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En todo el resto del día, Keren se la pasó encerrada en su habitación, maldiciendo y detestando a Set con todas sus fuerzas.
¿Qué culpa tenía ella de los errores de su padre?
No podía concebir que su padre y el padre de Set fueran familiares. Eran familia, ¡familia!
Y ella se había involucrado con su primo.
De solo pensarlo sintió que iba a desmayarse.
Quizá aquello del parentesco de sangre no le hubiese importado, porque a decir verdad, cuando se pobló la tierra; hubo mucho incesto y no fue importante. Pero lo que si la tenía estresada era la manera en la que Set la había mirado, hablado y amenazado. Él siempre era así, pero con ella no. La trataba muy lindo, incluso en el momento íntimo. Pero ahora parecía odiarla de verdad. Aborrecerla y desaparecerla para siempre.
Se acostó en la cama y abrazó un peluche que le pertenecía a Beatrice y suspiró, obligándose a no llorar.
Minutos después, decidió mandarle un mensaje a su hermano:
"Te extraño. Háblame."

Y dejó su teléfono junto a la almohada para estar al pendiente de la contestación. Pero jamás llegó. Esperó por más de una hora y su teléfono no sonó ni vibró. Era como si Adam la hubiese ignorado y se sintió más sola que nunca.
Reenvió el mensaje varias veces y continuó esperando el mensaje de respuesta y no ocurrió.
Abrumada, optó por llamarlo pero no entraba la llamada. Estaba fuera de servicio o quizás lo tenía apagado.
Al cabo de quince minutos, su estómago rugió hambriento y se dio cuenta que estaba oscureciendo. No tenía ánimos de salir a buscar comida, lo que ella quería era volver a casa. Ya no deseaba estar ahí.
La puerta de la habitación se abrió de repente y se puso alerta, se levantó de la cama de un salto y se puso en posición de defensa por si en caso era Set, quién le había informado que la mataría o le haría pagar la patada en la entrepierna y el puñetazo.
-Supongo que ya no quieres estar aquí, ¿no es así?-era Trenton Rex. Su actitud estaba estable y aparentemente se hallaba en sus cinco sentidos-Keren, hija, lamento tanto que te enteraras de la verdad de esta manera. Yo perdí el control y provoqué que Set se enfadara contigo. Voy a tratar de hablar con él al respecto...
-No. No lo haga señor Rex-interrumpió ella-voy a llamar a mi familia y me iré lo antes posible de aquí.
Trenton asintió y avanzó dentro de la habitación con cautela.
-Quisiera hablar contigo sobre tu padre-se revolvió incómodo frente a ella. No sabía donde poner las manos y donde mirar. Estaba incómodo y ansioso.
Keren apretó los labios y cerró la puerta para hablar en privado. -¿Qué quiere saber de él?-interrogó, a la defensiva.
-¿Cuándo salió del centro de rehabilitación? Tenía entendido que jamás saldría-argumentó.

Keren no sabía que responderle. No estaba segura si confiar en él y decirle que su hermano lo había ayudado a salir ilegalmente de ahí.
-Puedes confiar en mí, pequeña. Egon y yo fuimos buenos amigos hace muchos años y lo aprecio.
-Eh, pues-titubeó-mi hermano hizo un... papeleo... -mintió-y logró sacarlo de ahí hace unas semanas. Él está libre ahora y vive con nosotros, en la casa de mi tío Gabriel y tía Caroline.
-Oh, Gabriel y Caroline se casaron-un brillo de alegría cruzó sus ojos-que felicidad.
-Sí. Y tuvieron a Allen, el bebé de mis ojos-sonrió, recordando el rostro de su primo cuando reía y lo echó de menos.
-Allen-repitió Trenton-lo llamaron como el segundo nombre de Egon-suspiró, complacido.
-En efecto.
-¿Y cómo están? ¿Viven bien?-se mostró muy interesado y feliz de saber de ellos.
-Últimamente habían estado teniendo conflictos Adam y tío Gabbe, ya que mi hermano estaba yéndose a malos pasos-le explicó-pero con la llegada de papá, creo que todo está cambiando o al menos eso deseo que suceda.
-Tu hermano mellizo-replicó él, mirando al vacío-yo los abracé una sola vez a ambos. Eran pequeñitos.
-Somos gemelos-le corrigió, sonriendo-pero no entiendo por qué jamás nos hablaron de ti. De haberte al menos conocido en fotos o conocer tu nombre, me habría acordado de ti y esta platica la hubiésemos tenido desde antes.
-Probablemente pensaron que no volveríamos a encontrarnos-contestó y suspiró.
-¿Es cierto eso de que mi padre y el padre de Set fueron familia?
-Sí. Es cierto-dijo con pesar-y tu madre y mi esposa fueron mejores amigas en el Instituto.
-¿En serio?-se sorprendió.
-Y yo también-esbozó una sonrisa-primero yo estaba enamorado de Shelby pero apareció Egon y me enamoré de Lola.
-No entiendo por qué hasta ahora me dice todo esto-dijo ella, molesta.
-Desconocía tu apellido-explicó.
-Peitz Cash-argumentó Keren.
-¿Te das cuenta que Set y tú son primos?
Aquella pregunta era la que ella había estado esperando y asintió con tranquilidad.
-Él me dijo que han estado íntimamente juntos, hija.
-Eh... -Keren rápidamente enrojeció de toda la cara y sintió mucha vergüenza.
-Tranquila. No te sulfures, es algo normal. Pero como he dicho, ambos son familia y no creo que sea buena idea que sigan frecuentandose de esa manera-le advirtió Trenton con seriedad-puesto que si Egon se entera, querrá matar a Set y conociendo a mi hijo, es probable que también responda de la misma manera salvaje que tu padre.
-Mi papá no es un mal hombre. Su pasado quedó atrás-lo defendió-Set debe entender que lo que pasó hace tiempo ya no tiene caso recordarlo. Mi padre asesinó al suyo por alguna razón. Ambos eran asesinos y para que algo así sucediera, tuvo que haber una causa-se cruzó de brazos.
-Norman White quería matarnos a todos. Él mató a mi padre solo porque nos ayudó a huir y no por eso odié a su hijo, incluso lo crié como mío-sonrió débilmente-Set es la copia exacta de Norman.
-Pues Set es un estúpido y mal gradecido. Yo estuviera muy agradecida con usted si hubiera hecho lo mismo conmigo-farfulló, muy enojada.
-Tal vez no reaccionarías de la misma manera si supieras que Trenton solo hace las cosas a su conveniencia-interrumpió Set en la puerta. Ninguno de los dos lo escuchó entrar y se sobresaltaron.
-Estoy hablando con el señor Rex, lárgate de aquí-le ordenó ella con la mirada oscurecida de rabia-¡Vete, maldita sea!
-¿Me estás dando órdenes?-se plantó frente a ella. Pero Keren se levantó de donde estaba y lo enfrentó con la barbilla en alto.
-Sí. Te ordeno que saques tu trasero de aquí-gruñó y señaló con su dedo la puerta-fuera.
Set estrechó los ojos y miró a Trenton para después mirarla a ella.
Avanzó un paso adelante, tratando de intimidarla pero Keren ni si quiera se movió de su lugar y Trenton se levantó enseguida muy alarmado.
La nariz de Set rozó con la de ella y después su frente con la suya.
-Eres muy valiente, Peitz. Pero esta es la última vez que tratas de humillarme-le dio un empujoncito con el dedo anular en el hombro. Ella retrocedió un poco sin perder el equilibrio.
Y dicho eso, el rubio giró sobre su eje y abandonó la habitación, cerrando la puerta con mucha fuerza.
Keren se acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja y se centró de nuevo en el señor Rex, quién la miraba con la boca abierta y los ojos entornados.
-¿Cómo has podido hacer eso?-le preguntó él.
-¿Qué cosa?-frunció el ceño y ladeó la cabeza.
-Hablarle de esa manera sin que te golpeara.
-¿Eh?
-Set tiene un carácter pésimo, como el de su padre y tanto Lola y yo nunca pudimos contra él. Y ahora tú, una chiquilla que vino desde lejos ha logrado domarlo un poco-alzó las cejas-oye, quizá se deba a tu ascendencia.
-¿A mis padres?-él asintió emocionado.
-Por supuesto. Tu mamá tenía el "poder" de calmar a Egon cuando se le metía la locura, le costó mucho hacerlo pero lo logró. Sin embargo, tu lograste hacerlo sin ningún esfuerzo.
-Lo que Set necesita con urgencia es que alguien le pare el alto. Yo no estoy acostumbrada a que me traten con la punta del pie. Mi hermano me enseñó que valgo mucho como para dejarme pisotear por los demás-parpadeó muchas veces, alejando las lágrimas ante el recuerdo de Adam-él y mi tío Gabbe me enseñaron a respetarme a mi misma y a darme a respetar.
-Y sumándose a la cuenta que Shelby era muy temperamental...
-Mi madre fue una mujer excepcional.
Continuaron charlando diez minutos más acerca de lo extraordinaria que era Shelby; hasta que Trenton dio por concluido el tema al invitarla a comer algo.
-Te invito a cenar fuera de aquí, hija-le dijo-sé que tienes hambre.
-¿Qué hay de Set?
-Set no está.
-¿Cómo sabe?
-Escucha-se quedó en silencio-en la casa se siente paz y tranquilidad. Esa es la señal de que él ha salido.
-¿Y no vendrá la policía a entregar el cuerpo de la señora Rex?-preguntó y enseguida se arrepintió.
-No creo. Además los he llamado y les di instrucciones de que la enviaran a una funeraria donde la tienen que cremar-respondió, lo más tranquilo posible-así que no hay ningún problema en salir ahora. Mañana la traerán, no te preocupes.
-Está bien-aceptó-me pondré un suéter.
-Voy a estar allá abajo.
Vio al señor Rex marcharse y suspiró hondo.
Buscó un suéter entre sus cosas y se lo puso. Recordó su teléfono y lo cogió, ilusionada de haber recibido un mensaje por parte de Adam pero como pensó, no había respuesta. Así que dejó su teléfono dentro de su mochila y salió al pasillo.
Se arregló con los dedos la maraña de cabello y bajó las escaleras titubeante.
Sin embargo, la escena que presenció a continuación la dejó petrificada y horrorizada.
Set tenía estampado a Trenton en la puerta principal, con sus dedos manos alrededor de su cuello con toda la intención de matarlo. Rex intentaba sin éxito empujarlo y gritar pero las manos de Set le impedían hacerlo. Keren le vio el rostro rojo a Set y sus ojos aqua casi negros mirando fijamente a su víctima. Gruñía como un animal y si ella no intervenía, Trenton Rex moriría.
-¡Déjalo en paz!-gritó, encolerizada y corrió con rapidez hacia ellos-¡Sueltalo, vas a matarlo!-agarró a Set de la espalda, y usando todas sus fuerzas, tiró de él hacia atrás y logró que una de sus manos se soltara del cuello de su padre.
-¡No te metas!-le vociferó en respuesta y la empujó con la mano hacia atrás, tirandola al suelo.
Ella logró escuchar como se iban quebrando los huesos de la tráquea del señor Rex y de pronto sintió una sensación extraña en su cuerpo, que la obligó a levantarse del suelo y embestir a Set por la espalda, dándole un golpe crudo en la columna con su puño y después una patada en su cadera.
Set no gritó, pero hizo una mueca de dolor y soltó a su padre para encargarse de ella.
-¡No debiste hacerlo!-y dicho eso, se le fue encima. Keren rodó por el suelo y gateó hacia la cocina pero Set fue más rápido y la agarró de las piernas, jalandola hacia él.
-Cumplo mis promesas-le advirtió ella, iracunda.
-Suerte que yo también, cariño-y sus fuertes manos se desplazaron hacia su femenino cuello-ahora ocuparas el lugar de esa asquerosa cucaracha que trató de criarme como un hijo.
La ventaja que ella tenía era que sus uñas estaban largas y aprovechó a rasguñarlo y a pellizcarlo con todas sus fuerzas mientras que él luchaba con romperle el cuello. -¡Es una niña, Set!-gritó Trenton pero no se atrevió a intervenir.
Keren continuaba luchando para que las manos de Set no se cernieran en torno a su cuello pero al cabo de unos segundos de forcejeo, sintió la obstrucción de oxígeno.
Set ignoró a Trenton y centró su atención en Keren, quién se resolvía bajo sus manos con desesperación.
-Te entregué mi cariño y ahora quieres matarme-logró decirle ella, intentando respirar-es... una lástima... que me mates de esta manera. Si eres un hombre... pelea. Pelea limpiamente.
-Es lo que hago, cariño mío, pelear limpiamente-le informó, al tiempo que apretaba más el débil cuello de la fémina.
Se oyó de pronto el sonido de algo quedándose y a continuación Set sintió un fuerte dolor de la cabeza insoportable. Una sustancia liquidada se deslizó por su cuello y cayó sobre la ropa de Keren.
Sangre.
Volvió el rostro hacia atrás y divisó a Trenton con un florero a la mitad en las manos. Su respiración era nula y estaba a punto de tener una rabieta.
-¡Te he dicho que la sueltes!-le espetó y le propició otro golpe con el mismo florero pero esta vez Set se incorporó, liberando a Keren y dándole tiempo para recuperarse.
Ella se alejó casi a rastras y tosió. Le dolía todo el cuello y le ardía la garganta al respirar desesperadamente.
Mientras que el rubio, escurriendo de sangre, acorralaba de nuevo a Rex en la puerta y esta vez lo masacró a golpes.
Trenton también le devolvía los puñetazos pero no con la misma intensidad que el rubio.
Esa noche era un caos total.
Y a Keren no le gustó en lo absoluto.
-¡Matame si tanto deseas hacerlo! Pero no toques a la chica, ella no tiene la culpa de tu locura-le oyó decir a Trenton entre balbuceos.
-¡Norman White! Si no sueltas a ese hombre llamaré a la policía-gritó Keren con todas sus fuerzas y cogió el teléfono que estaba junto al sofá.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora