Cuando regresaron a casa, Adam le murmuró unas palabras a Beatrice y esta, sintiéndose cohibida por la mirada de Egon y de Caroline, asintió sin decir una sola palabra, yéndose a la planta alta porque era más que obvio que esas personas tenían que hablar sin su presencia.
Sintió compasión por Adam y le deseó mucha suerte antes de subir.
-Tenemos muchas cosas que hablar al respecto, Adam –gruñó su padre, bloqueándole el paso de la puerta.
-No quiero saber nada del pasado –farfulló, con indignación –yo soy punto y aparte de lo que ocurrió antes de que yo naciera.
-Vamos a hablar de esto quieras o no –espetó Egon, tentado a perder la paciencia.
-Adam, con saber lo que ocurrió no va a pasar nada –se atrevió a interrumpir Caroline con el labio inferior temblando.
-Oh, vamos tía, mírate, estás muerta de miedo y eso debe a mi padre –replicó con recelo y Egon apretó la mandíbula.
-Vamos –ordenó su padre y lo jaló del brazo pero Adam lo rechazó rápidamente con un movimiento –¿Qué haces?
-No pienso ir contigo a ninguna parte, papá.
-Vamos –repitió en un siseo y Adam alcanzó a ver una chispa de demencia en los ojos negros de su padre –no te estoy preguntando si quieres ir, vendrás conmigo, maldita sea.
Adam dudó un segundo en continuar llevándole la contraria pero decidió obedecerlo. Era su papá y le tenía miedo.
Egon Peitz salió a la calle con su hijo pisándole los talones a regañadientes.
Ambos se detuvieron al borde de la acera, sosteniendo sus miradas con suficiencia.
-Vamos a hablar claramente sobre el pasado –sentenció Egon.
-No me interesa. Ya no.
-A mí no me interesa que no te interese –graznó su padre –sabrás absolutamente todo lo que pasó antes de que nacieras para que dejes de verme como el villano de la historia.
-¿Y no lo fuiste acaso? –lo desafió con la mirada.
-En efecto. Lo fui, pero pasaron tantas cosas y me convertí en la víctima junto con Shelby, tu madre –dijo con dureza. Adam parpadeó con timidez y no objetó nada al respecto.
Egon Peitz miró a su hijo detenidamente, provocando en él un sinfín de emociones encontradas. Adam era particularmente parecido a Shelby y a la vez a él mismo.
-Vamos –le dijo.
-¿Adónde?
-No pienso hablar contigo de todo lo que pasó aquí mismo, vamos.
-Bien –accedió Adam con los ojos en blanco –¿Iremos caminando? –preguntó al darse cuenta de las intenciones de su padre.
-Caminar es saludable –contestó su padre sin detenerse.
Adam caminó detrás de él con cautela, contando cada unos de sus pasos y cada una de sus respiraciones que hacía.
-Habla –le dijo a su padre con indignación.
Pero no hubo ninguna respuesta de por medio.
Juntó las cejas y continuó caminando detrás de él sin emitir sonido alguno.
-Días antes de conocer a tu madre, yo fui arrestado en mi país natal, Austria –comenzó a decir Egon, con los ojos entrecerrados. A pesar de que ya era de noche, Adam lograba verle bien sus facciones que estaban endurecidas –había cometido un error en mi trabajo que me costó casi la vida. ¿Conoces la cárcel de Austria? –se volvió a su hijo y este negó con la cabeza y Egon suspiró sin dejar de caminar –pues aunque te parezca ridículo, fuera del tormento que pasé en ese sitio, es la cárcel más espectacular del mundo entero.
-No puede existir una cárcel así, es ridículo -rio Adam -ninguna puede ser fabulosa.
El aire nocturno despeinó a su padre y este tuvo que acomodarse el cabello con la mano.
Continuaban andando por la acera sin ningún rumbo en particular.
-Cuando puedas, ve a Internet y busca “Cárcel de Austria” y verás que yo no miento -replicó -y bueno, ¿en dónde estaba?
-En donde fuiste apresado en esa cárcel -le recordó, mostrando más interesado que al principio.
-Ah, sí -exclamó y se aclaró la garganta, y miró a ambos lados de la calle para poder cruzar -sufrí mucho en ese lugar, no puedo mentirte pero me obligué a mi mismo a resistir porque planeaba matar a todos y escapar; ya que mi jefe había infiltrado a uno de los suyos a la prisión y me iba a ayudar a salir.
