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El cine, en sí, era catalogado como el mejor lugar para tener una cita con la persona de tus sueños pero no lo era para cuando te tocaba ir acompañada con un chico agresivo, sarcástico, guapo, tierno, simpático y muy varonil, que no tenía ninguna intención romántica ni amorosa contigo.
Keren no dejaba de sentirse intimidada por Set, y no por su atractivo, sino por su carácter.
Hicieron fila para comprar boletos y entrar a ver una película norteamericana para pasar el tiempo y en numerosas ocasiones estuvo con el miedo de que él se peleara con alguna persona inocente del lugar; pero milagrosamente no fue así.
Set Rex formaba parte de una pandilla de chicos delincuentes, de esos que solamente peleaban entre sí y nada más, o eso creía. A pesar de que él le había confesado que dejó morir a su mejor amigo, confiaba en él. Estaba loca pero confiaba en él.
Y le quedó claro que confiar en él era bueno, y no solo para transmitirle confianza sino porque muy en el fondo, ella deseaba hacerlo.
Estaba segura que él no era del todo malo, era bueno.
No pensaba cambiarlo de la noche a la mañana como pasaba en las historias y en las películas, ni tampoco con el tiempo, ya que la decisión la tenía él en cambiar o continuar siendo un hijo de puta.
Tras ver la película, o bueno, de intentar ver la película porque ella se la pasó mirándolo en la oscuridad cada una de sus facciones, salieron del cine en medio de la multitud y sintió la mano de alguien cernirse sobre la suya. Supo que no era de Set porque él se estaba rascando la cabeza y bostezando en ese momento. Tenía ambas manos ocupadas, así que se volvió entre la gente y apartó la mano por reflejo.
-¡Keren!
La voz suave y cantarina de Meredith surgió entre el bullicio.
-Eh, hola-la saludó cortésmente y su amiga la agarró de nuevo de la mano y la arrastró lejos de las personas. Pero Keren miró preocupada a Set, quién no se percató de su ausencia y continuó andando entre las personas.
-Mira, te presento a Marybelle, mi hermana-dijo y se movió un poco para que la otra chica apareciera en su campo visual.
A Keren le pareció ver un ángel del mal sonreír. Era bellísima y muy coqueta. Tenía una mirada penetrante y a la vez suave. Sus ojos verdes brillaron de curiosidad al verla.
-Hola, tú debes ser Keren, la nueva novia de Set-le oyó decir a Marybelle con una sonrisa lobuna.
Por un segundo Keren creyó haber oído mal pero no. La chica pensaba que ella era la nueva novia de Set.
Así que Keren rompió a reír y se apresuró a negarlo.
-No, no, yo...
-Hola, Marybelle, tanto tiempo sin verte, diría que es un gusto encontrarte aquí pero ambos sabemos que no lo es-espetó Set detrás de Keren y deslizó su mano con la suya, sobresaltandola.
Inquisitivamte, los ojos de la ex novia de él viajaron a sus manos que estaban entrelazadas con fuerza y ensanchó su sonrisa.
Meredith se mordió los labios, siendo consciente que haberla saludado había sido una mala idea, puesto que Set se hallaba consigo.
-Hola, Set, buenas noches-repuso Marybelle con suavidad.
-Keren, como que huele horrible aquí, ¿no lo sientes? Será mejor marcharnos-siseó Set con asco. Sus ojos estaban envueltos en llamas y Keren creyó verle cambiar de color, muy parecido al carbón ardiendo.
Meredith trató de aligerar el ambiente disculpandose pero su hermana le envió una mirada severa que la hizo titubear y agachar la mirada.
-Tal vez aquí la persona que apesta a mierda eres tú, Set-contraatacó con veneno disfrazado de una sonrisa amable. Los ojos de ella también ardían.
Keren sintió que Set la soltaba y respiraba a través de la nariz con brusquedad. Como un toro a punto de atacar. Le puso una mano en la mandíbula e hizo que él cortara el contacto visual que mantenía con Marybelle y la mirara a ella fijamente.

-Si le contestas, este será un círculo vicioso-dijo con dureza. Los ojos oscuros de Keren se tiñeron de cólera y Set entornó los suyos al verla-así que deja esto y vámonos ya-ordenó.
Y como si la voz de ella fuese algún tipo de analgésico o calmante, se relajó y endureció la mandíbula. Le regaló una gélida mirada al par de hermanas y gruñó.
-Adiós-masculló Keren con las cejas juntas y tiró del brazo de Set para que este caminara en dirección contraria a ellas.
Al salir de ahí, la cara de ambos estaba enrojecida. Incluso tenían la cabeza caliente y no dejaban de maldecir.
-Los malditos cines deberían ser clausurados-bramó Set, golpeando la pared con el puño.
-Sí, o bloquearles la entrada a las perras-siseó Keren.
Aquel comentario hizo reír a Set y parte de su desasosiego se esfumó.
-No sabía que tuvieras ese tipo de vocabulario.
-No lo tengo, es solo que esa chica hizo que sacara lo peor de mí-resopló.
-Tienes un carácter... extraordinario, Keren, lo digo muy en serio-reconoció él.
Y ella se ruborizó.
-Eso se lo debo a mi padre-murmuró.
-¿En serio?- él alzó las cejas y la animó a seguirlo entre el estacionamiento.
-Sí. Él es... bueno, fue muy agresivo y temperamental en su juventud y tanto Adam y yo sacamos su carácter.
-Interesante-asintió y continuaron andando hasta llegar al coche-mi padre fue un criminal.
-¿Sí?-se sorprendió un poco. Ella, al igual que Set, habían tenido padres criminales. Demasiada coincidencia.
-Sí. Era muy bueno en su labor-se deslizó al interior del coche y ella lo imitó-pero el destino se encargó de que alguien más lo asesinara y pues nos dejó solos, a mi madre y a mí.
-¿Te confieso algo?-se revolvió en el asiento y él la miró a los ojos.
-Claro, confiesa tus pecados-bromeó y ella sonrió.
-Mi padre también fue un criminal-murmuró en voz demasiado baja-ahora ya no se dedica a eso, pero lo fue. Uno de los mejores del mundo.
-¿En serio? ¡Debes de estar bromeando!-exclamó Set, excitado. Ella negó con la cabeza-¡Es fantástico! ¿Cómo se llama?
-Egon Peitz.
-Hasta tiene un hombre digno de respetar-chasqueó la lengua y puso a andar el coche con una gran sonrisa.
-Todos tenemos un nombre digno de respetar-dijo Keren.
-No todos. Algunos incluso deberían no ser mencionados solo por el simple hecho de dar asco.
-¿El nombre o la persona que lo porta?
-La persona que lo porta. Es como si yo me llamara Teodosio, un nombre estúpido pero bueno, yo no lo soy; así que sería digno de respetar a pesar de ser patético.
-¿Y mi nombre es digno de respetar?-quiso saber ella.
Entonces él volteó a verla con una sonrisa y asintió.
-Tú eres digna de ser respestada, tanto por tu nombre y tu persona.
-¿Por qué?
-¿Por qué, qué?
-¿Por qué soy digna de ser respetada? No he hecho nada heroico o sublime. Solo soy una chica de Norteamérica que obtuvo una beca en un país extranjero-suspiró.
-Bueno, aunque no lo creas, me hiciste desistir a romperle la cara a Marybelle en pleno cine y eso es algo heroico, no para mí, sino para ella. La salvaste de una puñetazo doloroso que tenía yo tantas ganas de darle a su perfecta nariz.
-A una chica jamás se le debe levantar la mano-le riñó ella en plan bromista.
-Marybelle no es una chica-dijo él, haciendo una mueca de asco.
-¿Qué es entonces?
-Una perra disfrazada de zorra.
Y no pudieron evitar reírse.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora