para el gusto de Dylan, quién los miró con sorpresa.
-Dylan-le dijo ella con una gran sonrisa-Kevin es un viejo amigo de la familia. Es muy hermoso que se encontraran por casualidad.
-¿Se conocen?-la emoción por parte de Dylan fue palpable. Allen; quién dormía ya en sus piernas; hizo pucheros y lo dejó acostado en el sofá para poder darle un abrazo a Kevin.
-Sí. Nos conocimos cuando él apenas era un niño de 15 años-repuso su tía con melancolía-ahora es todo un hombre.
-Es tan extraño todo esto-admitió Dylan, desprendiendose de Kevin-pude no haberte hecho caso en tu invitación y ustedes jamás se hubieran reencontrado.
-Tuviste suerte de que Kevin te encontrara y no un delincuente-bromeó Caroline y Black sonrió con nerviosismo.

La noche fue estupenda gracias al café y a los panecillos. Dylan estuvo gran parte del tiempo con ellos, preguntando acerca del pasado de Kevin y tanto él y Caroline le contaron los buenos momentos y los divertidos. Rieron hasta que se les saltaron las lágrimas.
Hasta que Dylan tuvo que disculparse porque estaba demasiado cansado y Caroline le indicó donde iba a dormir.
Kevin, en lo que la esperaba, se dedicó a observar con detenimiento las fotografías. En todas estaba Gabriel McCall y los hijos de Egon: Keren y Adam.
Vaya que habían crecido. El que se parecía más a Shelby era Adam, tanto en los ojos como en la sonrisa y Keren a Egon en todos los aspectos.
De pronto, una fotografía en particular llamó su atención: Era un retrato más grande que colgaba de la pared; en él estaba Shelby Cash; sonriendo con mucha vida.
Hermosa, como siempre lo había sido y se sintió cohibido.
-Si tan solo no hubieras muerto, yo no sentiría ningún resentimiento por ti, porque me hubiera quedado contigo, Egon y los gemelos, juntos, como una familia-susurró para él mismo y suspiró.

Los pasos apresurados de Caroline lo hizo titubear y se acomodó en el sofá cerca del pequeño Allen. El pequeño dormía tan tranquilo cerca de sus piernas que le entraron ganas de acariciarlo y lo hizo. Le acarició la cabeza con ternura y retiró la mano cuando se dio cuenta que lo que estaba haciendo era todo lo contrario a lo que tenía en mente.
Caroline bajó las escaleras y sonriendo, se sentó a su lado, cargando a su hijo.
-¿Se llama Allen?-le preguntó Kevin; mirando al niño. Ella asintió-como el segundo nombre de Egon.
-Gabriel lo decidió. Ya sabes, se hicieron tan amigos que quiso ponerle su nombre a nuestro hijo-se encogió de hombros-y para mi estuvo bien. Le queda.
-Sí. Siempre y cuando el niño no tenga el genio del tío-vaciló.
-Allen es muy tranquilo-reconoció, ensanchando su sonrisa y besandole la mejilla-es el niño más tranquilo y dócil del mundo.
-Me alegra muchísimo que tengas una familia muy hermosa-le dijo a Caroline y ella le agarró la mano.
-Gracias-agradeció y bajó la cabeza por un momento-¿Sabes? Todo este tiempo nunca dejé de pensar en ti. Siempre había estado angustiada por saber si estabas bien o si te trataban como merecias. Ese fue mi calvario por muchos años-dijo, con tristeza-a menudo le decía a Gabriel que me acompañara a buscarte y traerte con nosotros pero él decía que probablemente estabas muy bien con tus abuelos.
-Mis abuelos murieron poco después de llevarme a vivir con ellos a Madrid-confesó él.
-¿Y quién se hizo cargo de ti?-lo miró, horrorizada.
-Apareció un... tío-titubeó y miró a su regazo-un padrino que no conocía. Se enteró de la muerte de mis padres y me rastreó. Desde entonces él se ha hecho cargo de mí hasta ahora.
-¡Que felicidad!-lo abrazó una vez más y luego le soltó la mano para acunar a su hijo en sus brazos-eres muy bueno, Kevin. Te mereces ser amado con locura y si alguien dice lo contrario, le daré una paliza.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora