-Verte no me hace ninguna gracia-siseó Set, apartandose de la celda y sentándose en la cama a dos metros de ella.
Marybelle dejó de sonreír y sus labios se transformaron en una fina línea recta color carmín. Se acomodó su rubio cabello detrás de las orejas y fulminó a Set con los ojos.
Golpeó con el puño los barrotes y se precipitó hacia adelante, acercando su rostro a la celda.
-A ver imbécil, estoy aquí porque sé que me necesitas.
-Ni si quiera te pedí ayuda-bufó él, sin mirarla-es más, quiero que te largues de aquí. Te advertí claramente que no deseo tener ningún tipo de trato o relación contigo.
A pesar de sus duras palabras, la rubia no se retractó. Lo miró por unos segundos y de nuevo su sonrisa maliciosa apareció en sus labios.
-Yo fui quien ordenó que te dieran esa ropa-le informó.
-¿Y?-inquirió él, tajante.
-Y al menos dame las gracias o en este momento estarías desnudo.
-Prefiero estar desnudo a estar usando esto que proviene de ti-dijo severamente y se quitó la playera de tajo, tirandosela a la cara. Y después comenzó a deslizarse el pants por las caderas.
-Escucha, Luther-masculló ella, roja de cólera con la playera en sus manos-ponte la ropa de nuevo. Tenemos que hablar.Set le dirigió una gélida y fría mirada con repugnancia. Volvió a colocarse la ropa con brusquedad y se cruzó de brazos, esperando a que ella hablara.
-Soy Set, recuerdalo.
-Pues yo te conocí como Luther-graznó ella con desdén y chasqueó la lengua.
-Te doy cinco minutos a partir de ahora para hablar, así que comienza porque ya está contando los segundos.Marybelle asintió con frustración y recargó ambos brazos en los barrotes con el rostro enrojecido de cólera.
-Voy a sacarte de aquí-susurró.
-Eso lo dijiste desde el principio-se burló Set-y no creo que logres hacerlo. Yo mismo escaparé a mi manera de aquí.
-¿Me crees incapaz de hacerlo?-alzó sus rubias cejas hacia él.
Set asintió con una sonrisa lobuna.
-Eres tan estúpida para todo, además debes querer algo a cambio de mi libertad. Tú no eres caritativa.
-Sigues siendo muy listo, Set-lo elogió y él puso los ojos en blanco.
-Dime qué es lo que quieres.Los labios de Marybelle se curvaron en una sonrisa maliciosa y le brillaron los ojos.
-Vuelve conmigo. Te necesito a mi lado en estos momentos.El rostro de Set se mostró inexpresivo y segundos después dejó escapar una sonora carcajada sin humor.
-Estás loca. Primero me pudro en este lugar a salir contigo otra vez.
-¿Acaso amas a esa chica norteamericana?-quiso saber ella con veneno disfrazado de dulzura.
Él la ignoró.
-¿Qué te hizo pensar que volvería contigo, cuando te dejé claro que me repugnas?A pesar de que Set trató de ser lo más hiriente posible, Marybelle no se sintió ofendida, sino todo lo contrario.
-En ningún momento dije que sería una relación de amor como antes.
-¿Entonces...?-replicó él, con absoluta desconfianza.
Marybelle era una chica muy astuta, con la que había aprendido a no confiar en ninguna persona tan fácilmente.
Sin embargo, pese a ello, Set confió plenamente en Keren desde el primer momento en que la vio.
Alejó los pensamientos donde ella se hallaba y le puso atención a la rubia.
-Mi hermana necesita un guardaespaldas que la proteja durante unos meses-sentenció con seriedad-y el único que sé que es capaz de proteger a Meredith de quien sea eres tú.Set elevó los ojos al techo y resopló.
-¿Y por qué tu hermana requiere a alguien que la cuide? Supongo que ha realizado actos ilícitos, ¿no?-rompió a reír pero Marybelle le dirigió una mirada fulminante.
-Eso te vendría importando un pepino, ¿no?
-Si quieres que la cuide-dijo con desgana-tendrás que ponerme al tanto de todo, porque sé que siempre tienes cosas ocultas que luego me perjudican. Como la última vez-le recordó con toda la intención.
A Marybelle le gustó su actitud, porque eso quería decir que Set ya había aceptado su propuesta. Por lo que se relajó y le guiñó un ojo.
-Mi hermana se enredó con un sujeto norteamericano que se dedica al narcotráfico y pues tuvieron una riña y el idiota la amenazó con asesinarla si abría la boca con alguien.
-Y la abrió contigo-interrumpió él, alzando las cejas. Ella asintió-¿y por qué no buscas a alguien más? A uno de tus amiguitos-masculló con veneno.
-¡Ya te lo he dicho!-exclamó contrariada-solo en ti confío. Eres el único capaz de cuidarla.
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Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)
Mystery / ThrillerHa pasado 20 años desde la última vez que Egon Peitz, el peor asesino serial del mundo vio a sus hijos, un par de gemelos preciosos que procreó con su amor de toda la vida; Shelby Cash, quién fue asesinada frente a sus ojos. Ha pasado tanto tiempo...