Cruzaron otra calle pero Adam quería saber más, por lo que se detuvo y agarró a su padre del hombro.
-Vamos a un lugar adecuado para hablar, papá -opinó y Egon asintió -conozco un sitio donde podremos estar sin problemas.
-Yo también -objetó su padre -dime donde es para ver si de verdad es adecuado porque si no lo es, yo sí tengo uno.
-Mmm… -dudó Adam -mejor vamos a lo tuyo.
-Bien, pero para eso debemos ir en coche.
Optaron por regresar lo antes posible a la casa y Adam entró sin decir una sola palabra a la casa, dejando perpleja a su tía cuando lo vio salir con las llaves del auto.
-Regresaremos en un rato, tía -le avisó -podrías, eh, ¿preparar la cena para cuando volvamos?
Y sin esperar a que ella respondiera, salió al porche y Caroline lo observó desde la ventana como le lanzaba las llaves a su padre para que condujera. Fue extraño pero trató de no impacientarse.
Egon se deslizó dentro del auto junto con su hijo y lo puso en marcha.
-Mientras llegamos, sigue contándome -le instó su hijo.
Asintió y revolvió incómodo en su asiento y apretó el volante con la vista fija al frente.
-Te quedaste en donde tu jefe metió a uno de los suyos a ayudarte -le recordó.
Pero Egon no encontraba las palabras para continuar hilando la historia y suspiró.
-No recuerdo con exactitud si se llamaba Gale o Liam -comenzó a decir -pero él era uno de los guardias de ahí, quién llevaba poco de haber entrado a trabajar y bueno, cuando yo me portaba mal o querían sacarme información, me masacraban como si fuera un saco de patatas y él me defendió varias veces, poniéndose entre la espada y la pared. Se puede decir que nos hicimos amigos -ahogó una risa nasal y Adam fruncí el ceño -en ese momento yo no conocía el significado de esa palabra pero extrañamente nos entendíamos y él confesó que estaba de mi parte. Me alegré por ello y se hizo cargo de mí todo el tiempo, sin embargo -tosió y se aclaró la garganta -las sospechas sobre él se incrementaron y lo encarcelaron también. Pero eso no nos detuvo. Estábamos maquinando un plan para escapar -y de pronto esbozó una sonrisa que dejó un tanto perplejo a su hijo -y entonces conocí a tu mamá.
Adam se estremeció ante las últimas palabras y sintió regocijo. Su padre se refería a su madre con mucha dulzura.
-¿Cómo se conocieron? -preguntó con curiosidad.
-Ella había viajado a Austria con compañeros suyos de la Universidad y ansiaba hacerle preguntas a los presos -suspiró -Shelby era amantes de personas como yo, hijo. Ella estudiaba derecho pero era fantástica de los criminales.
Aquella confesión tomó por sorpresa a Adam y parpadeó, sin dar crédito a lo que oía.
-¿En serio? ¿Ella amaba a los criminales?
-Sí -asintió Egon, girando en una esquina y cambiando de velocidad – por eso fue que me enamoré de ella sin darme cuenta.
-¡Cuéntame más! – exigió su hijo con excitación.
-Ya llegamos – le anunció su padre y aparcó frente a una enorme casa fúnebre y desierta.
Adam entornó los ojos y se quitó el cinturón a la par de su padre. Lo imitó al bajar y lo vio acercarse a la puerta que estaba casi quebrada y abrió la boca de la sorpresa al verlo entrar de una patada.
-¿Qué haces? -lo siguió y lo sujetó del hombro.
-Sígueme.
Lo obedeció y accedieron al interior de la casa. Todo estaba oscuro y Adam tropezó un par de veces pero Egon lo sujetó con fuerza, impidiendo que cayera.
Al poco tiempo, una luz débil iluminó todo a su alrededor y Adam escrutó la habitación.
-Vaya, aun hay electricidad -le oyó decir a su padre en algún punto de ese sitio y corrió a alcanzarlo.
-¿Qué hacemos en esta casa abandonada? -quiso saber Adam con cara de pocos amigos.
Había polvo suciedad por todas partes y eso le provocó una serie estornudos.
-Yo viví unos días aquí con tu madre -dijo Egon, mirando fijamente por una puerta que daba a un patio con piscina.
-¿Bromeas? -ahora si que no esperaba ese tipo de confesiones. Adam se acercó a él y se plantó a su lado a ver la piscina vacía y sucia.
Egon caminó hacia al patio y se sentó en una silla plegable bajo la bombilla débil de luz. Y llamó a su hijo. Este se acercó con cautela y tomó asiento frente a él.
-A mí me tenían sometido con una camisa de fuerza y un bozal en la boca cuando me tocó ser interrogado por tu madre -soltó Egon. Su hijo, quien había mirado a otra parte, volvió el rostro a él y palideció. Egon rio -yo era el reo de máxima seguridad en ese entonces, en ese lugar yo era el peligro. El peor, al que todos temían.
-¿Y mamá lo sabía? Me refiero al momento de hablar contigo.
-Supongo que sí, pero eso no hizo que huyera como gallina; sino todo lo contrario -suspiró, sumido en sus recuerdos -cuando la vi entrar, pensé que era hermosa y que debía ser una tonta y que saldría corriendo al verme amordazado pero fue lo contrario -dijo – en sus ojos vi curiosidad y dulzura, algo que me tomó por sorpresa. Me quitaron el bozal para poder hablar y la vi sonrojarse brevemente al verme el rostro por completo.
-¿De qué hablaron?
-La verdad es que me falla la memoria en recordarlo -admitió -pero fue la charla más bella que jamás tuve en ese momento y me di cuenta que si quería escapar, lo haría con ella.
-¿Cómo? -Adam estrechó los ojos.
-Sí, yo ya iba a escapar esa misma tarde y como ella llegó de repente, se me ocurrió llevarmela pero al final de cuentas me arrepentí. La usé de escudo para no morir pero me arrepentí al final y la dejé libre -se mordió los labios y sonrió. Su hijo le devolvió la sonrisa -ella tuvo miedo cuando intenté llevármela, ¿y sabes que me enloqueció?
-No, ¿qué?
-Que ella, a pesar del pánico, hubiera estado dispuesta a irse conmigo y aun sin conocerme.
-¡Es que era el amor verdadero!
-En efecto, pero yo no creía en eso hasta que la conocí
-No sabía que fueras cursi, papá.
-Eso se lo debo a tu mamá – sonrió con pesar y Adam le palmeó el hombro.
-Continúa, papá.
-Luego de escapar con Gale, no pude dejar de pensar en Shelby, que incluso… -su voz titubeó -maté a mi amigo solo porque estaba enfadado y quedé solo de nuevo y prófugo.
-¿Mataste al que te ayudó? -Adam lo miró horrorizado y Egon asintió -¿por qué?
-Porque yo todavía era un criminal sin sentimientos -explicó -pero después me di a la tarea de buscar a Shelby. La busqué por varios días hasta que la encontré en un hotel cerca de la prisión y después soborné a la recepcionista del mismo para saber todo de tu mamá. Y cuando supe que se marchaba, la seguí hasta aquí-señaló el suelo y Adam asintió, procesando la información.
-¿Y qué hay del tío Gabbe, la tía Caroline?
-Gabriel quería quitarme a tu madre -graznó, enfadado -él trabajaba para el padre de Shelby, quien era el rival del mío. Ambos eran narcotraficantes.
-Tío Gabbe… ¿Quería con mamá? -Adam hizo cara de asco -pero, ¿por qué está con…?
-Porque no tuvo remedio -dijo Egon -además él sabía que Shelby me amaba a mí. Hicimos las paces después de agarrarnos a golpes -rio.
-¿Y quién ganó? -Adam se emocionó.
-Yo, quien más -se dio aires de pureza y soltó una carcajada.
-Me encantaría que golpearas a mi tío ahora a ver si sigues ganándole como antes.
-Cuando lo vea lo haré -le guiñó el ojo -pero quiero contarte que gracias a que me enamoré de tu mamá, tanto mi jefe, su padre y mi primo, quisieron matarnos, a todos y huimos por mucho tiempo.
-¿Primo?
-Sí. Aunque en sí no era mi primo, sino que era hijo de mi jefe pero nunca lo supo porque lo maté antes de enterarse -se acomodó la playera y se frotó la frente.
-¿Quién mató a mamá?
Esa pregunta estremeció a Egon y Adam tragó saliva.
-Marlon Blake -susurró -mi jefe. Pero no porque él le apuntó a ella directamente, sino que Shelby se interpuso cuando la bala iba dirigida a mí.
-Se.. se sacrificó por ti…
-Sí -y de pronto unas lágrimas inundaron sus ojos y tuvo que alejarlas con el dorso de la mano -pero el bastardo no duró ni un minuto más con vida porque lo maté a los segundos de haberle disparado a Shelby. Mi vida no fue la misma desde entonces porque me condenaron a cadena perpetua pero por tener lagunas mentales fui recluido a ese sitio de locos.
-No entiendo por qué tía Caroline te detesta.
-Porque maté a su novio, ya lo sabes, e incluso me odiaste cuando lo supiste -le recordó.
Y lo vio ruborizarse.
-Perdóname papá. Pero quisiera que me explicaras por qué lo mataste.
-Lo maté porque me prohibió acercarme a Shelby cuando ella más me necesitaba-siseó -tu mamá, ella…
Apretó los labios y se quedó en silencio.
-¿Ella, que?
-No sé si es buena idea decírtelo. Mejor lo dejaremos para después -se levantó de la silla, no obstante, su hijo lo interceptó y no lo dejó marcharse.
-Respóndeme.
Egon miró a su hijo a los ojos y vio en ellos los de Shelby. Los ojos de Adam eran la copia exacta de los de su amada y sintió remordimiento.
-Adam, tu mamá tenía instintos suicidas y trató de matarse dos veces por mi culpa.
Sintió como poco a poco la mano de su hijo se alojaba y se apartó para verlo.
Adam miraba al vacío y apretaba los puños con recelo.
-¿Suicida? -lo miró con agonía -¿mamá era suicida?
Egon asintió con pesar.
-Ella era suicida y yo un homicida. Una peligrosa combinación -sentenció, con una punzada en el corazón.
-No puedo creerlo – se dejó caer en la silla para digerir aquella verdad.
-Y es por eso que tu tía Carolina me detesta. Ella era hija del padrastro de Shelby pero la amaba como una verdadera hermana.
-¡No tiene derecho a odiarte! -gritó, furioso -¿Acaso ella desconoce lo que me has contado?
-Supongo que desconoce lo que sentí por Shelby cuando la conocí pero Caroline está enterada de todo, al igual que Gabriel.
De pronto las luces que había encendido Egon se apagaron y quedaron a oscuras.
Adam se levantó de la silla y a tientas logró agarrar a su papá de la mano.
-Salgamos de aquí -le oyó decir y lo siguió con sumo cuidado.
Salieron de la casa y se adentraron al auto con dirección a la casa.
La mente de Adam estaba al cien por hora y no dejaba de darle vueltas al asunto.
-Cuéntame más sobre mamá -le rogó.
A Egon le agradó la idea y se estacionó cerca de Central Park. Bajó los cristales y se acomodó en el asiento.
-Cuando encontré la casa de Shelby, me hice pasar por un amigo suyo llamado Douglas y ella casi se muere al verme en la sala, platicando con sus padres y con Caroline -esbozó una sonrisa -y esa misma noche me metió a hurtadillas a su habitación porque yo no tenía a donde ir.
-Debió ser algo muy difícil.
-No creas, fue gracioso. Shelby protestó en que yo durmiera en su cama y ella en el suelo. Discutimos y pero al final de cuentas, la acomodé en la cama cuando se durmió. Yo no pensaba perjudicarla cuando comencé a tratarla aunque en un principio sí, empero ella me contó su afición por los criminales y que nunca imaginó toparse con uno. Supe que era fantástica. Planeaba usarla como carnada y llevarla con mi jefe, sin embargo desistí ante la idea. ¿Por qué esa chica iba a sufrir por mi culpa? No entendía por qué ese remordimiento de culpa me atormentaba y lo supe demasiado tarde: Me estaba enamorando de ella.
-¡Y ella de ti!
-Tu madre logró cambiarme precipitadamente y lo digo en serio. No le resultó fácil porque yo era un idiota en ese entonces.
《MÁS TARDE SUBO EL OTRO:) no olviden votar》
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Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)
Mystery / ThrillerHa pasado 20 años desde la última vez que Egon Peitz, el peor asesino serial del mundo vio a sus hijos, un par de gemelos preciosos que procreó con su amor de toda la vida; Shelby Cash, quién fue asesinada frente a sus ojos. Ha pasado tanto tiempo...