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[NARRATIVA DE EGON]

Tuve que controlar el impulso de ponerme agresivo solo porque se trataba de mis viejos amigos, quienes no tenían ni la menor idea de lo que a mí hija le había sucedido. Así que aspiré con fuerza y exhalé lentamente para recuperar el aliento y la cordura.
-Pensé que jamás vendrían-se apresuró a decir Gabriel, acomodandose el cabello y sonriendo de oreja a oreja. Sin embargo, me mantuve sereno ante la respuesta de Austin y Thomas y del chico que los acompañaba.
-Hemos venido lo antes posible. Teníamos que arreglar todo para poder viajar-contestó Austin con desasosiego y volteó a verme.
-Sé que han venido hasta aquí por mí, pero les informo que en estos momentos yo no soy el problema-grazné.
-¿Qué ha pasado?-interrogó Thomas, parpadeando.
Me sorprendía que los años no pasaron en ellos. Apenas y habían envejecido. Solo tenían una que otra cana y ya. Aun mantenían aquel brillo juguetón y jovial en los ojos. Algo que yo jamás tuve, y que en alguna ocasión deseé tener.
-Sigannos, los pondremos al tanto en la cafetería. Aquí no es un buen lugar-dijo Gabriel.
Y yo rodé los ojos. Cogí el equipaje y comencé a arrastrarlo detrás de ellos.
Gabriel iba en medio de la pareja, caminando apresuradamente y yo me quedé atrás con el chico de ojos celestes mirándome con intriga y curiosidad.
-Usted debe ser mi tío Egon-le oí decir. En otra situación, lo hubiese dejado con la palabra en la boca y hubiera continuado con mi camino, pero ese muchacho era el hijo de mis amigos y no podía permitirme ser tan chocante.
-Desde luego-dije, sin saber si aquella era la respuesta que él quería escuchar.
-Yo soy Dylan Williams, el hijo de Austin y Thomas-se presentó y voltee a verlo. Me sonreía de oreja a oreja y tenía extendida su mano hacia a mí.
Se la estreché con educación y continué andando con la maleta.
-Mis papás me han hablado mucho de ti y he estado muy deseoso de conocerte-dijo, emocionado y arrugué la nariz.
Miré sus pasos que extrañamente se habían acoplado a los míos y suspiré.
Algo me decía que Dylan se había convertido en algún tipo de discípulo y la idea me causó gracia, por lo que esbocé una sonrisa ligera.
-¿Qué te han contado de mí?-le pregunté y mi pregunta lo tomó por sorpresa porque lo vi titubear.
-Pues que en su juventud eras un criminal experimentado y que no creía en el amor hasta que mi tía Shelby se cruzó en tu camino y cambiaste por completo. Y bueno, cuando ella falleció fuiste juzgado y por tus delitos fuiste a un centro psiquiátrico-respondió, sin respirar. Se detuvo un momento para recuperar el aliento y continuó:-Y hace unas semanas escapaste de ahí y ahora estás aquí.

Alcé las cejas automáticamente.
-Vaya, te han informado de lo más importante de mi vida-observé y tiré con más fuerza de la maleta de ruedas para apresurar el paso, ya que nos habíamos quedado hasta muy atrás y los demás ya nos llevaban como seis metros de distancia.
-Mis padres no querían dejarme venir-me informó, como si yo le hubiera preguntado.
-Ah-dije, sulfurado.
-Porque pensaron que ibas a estar asesinando personas, como si hubieses retomado tu antiguo empleo, pero no es así-dijo con voz cantarina. Y junté las cejas.
Ese chico hablaba demasiado para mí gusto y presentía que continuaría así hasta que fuera el momento de regresar a casa.
Apresuramos el paso y les dimos alcance a los demás, quienes ya estaban sentados en una gran mesa redonda de la cafetería del aeropuerto.
Me senté junto a Gabriel y el chico se sentó rápidamente a mi lado antes de que alguno de sus padres ocupara el asiento, puesto que ambos se habían levantado para comprar.
Gabriel me echó un vistazo y alzó las cejas en dirección a Dylan.
Me acomodé en la silla y junté las manos sobre la mesa en posición de oración.
Cinco minutos más tarde, Thomas y Austin regresaron y repartieron café helado a los presentes.
-Supongo que ahora podemos hablar tranquilamente-dijo Austin.
Acerqué mi café y comencé a darle vueltas con la cuchara con aire contrariado.
-Ni tan tranquilamente-dijo Gabriel con seriedad.
-Podrías comenzar desde cero-le instó Thomas, dándole un sorbo a su café.
-Ya les había comentado que Keren se fue de intercambio a Alemania, ¿no?-comenzó Gabriel y la pareja asintió-bueno, pues hace dos días falleció la madre de la chica que vino de intecambio cuenta de Keren-volteó a verme con cautela-y Adam la acompañó a Alemania para ir al funeral.
-¿A quién acompañó?-quiso saber Austin.
-A Beatrice. La chica de intercambio.
-¿Son novios?
-Eso parece-gruñí.
-Y la cuestión es-siguió diciendo Gabriel-que cuando Adam llegó a la casa de la familia de acogida con la chica, halló a Keren siendo violentada por el hijo de aquella familia.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora