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Mis padres me dijeron que no era buena idea acompañarlos hasta Nueva York porque supuestamente el tío "Egon", del que alguna vez me hablaron maravillas, no era del todo buena persona cuando se enfadaba. Pero yo quería conocerlo.

Era el padre biológico de mis primos Keren y Adam, y por ende, yo tenía todo el derecho de estrecharle la mano.

-No vamos a ir de vacaciones, hijo—me regañó mi padre Austin con incertidumbre—cuando todo se calme, irás de vacaciones con ellos, mientras tanto no.

-Además, ya es un hecho eso de que irás de vacaciones a Nueva York, ¿lo olvidas?—reiteró mi otro papá, Thomas con dulzura. Él era el que me consentía.

-Pero deseo ir ahora, con ustedes—interpuse por cuarta vez—ya todo está arreglado con Ashley, ella se fue a Escocia por unos meses y tengo demasiado tiempo libre.

-He dicho que no, Dylan—graznó mi papá Austin, enviándome una mirada severa con sus ojos verdes. Odiaba que cuando se enfadaba, se le subía algún tipo de demencia a la cabeza.

-¿Por qué no?—repetí, azorado. Y me crucé de brazos.

-Ya sabes el por qué. No es buen momento.

-Ya han pasado muchos días desde que el tío Egon anda suelto y no ha llamado nadie de Nueva York para contarnos si pasó alguna desgracia—mascullé—es injusto. Quiero ir. Recuerden que cursé un año extra de matemáticas y tengo seis meses libres.

-No me vas a lograr convencer, jovencito—sentenció papá Austin y rodé los ojos—no es no. Hemos hecho todo lo posible para dejar en orden nuestros trabajos para ir con tus tíos, este es un asunto urgente y no quiero que estés inmiscuido.

Y entonces vi que papá Thomas me guiñaba el ojo y sonreí ligeramente.

Y cuando vinimos a ver, ya nos hallábamos los tres abordando en el avión rumbo a Norteamérica.

No tuve que hacer ningún tipo de esfuerzo para convencerlo, ya que papá Thomas se encargó de ello tras pensarlo un poco más mientras yo discutía con mi otro papá.

Hablaron a solas en su habitación durante casi una hora, aunque... ¡Vamos! Tú y yo sabemos que no fue solo una simple charla, ja, ja, ja. Pero valió la pena.

Elegimos la clase turista y nos situamos en nuestros respectivos asientos. Yo en medio de ambos como si fuese un chiquillo de diez años que le temía a las alturas. Pero a pesar de que yo tenía diecinueve años cumplidos, me sentía realmente bien ir en medio de ambos. Ellos eran mi vida misma. Mis dos padres.

De ante mano, desde que cumplí los nueve años, supe la verdad acerca de mi origen: Fui adoptados por un par de enamorados homosexuales. Siempre me preguntaba por qué los demás compañeros de mi salón de clases tenían una mamá y yo no, luego comprendí que no necesitaba tener una madre a mi lado porque ellos eran lo más maravillo de mi vida. Por papá Austin y Thomas conseguí una familia. Y me siento afortunado.

En la preparatoria sufrí bullying los primeros dos años porque era nerd, y no solo por eso, sino porque yo era el chico nerd con padres homosexuales, ¿patético, no?

Recordaba la primera vez que mis padres asistieron a una junta de padres de familia y un chico me llamó "Aparte de nerd, marica, al igual que sus padres". Recuerdo haber llorado amargamente esa tarde ante el insulto y deseaba no regresar nunca más a la preparatoria. En ese entonces yo tenía quince años y tenía cierto rencor por no tener una familia normal, como los demás.

Pero papá Thomas se encargó de hablar conmigo durante la cena. Me explicó que la sociedad no está conforme con nada. Que les molesta ver que hay personas felices y haciendo los que ellos quisieron hacer algún día y que por ases del destino no lo lograron y lo único que les queda era molestar a los demás.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora