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-No lo estás-murmuró él, conmocionado.
-No-le tembló la voz.
-¿Estás feliz o triste por eso?

Ella no le respondió. Lo agarró del brazo y tiró de él hacia la puerta de salida.
-¡Oye! ¡Pagame lo que me debes!-exclamó la mujer con histeria al verlos salir del consultorio.
-En ningún momento firmé un papel donde decía que tengo que darte dinero extra-le espetó Kevin con arrogancia y la mujer apretó la mandíbula con odio.
-¡Larguense de aquí! ¡Fuera!

Salieron del consultorio con aire fúnebre. Ella se negó a soltarlo del brazo y comenzó a llorar silenciosamente en su hombro.
Él no sabía que hacer o decir; así que le acarició la espalda con ternura y le susurró palabras de aliento.
No obstante, el llanto de ella se incrementó a medida que pasaban los segundos.
-Llévame a casa, por favor-le suplicó en un hilo de voz-no quiero estar aquí.

La llevó por varias calles, sosteniendola para no dejarla flaquear.
Keren proyectaba tanto dolor y se desconcertó.
¿Por qué lloraba? ¿Estaba feliz o triste? ¿o ambas cosas?
Se detuvieron justamente enfrente del Camaro.
Él dudó en atreverse a quitarle la alarma para entrar y esperó a su lado.
-Vamos.
Ella tomó la iniciativa de quitarle la llave de la mano y desactivar la alarma. Su rostro estaba sudoroso y rojo. Tenía hipo y se negaba a dejar de llorar.
Y una vez estando los dos dentro, Kevin colocó el techo y suspiró.
-¿Por qué lloras?
-Porque no estoy embarazada.
-¿Querías estarlo?
-N...No.
-¿Entonces por qué...?
-Porque muy en el fondo si me hubiese gustado tener un hijo de Set.

Él asintió.
-Sin embargo, también estás aliviada porque sabes la gran responsabilidad que conlleva tener un bebé, ¿no?
-Exactamente. Tengo sentimientos encontrados en este momento-negó con la cabeza y se enjuagó las lágrimas.
-¿Qué te dijo la doctora realmente?
-Los síntomas que yo presentaba eran signos de estrés y estaba comenzando a crear un embarazo imaginario. E incluso me iba a crecer el estómago y al final de cuentas solo iba a ser agua.
-Embarazo Psicológico-dedujo Kevin, pensativo.

Ella asintió, incapaz de mirarlo. Sus ojos negros estaban llenos de lágrimas e inundados de sentimientos dolorosos.
Por un lado estaba aliviada de ya no estar atada a él, pero por otro, tener un hijo suyo le hubiese dado mucha felicidad y consuelo.
Él puso a andar el auto y Keren se hundió en el asiento con la vista perdida en las calles y edificios.
El cielo ya estaba totalmente oscuro y únicamente había estrellas. No había Luna.

La sensación que ella sentía era parcialmente descomunal. No estaba segura de poder hablar sin que se llenaran los ojos o se le quebrara la voz.
Además, también tenía que pedirle perdón a su padre por su comportamiento de la mañana.
Sin embargo, lo único que anhelaba era dormir y no despertar jamás, o al menos hasta que su estado de ánimo se nivelara.
Al momento de llegar a la casa de sus tíos, Keren descendió del auto con aire despistado.
Kevin bajó rápidamente y la interceptó antes de que subiera los escalones del porche.
Y antes de que ella pudiera objetar algo, la abrazó.
A pesar de que el abrazo fue fuerte y sincero, ninguno de los dos pudo disfrutarlo, puesto que la puerta se abrió y un Egon Peitz de brazos cruzados y mandíbula apretada los observaba en el umbral.
-No sabía que eran mejores amigos-gruñó y enseguida se separaron.
Y de pronto, Egon notó lágrimas en los ojos de su hija y su enojo se disipó, transformándose en preocupación.
-¡Qué le hiciste a mi hija!-le gritó, encolerizado y corrió a separarlos totalmente de un empujón-¿Te atreviste a tocarla?-dio un paso a él pero sintió la mano de Keren sobre su pecho, obligándole a retroceder.
-Él no me ha hecho nada-sorbió por la nariz-me sentía triste y me lo encontré por casualidad en la calle y como es buena persona, me trajo a casa.

La mirada oscura de Egon intimidó a Kevin y se alejó unos pasos de él.
-Yo jamás le haría daño a tu hija, Egon, y eso deberías tenerlo muy en cuenta-se defendió el rubio con los labios apretados.
-De acuerdo, ahora vete-le espetó Egon-tengo que hablar con ella y luego te buscaré para que hablemos tú y yo.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora