62

3.4K 329 34
                                    

-Verte no me hace ninguna gracia-siseó Set, apartandose de la celda y sentándose en la cama a dos metros de ella.

Marybelle dejó de sonreír y sus labios se transformaron en una fina línea recta color carmín. Se acomodó su rubio cabello detrás de las orejas y fulminó a Set con los ojos.
Golpeó con el puño los barrotes y se precipitó hacia adelante, acercando su rostro a la celda.
-A ver imbécil, estoy aquí porque sé que me necesitas.
-Ni si quiera te pedí ayuda-bufó él, sin mirarla-es más, quiero que te largues de aquí. Te advertí claramente que no deseo tener ningún tipo de trato o relación contigo.
A pesar de sus duras palabras, la rubia no se retractó. Lo miró por unos segundos y de nuevo su sonrisa maliciosa apareció en sus labios.
-Yo fui quien ordenó que te dieran esa ropa-le informó.
-¿Y?-inquirió él, tajante.
-Y al menos dame las gracias o en este momento estarías desnudo.
-Prefiero estar desnudo a estar usando esto que proviene de ti-dijo severamente y se quitó la playera de tajo, tirandosela a la cara. Y después comenzó a deslizarse el pants por las caderas.
-Escucha, Luther-masculló ella, roja de cólera con la playera en sus manos-ponte la ropa de nuevo. Tenemos que hablar.

Set le dirigió una gélida y fría mirada con repugnancia. Volvió a colocarse la ropa con brusquedad y se cruzó de brazos, esperando a que ella hablara.
-Soy Set, recuerdalo.
-Pues yo te conocí como Luther-graznó ella con desdén y chasqueó la lengua.
-Te doy cinco minutos a partir de ahora para hablar, así que comienza porque ya está contando los segundos.

Marybelle asintió con frustración y recargó ambos brazos en los barrotes con el rostro enrojecido de cólera.
-Voy a sacarte de aquí-susurró.
-Eso lo dijiste desde el principio-se burló Set-y no creo que logres hacerlo. Yo mismo escaparé a mi manera de aquí.
-¿Me crees incapaz de hacerlo?-alzó sus rubias cejas hacia él.
Set asintió con una sonrisa lobuna.
-Eres tan estúpida para todo, además debes querer algo a cambio de mi libertad. Tú no eres caritativa.
-Sigues siendo muy listo, Set-lo elogió y él puso los ojos en blanco.
-Dime qué es lo que quieres.

Los labios de Marybelle se curvaron en una sonrisa maliciosa y le brillaron los ojos.
-Vuelve conmigo. Te necesito a mi lado en estos momentos.

El rostro de Set se mostró inexpresivo y segundos después dejó escapar una sonora carcajada sin humor.
-Estás loca. Primero me pudro en este lugar a salir contigo otra vez.
-¿Acaso amas a esa chica norteamericana?-quiso saber ella con veneno disfrazado de dulzura.
Él la ignoró.
-¿Qué te hizo pensar que volvería contigo, cuando te dejé claro que me repugnas?

A pesar de que Set trató de ser lo más hiriente posible, Marybelle no se sintió ofendida, sino todo lo contrario.
-En ningún momento dije que sería una relación de amor como antes.
-¿Entonces...?-replicó él, con absoluta desconfianza.
Marybelle era una chica muy astuta, con la que había aprendido a no confiar en ninguna persona tan fácilmente.
Sin embargo, pese a ello, Set confió plenamente en Keren desde el primer momento en que la vio.
Alejó los pensamientos donde ella se hallaba y le puso atención a la rubia.
-Mi hermana necesita un guardaespaldas que la proteja durante unos meses-sentenció con seriedad-y el único que sé que es capaz de proteger a Meredith de quien sea eres tú.

Set elevó los ojos al techo y resopló.
-¿Y por qué tu hermana requiere a alguien que la cuide? Supongo que ha realizado actos ilícitos, ¿no?-rompió a reír pero Marybelle le dirigió una mirada fulminante.
-Eso te vendría importando un pepino, ¿no?
-Si quieres que la cuide-dijo con desgana-tendrás que ponerme al tanto de todo, porque sé que siempre tienes cosas ocultas que luego me perjudican. Como la última vez-le recordó con toda la intención.
A Marybelle le gustó su actitud, porque eso quería decir que Set ya había aceptado su propuesta. Por lo que se relajó y le guiñó un ojo.
-Mi hermana se enredó con un sujeto norteamericano que se dedica al narcotráfico y pues tuvieron una riña y el idiota la amenazó con asesinarla si abría la boca con alguien.
-Y la abrió contigo-interrumpió él, alzando las cejas. Ella asintió-¿y por qué no buscas a alguien más? A uno de tus amiguitos-masculló con veneno.
-¡Ya te lo he dicho!-exclamó contrariada-solo en ti confío. Eres el único capaz de cuidarla.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora