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Al día siguiente, Adam despertó muy temprano. La sensación de alegría y tranquilidad estaba sobre su cuerpo y nadie podría quitarle la sonrisa de los labios, ni si quiera de un golpe.
Estaba muy tranquilo porque su padre había tomado la noticia de Sonya con calma y no como había pensado. Lo único que faltaba era saber si su tío Gabriel lo tomaría igual o se volvería loco.
Bostezó cansinamente y volteó a ver a su padre, quién se había quedado a dormir con él. Y dormía plácidamente del otro lado de la cama.
-Papá-dijo. Y lo movió un poco para despertarlo.
-¿Uhmm?
-¿Quieres conocer a tía Sonya? Sé en qué hotel está hospedada-murmuró.
-¿Qué?-se levantó inmediatamente y Adam rompió a reír al ver su rostro congestionado de sueño.
-Sé donde está mi tía, por si quieres conocerla.
-¿No estás jugando, o sí? Porque de ser así, me enfadaré mucho-le advirtió en un gruñido.
-Palabra de Peitz-prometió su hijo y Egon alzó las cejas tras bostezar.

Media hora después, padre e hijo ya se habían duchado y vestido. No quisieron desayunar por miedo a despertar a los demás, por lo que salieron a hurtadillas de la casa.
-¿Estás seguro que te sientes bien? No quiero que la herida se abra.
-Estoy bien, hijo. Solo vámonos ya.
-¿No quieres que llevemos el coche de Roch?
-No. Porque haría ruido.
-Entonces en taxi-afianzó su mano con la de su padre y comenzaron a andar por la calle en busca de un taxi.
El clima estaba delicioso: frío. Se acercaba el invierno y eso significaba que el cumpleaños de su padre también.

Detuvieron un taxi y Adam le explicó al conductor hacia donde debían ir y se trasladaron hacia allá.
Egon se dio a la tarea de observar con atención cada una de las calles por si en caso era necesario volver caminando.
Y Adam optó por llamarle a su tía, quién contestó casi al instante.
-¿Adam?-su voz salió  a través de la bocina y él se estremeció.
Egon volteó a verlo con el ceño fruncido.
-¿Estás ocupada, tía?
-No, cariño. Acabo de darme un baño, ¿por qué?
-Perdón por ser tan imprudente, es solo que alguien quiere conocerte y vamos al hotel donde tú estás.
-Oh por Dios-murmuró-¿ya vienen cerca? Aún no estoy lista pero si me esperan unos minutos...

Adam rio.
-Acabamos de salir de casa. Tómate tu tiempo.

-¿Con quién hablas?-preguntó su padre. Y Adam cubrió el auricular con la mano.
-Con mi tía Sonya.

Y el rostro de Egon perdió color.
-Allá te vemos, tía.-y colgó.

A continuación, el viaje para Egon fue taciturno. Se sentía realmente nervioso y desesperado. Le sudaban las manos y tuvo que abrir el cristal para respirar aire fresco y no asfixiarse con su propia paranoia.
Estaba a minutos de volver a ver el rostro de Shelby luego de veinte años, aunque el único detalle era que no vería a su amor, sino a su gemela.
-¿Podría estacionarse dos calles antes de llegar al hotel?-preguntó Egon al conductor.
-Seguro, señor-asintió el hombre con un asentimiento de cabeza.
Adam no cuestionó las órdenes de su padre y continuó mirando su teléfono.
Sin embargo, le llegó un mensaje de texto y lo abrió.
Era de Keren.

"Sé a dónde se dirigen. Voy detrás de  ustedes"

Frunciendo el ceño, se asomó por la ventanilla y vio que atrás de ellos los venía siguiendo el coche de Roch. Su hermana era la que conducía. Iba con Henry.
Y sonriendo, le contestó el mensaje sin apartarse de la ventanilla.

"Será un día fenomenal"

Y el taxi se detuvo.
-Muchas gracias-le agradeció Adam y le pagó al conductor.
Miró de reojo como su hermana aparcaba detrás del taxi y ayudó a bajar a su padre.
-Al menos me servirá un poco para calmarme antes de llegar-dijo su padre con la respiración acelerada.
Adam le palmeó la espalda y le hizo señas al coche de atrás.
-Mi hermana nos siguió, espero no te importe.
-¿Qué?-Egon se precipitó a mirar a su hija descender del coche de Roch junto con Henry. Ambos tenían el cabello muy húmedo y sus rostros un poco abrumados.
Se acercaron a ellos con timidez.
-Me encantaría mucho conocer a la hermana de la madre de mis hermanos-añadió Henry con desdén.
-Pensé que temían ver mi reacción-replicó Egon.
-De hecho, temo como vayas a reaccionar al verla. Es por eso que he venido-admitió su hija con firmeza.
-Vaya-dijo su padre con los ojos en blanco-no importa.

Darker Beauty. Libro 2 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora